María Ángeles Bonmatí: «Dormir poco afecta al rendimiento académico de los estudiantes»

En su libro 'Que nada te quite el sueño. Por qué dormir bien es fundamental para tu salud', Bonmatí aclara que es natural que los adolescentes se empeñen en ir la cama más tarde. «Se van a dormir más tarde porque su reloj circadiano se lo ordena, ya que tiende a retrasarse en esa etapa de la vida. Hay que entender que los cambios en su cronotipo son normales, fisiológicos y temporales».

La ecuación se complica si a ese retraso natural se suman otras horas por nuevas distracciones asociadas a las pantallas. El retardo en el cronotipo no afecta a todos los adolescentes por igual. «Hay estudios que atribuyen un mayor rendimiento escolar a los chicos con un cronotipo más matutino, ya que su fisiología está mejor preparada para rendir en un horario por las mañanas». El descanso nocturno también favorece además el aprendizaje: «El sueño se relaciona con la plasticidad neuronal y la consolidación de la memoria. Durante el sueño se consolida lo aprendido, a lo que hay que sumar que la falta de descanso incrementa la dificultad para mantener la atención en clase», asegura la investigadora, quien apunta algunas ayudas para mejorar el sueño adolescente. Garantizar un buen contraste entre el día y la noche, lo que implica exponerse a la luz solar, es una de ellas. El deporte, pero fundamentalmente en horario matutino y no a últimas horas del día, también ayuda al descanso nocturno.

Estudiar el sueño de los adolescentes es el objetivo del estudio, pero al mismo tiempo Bonmatí quiere contribuir a poner en la agenda la importancia del sueño entre los hábitos saludables en los que las escuelas y los programas educativos ponen el acento, y que hasta la fecha han estado muy centrados en la alimentación y en el ejercicio físico.