La lista de espera para la adopción de menores se mantiene en 435 familias en la Región de Murcia

En el ámbito de la adopción nacional, la Consejería recibió el año pasado 49 solicitudes y declaró idóneas a 22 familias. Además, actualizó los expedientes de evaluación de seis familias, al haber transcurrido más de cuatro años desde el anterior examen.

Los procesos acabaron con la asignación de 22 menores en delegación de guarda con fines de adopción. De estos niños, catorce «salieron» solos de centros de acogimiento o de otras familias y ocho lo hicieron en cuatro grupos de dos hermanos.

Además, se resolvió la entrega de cinco menores en la modalidad de acogimiento permanente en familia ajena. Y 55 menores fueron adoptados previo auto judicial firme, lo que implica el cese del régimen de tutela.

Respecto a la adopción internacional, la Comunidad Autónoma registró 24 peticiones para hacerse cargo de menores de China, Bulgaria, Madagascar, República Checa, Costa de Marfil, Vietnam, India, Colombia y Nicaragua. Finalmente, aceptaron adopciones, incluidas las pendientes de años anteriores, Vietnam, Brasil, India, República Checa, Costa de Marfil, Polonia y Bulgaria.

Asimismo, la Administración autonómica concluyó once valoraciones de idoneidad de los peticionarios y tramitó doce expedientes. Las gestiones concluyeron con la asignación de tres menores procedentes de Rumanía e India. Como novedad, la guerra de Ucrania, que estalló en febrero de 2022 con la invasión por parte de Rusia, ha llevado a más de 600 murcianos a solicitar información sobre la adopción y el acogimiento de menores ucranianos. La Consejería recordó que «no se tramitan expedientes de adopción en este país desde el año 2010, según acuerdos entre el Gobierno central y las comunidades autónomas en la Comisión Sectorial de Infancia».

Acerca del acogimiento, en la Consejería que dirige Conchita Ruiz recordaron que hay un Servicio de Acogimiento Familiar Especializado, dirigido de forma exclusiva a menores de edad tutelados en la Región de Murcia.

Entre los objetivos, están «el seguimiento, apoyo e intervención del proceso de acogimiento de los menores y sus acogedores/as; y la intervención con la familia de origen». También se persigue «la valoración del posible retorno de los niños, niñas y/o adolescentes al sistema familiar». La Consejería prevé el acogimiento de hasta veinte menores, con siete profesionales, de 2023 a 2027. Destinará a ello 1,67 millones de euros.

«Desde hace mucho tiempo sentimos el deseo de ser padres. Pero ahora, además, somos conscientes de que, sobre todo en la adopción internacional, el camino es largo. Los trámites pueden durar entre dos y seis años y se vive una montaña rusa: unos días estás muy arriba, muy ilusionado, y otros pesimista, porque estás deseando que llegue ya el día en que acepten tu solicitud y veas a tu hijo. Lo importante es gestionar las emociones, no desesperar y prepararte lo mejor posible para atender las necesidades de ese hijo toda la vida», comenta Cristóbal Pérez. Y mira a su esposa, Ana Belén García. Ella junta las manos y sonríe imaginando ese anhelado momento: «¡Me da una cosa cuando lo pienso... Ya tengo su habitación preparada, su armario, miro colegios...».

Cristóbal, malagueño de 44 años, pintor, escultor y docente en la Escuela Superior de Diseño de Murcia, y Ana Belén, murciana de 46 años, jefa en una empresa de 'catering' para comedores escolares, viven en Puente Tocinos desde 2011. Casados desde 2013, intentaron tener hijos biológicos, pero, tras un aborto complicado, pensaron en la adopción.

«Llevábamos mucho tiempo meditando la idea de adoptar. Y un día, yendo de viaje en el coche, nos imaginamos que íbamos con nuestro hijo de excursión. Nos decidimos a dar el paso y el 19 de diciembre de 2019 echamos los papeles en la Consejería de Familia», comenta Ana Belén a LA VERDAD en la sede de la asociación Albores, en Puente Tocinos. Ahí, la pareja empezó a recibir «formación y acompañamiento» en Albores, asociación que realiza valoraciones de idoneidad de solicitantes de adopción internacional para la Comunidad Autónoma e imparte formación preadoptiva.

Cristóbal y Ana Belén expresaron como prioridades el hacerse cargo de un menor «sano» y de cero a tres años, fuera español o extranjero. En la modalidad internacional, vieron posibilidades y optaron por la República Checa. En todo caso, «sabemos que existe la posibilidad de que el niño pueda tener, por ejemplo, dificultades cognitivas o de otro tipo, por venir de una familia con problemas de adicciones. Aquí te hacen ser muy consciente de lo que significa ser padre adoptivo», señala él. Y mira a Matilde Valverde, responsable del proyecto Vincula.

Psicóloga y terapeuta de familias, Valverde explica que «un objetivo es ayudar a los solicitantes a comprender la adopción como medida de protección a menores en situación de desamparo. Han sufrido experiencias de abandono, orfandad e institucionalización; y, en muchos casos, también negligencia por parte de los adultos, abuso y maltrato».

En Albores buscan ayudar a los solicitantes a «ser conscientes de su rol como padres y madres terapéuticos reparadores del daño sufrido, pues las experiencias vividas acompañarán a estos menores de por vida».

Por Albores pasan cada año unas veinte familias, entre ellas parejas homosexuales y cada vez más núcleos monoparentales, en concreto mujeres. La mayoría de peticionarios son personas mayores de 35 años que no han podido tener hijos biológicos.

En la asociación, que activó su programa en 2008, apuntan que el 'boom' de solicitudes de menores de China bajó años atrás, al acabar la política nacional de hijo único. Y, después de tres años de pandemia, la apertura de las fronteras chinas ha reactivado el interés por el gigante asiático.

Eso sí, en Albores recuerdan que la cultura predominante en cada país influye en su visto bueno o rechazo a las adopciones. Como ejemplos, en Filipinas «dan mucha importancia a que los futuros padres sean católicos»; en Colombia piden que uno de los dos padres adoptivos sea colombiano; y «muy pocos países» aceptan la adopción por parte de parejas homosexuales.