Los padres del joven asesinado en Jumilla: «Kevin y Tente eran amigos»

La madre del fallecido, tras dejar constancia de esa amistad entre la víctima y su supuesto verdugo, explicó que las relaciones se pudrieron cuando Kevin comenzó a salir con Marta, quien antes había mantenido una relación afectiva con Tente. Este joven no parecía admitir que la chica se negara a retomar el noviazgo con él, lo que habría desembocado en múltiples enfrentamientos verbales y físicos con Kevin e incluso con Marta.

«Dejaron de ser amigos el día de los sucesos en el campo, porque Tente pegó a Marta», señaló ayer María Janet en el juzgado, refiriéndose al día en que el presunto homicida se presentó en una zona rural en la que estaba Kevin con su novia y presuntamente les golpeó.

La testigo también hizo referencia a otro supuesto ataque sufrido por su hijo en una gasolinera de Jumilla, donde habría sido abordado «por Tente y cuatro personas más. Kevin se vio acorralado y tuvo que coger un palo para defenderse», dijo.

La declaración del padre del joven asesinado incidió en esos mismos sucesos y manifestó que Marta había denunciado a Tente por supuestos malos tratos mientras eran novios. «Retiró la denuncia porque había llegado a un acuerdo con la otra parte. Angelita –la madre de Tente, también encausada por estos hechos– les dijo que si no seguían con la denuncia su hijo les dejaría en paz», manifestó en su declaración.

El matrimonio había sido citado para prestar testimonio y para el trámite de ofrecimiento de acciones, que es la posibilidad que se concede al perjudicado por un delito de tomar parte activa en el proceso y reclamar daños y perjuicios. Melecio Castaño, el abogado que les representa, manifestó frente a los juzgados que Humberto y María Janet reclamaban justicia por el crimen, pero también por la actuación policial, que calificó como «muy deficiente, muy errática, negligente y cobarde». Y es que Kevin fue asesinado de varias cuchilladas pese a que en el lugar se encontraban tres policías locales y dos guardias civiles.

Castaño confirmó que se reclama una indemnización de 200.000 euros y la depuración de las posibles responsabilidades penales que se puedan derivar de esa actuación policial. «A Kevin no se lo devuelve ya nadie a sus padres; lo que ellos piden es justicia, no solo en cuanto a los asesinos, que actuaron con una crueldad extrema, sino también contra aquellos que tuvieron el deber de impedirlo y no lo hicieron», afirmó.

Aunque avanzó que una querella contra los funcionarios de los cuerpos de seguridad «no va a tener un camino fácil (en los juzgados) debido al corporativismo», se felicitó de que «los vídeos estén ahí, gracias a Dios; las pruebas son muy gráficas y eso nos ayudará a conseguir nuestros objetivos».