'El olvido nos ahoga' se echa a la calle para intensificar sus reivindicaciones
En el aniversario de la riada de San Wenceslao, Ayuntamiento y vecinos vuelven a reclamar los diques y presas para protegerse de las inundaciones
EFQ
Lorca
Lunes, 29 de septiembre 2025, 22:24
«No estamos hablando de suposiciones, conjeturas, hipótesis, apreciaciones o sospechas, sino de una realidad constatable y palpable, desgraciadamente. Con estadísticas terribles que tenemos el deber de evitar. No podemos permitir que tragedias como las inundaciones de 1973 y 2012 se repitan». Así se expresó el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, en el décimo tercer aniversario de la riada de San Wenceslao que el 28 de septiembre de 2012 causó la muerte de dos personas y daños en más de 300 viviendas. «Llevamos trece años de larga espera, para que se tomen decisiones que están muy claras, avaladas por los vecinos, por los técnicos, por datos históricos. Todos indican que la construcción de los diques y presas protegerían a Lorca de las inundaciones», añadió.
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En los primeros meses del año, el grito unánime 'El olvido nos ahoga' reunió a toda la sociedad lorquina para reclamar el desbloqueo de la construcción de las infraestructuras de defensa de avenidas. Ahora, la campaña da un paso más y se echa a la calle. Lo hace, literalmente, como aseguró Gil Jódar, quien anunció que «estará presente en los distintos espacios publicitarios urbanos del municipio para mostrar que es una reivindicación de todos».
Y recordó que el 28 de septiembre de 2012, la riada de San Wenceslao «arrasó las pedanías lorquinas de Torrecilla, Campillo, Purias... con precipitaciones de 140 litros por metro cuadrado y caudales de punta de avenida de 4.500 metros cúbicos por segundo en Valdeinfierno. Causó la muerte de dos personas, y 300 viviendas y 250 explotaciones ganaderas resultaron afectadas. Los daños en infraestructuras públicas superaron los 100 millones de euros».
La situación de intranquilidad permanece. «Los vecinos, cada vez que llueve de forma torrencial, temen lo peor. Son escenas que han vivido en un pasado inmediato. No podemos permitir que se repitan, como ha venido sucediendo desde hace siglos, en que Lorca se ha enfrentado a más de 50 grandes riadas. Pero, tras ellas, siempre se acometieron obras necesarias para evitarlas. Así lo reclama el Ayuntamiento, los vecinos afectados, diferentes expertos y representantes de los Colegios profesionales de Ingenieros de Canales y Puertos, Arquitectos y Geógrafos, como también los regantes. Todos reclamamos que se desbloquee la construcción de las infraestructuras de defensa de avenidas», agregó.
La preocupación aumenta estos días en que las previsiones meteorológicas no son nada favorables. «En el último año, no se ha dado ningún paso en las obras proyectadas. Necesitamos que se acometa la construcción de los diques de laminación y presas para hacer frente a las inundaciones que provocan las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, así como otras escorrentías paralelas, junto a la realización de las obras para canalizar la Rambla de Biznaga. Esta última infraestructura es fundamental para dar salida al agua que se acumula entre Campillo y Torrecilla con cada episodio de fuertes lluvias», insistió el alcalde.
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Otro de los factores que repercutió muy negativamente en la riada de San Wenceslao, aportó, fue «la acumulación masiva de árboles y maleza en el lecho del río y ramblas, circunstancia que se repite en la actualidad, a pesar de las reiteradas peticiones de este Ayuntamiento para que se intervenga con urgencia».
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Epígrafe
Una tragedia tras otra
La hemeroteca deja al descubierto datos escalofriantes de las tragedias que ha vivido Lorca como consecuencia de las riadas. Tras cada una de las inundaciones que ha sufrido el municipio, las administraciones de la época tomaron nota y respondieron construyendo infraestructuras que protegieran a los lorquinos. Después de la riada de 2012 se constató la necesidad de ejecutar obras para levantar las presas de laminación en las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, así como el demandado encauzamiento de la Rambla de Biznaga, aún pendientes.
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Lorca ha vivido más de 50 grandes riadas en los últimos siglos. Entre las más graves está la del 5 de agosto de 1648, consecuencia de la rotura de Puentes I, a medio construir. La avalancha de barro y agua arrasó San Cristóbal y la torre del Convento de las Huertas se vino abajo. El 30 de abril de 1802, la rotura del embalse de Puentes, provocó una ola de 12 metros que causó 608 muertes. Un total de 809 casas quedaron destruidas y fueron arrancados 41.000 árboles por la fuerza del agua.
La del 28 de junio de 1877 causó daños en Campillo, Tiata y Sutullena. En Marchena se encontraron los caudales con las aguas venidas de la Rambla de Biznaga, con los de la Rambla de Nogalte y otras de las sierras de Torrecilla y Almenara.
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Los días 14 y 15 de octubre de 1879, la riada de Santa Teresa causó más de mil muertos, destruyendo los Sangradores y parcialmente los barrios de San Cristóbal, Santa Quiteria, San Juan y San Ginés. En junio de 1933, se desbordaron el Guadalentín y la Rambla de Béjar, provocando el retraso del tren Correo procedente de Granada.
El 19 de octubre de 1973, trece personas perdieron la vida. Más tarde, el 7 de septiembre de 1989, una tromba de agua obligó a abrir las compuertas del Pantano de Puentes. En esta ocasión, el agua anegó las calles de Lorca y la huerta, y la Rambla de Biznaga se desbordó afectando a La Hoya, El Esparragal, Campillo y Torrecilla.
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Y la más reciente, al margen de las inundaciones de primavera pasadas, fue la del 28 de septiembre de 2012, la riada de San Wenceslao, en la que fallecieron dos personas y 300 viviendas resultaron afectadas.
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