El PSOE de Lorca suspende la gestión del PP en el primer año de mandato en el Ayuntamiento
Los socialistas definen el gobierno del alcalde Fulgencio Gil como el de «las promesas incumplidas»
El PSOE de Lorca suspendió este martes la gestión del PP cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario desde que el alcalde Fulgencio Gil cogió el bastón de mando. «Siendo generoso le pondría un 3,5 porque sé que el primer año es complicado», resumió el secretario general de los socialistas lorquinos, Diego José Mateos.
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Aseguró que «ha sido el año de las promesas incumplidas y de las mentiras» y recordó que durante la toma de posesión Gil afirmó que basaría su gobierno en tres pilares: la limpieza, la seguridad y la bajada de impuestos. «Esto ha resultado ser falso» porque ha subido el recibo del agua un 3,5% y un 22% el de la basura. Subrayó que «no se ha traducido en una ciudad más limpia, ya que se ha convertido en un auténtico vertedero de suciedad».
En seguridad, según Mateos, «son continuas las noticias de peleas, tiroteos o robos mientras el alcalde mira para otro lado y toma medidas injustificadas como cerrar el cuartel de la Policía Local del barrio de San Cristóbal».
También censuró la «falta de gestión» ya que se han continuado o inaugurado proyectos iniciados por el anterior equipo de Gobierno. Citó como ejemplos la reapertura de la plaza de toros o la musealización del palacio de Guevara. También la remodelación de calles del casco histórico o el inicio de las obras del Palacio de Justicia.
Mateos afirmó que a los vecinos «les resulta prácticamente imposible contactar» con los concejales o el alcalde y lamentó que Lorca está sumida en una «marginación sanitaria» por parte del Gobierno regional mientras que Gil «solo se dedica a acatar órdenes y mantenerse en silencio».
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Para el líder de la oposición lo más relevante del año de gestión del PP ha sido la inversión de 350.000 euros en festejos taurinos y la eliminación de la escalinata de la antigua colegiata de San Patricio.
También criticó la coalición con Vox que se formalizó en diciembre. Según Mateos, «podemos comprobar que cada vez existen menos diferencias entre el discurso de unos y otros», algo que queda patente en la reciente decisión de evitar colgar la bandera LGTBI en el balcón del Ayuntamiento.
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