Juan Marín: «Lo de la huerta de Europa es una realidad como la copa de un pino»
«El Mar Menor ha recibido muchas presiones, no solo de la agricultura, pero las administraciones no han hecho nada», señala el presidente de Proexport
Juan Marín Bravo (55 años, Tercia, Lorca) deja la presidencia de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de ... Murcia (Proexport) en unos días, después de doce años al frente en los que el sector que representa se ha convertido en un referente europeo. Nieto e hijo de modestos agricultores -sus padres hacían la vendimia francesa-, Marín emprendió su aventura empresarial en 1989 y ahora lidera un grupo que factura más de 140 millones de euros al año.
-¿Por qué deja la presidencia de Proexport?
- Por convicción, han pasado doce años y perpetuarse en las instituciones y organizaciones no es lo que debemos hacer. Hay que dar paso a gente nueva, con nuevas ideas, la renovación es muy sana. Ese es el principal motivo por el que dejo Proexport. Pero no dejo el sector, continuaré como miembro de la junta de gobierno de Proexport; seguiré acompañando al presidente Albarracín en Croem como vicepresidente del sector agroalimentario y seguiré presidiendo la Comunidad de Regantes de Lorca. Me quedo con cosas sin ver finalizadas, pero sobre todo me quedo con el buen sabor de boca del privilegio de estos doce años trabajando en Proexport, tanto en el ámbito personal como profesional. Estoy convencido de que apoyando este sector se hace más Región, más país y más Europa. He tenido también la oportunidad de presidir durante cuatro años una asociación de productores europeos, Eucofel, que también dejaré al final de año. Alguna sociedad me ha pedido a última hora que me quedase, pero por convicción creo que es muy sana la renovación y que entre gente nueva.
-En estos doce años al frente de Proexport, ¿qué se le ha quedado por hacer?
-El Proexport de hoy no es el de hace doce años. Se constituyó como un asociación de productores, sobre todo de tomates, para conseguir exportar antes de que la Unión Europea se abriese. Eran treinta y tantos asociados y prácticamente con un único producto: el tomate. Pero el tomate tuvo una crisis muy grave, desaparecieron muchas empresas. Por eso se incluyeron nuevas líneas y productos: ensaladas, lechugas, brócoli, coliflor, variedades de melones para la exportación… Nos ha tocado liderar ese cambio e incluir nuevas sectoriales. También se fueron incorporando empresas de Almería y de la Vega Baja alicantina. Hoy en día Proexport es más diverso, más grande, más plural...
«Lo dejo por convicción. Han pasado 12 años y hay que dar paso a gente nueva. La renovación es muy sana»
Fin del mandato en Proexport
-¿Pero hay algo de lo que planeó para la organización que no haya visto realizado?
La organización tenía grandes problemas cuando llegué. Primero, la escasa concentración de nuestras empresas para negociar con la distribución, eso no se ha conseguido. Seguimos siendo muy pequeños en ese ámbito. Está también la cuestión del agua. Pensaba que teniendo mano izquierda, talante y uniendo a los distintos gobiernos lo lograríamos, pero tampoco lo hemos conseguido. Es una gran frustración que el déficit hídrico no se haya solucionado. Pensaba que aunando esfuerzos podríamos llegar a un acuerdo, pero es un tema de voluntad política y no la hay. Hemos peleado mucho también por la llegada de nuevas infraestructuras y pusimos sobre la mesa el problema ferroviario. Impulsamos con otras organizaciones y con Croem el Corredor Mediterráneo. Hoy es muy difícil seguir siendo competitivos porque estamos en una esquina del mundo, hay que atravesar toda Europa para llegar a Suecia, Polonia, al norte de Alemania, a Rusia… Llevamos doce años impulsando el Corredor Mediterráneo, que nos ayudaría a vertebrar esta región, a ser más competitivos, más sostenibles… No es lo mismo mover mil camiones que tres trenes. Tampoco lo hemos conseguido.
Condiciones de trabajo
-Con respecto al transporte, ¿la falta de conductores de camiones les está afectando?
-A día de hoy no hemos tenido problemas, pero ya se atisban. Es por las condiciones a las que están sometidos los transportistas: los horarios, las descargas, las pocas facilidades que están teniendo, los retornos, los largos periodos fuera de casa… La Covid ha provocado que mucha gente se baje del camión y busque otras opciones. A día de hoy afecta mucho más al Reino Unido, pero empezamos a ver que a medio plazo va a faltar esa mano de obra imprescindible.
-La pandemia está resultando negativa para todos, pero el sector agroalimentario ha sido el que mejor la ha pasado y la economía de la Región ha caído menos gracias a él. ¿Qué piensa cuando se habla de que la Región necesita un cambio de modelo productivo y rebajar el peso de este sector en el PIB regional?
-Eso se dice desde el desconocimiento. Los agricultores nos reinventamos continuamente. Tenemos un clima que no tienen otras regiones y el agua tiene que venir donde está el clima. Se ha creado una industria en torno al sector agroalimentario que supone ya más del 20% del PIB regional. Intentar deslocalizar un sector que se encuentra en esta situación es complicado.
«Los agricultores no podemos asumir ese 20% de media que nos van a costar de más algunos cultivos»
Aumento de costes
-A pesar de todo ello, se quejan con frecuencia de que se sienten maltratados. Con el problema del Mar Menor se lamentan de que les pongan como los malos de la película.
-Estamos acostumbrados a que nos pongan como el malo de la película. Recuerdo cuando nos colgaron el muerto de la bacteria del e.coli y luego se demostró que estábamos haciendo las cosas correctamente. El Mar Menor ha recibido muchas presiones, no solo de la agricultura. Ésta ha contribuido, pero las administraciones no han hecho nada, no se le ha dado importancia. Ahora está todo muy mediatizado por las redes sociales, que muchas veces hacen un trabajo irresponsable y cualquier noticia tendenciosa y parcial la multiplican por tres. Me preocupa el Mar Menor y me gustaría que volviera a como estaba hace doce o quince años. La inmensa mayoría de agricultores han hecho muy buenas prácticas, pero algunos que no las han hecho nos hacen pagar y demonizan a todo el sector agroalimentario. Además, la agricultura que se hace en los últimos cinco años no es la misma que se hacía hace 10, 15, 20 años. Y es posible que algunas de las prácticas de entonces se hicieran desde el desconocimiento. Yo invito a que se visite la agricultura que hay en la Región, en torno al Campo de Cartagena y que no se generalice.
-¿Y qué opina de la petición de explicaciones de los supermercados Aldi a sus proveedores del entorno del Mar Menor?
-Tenemos auditorías muy estrictas con los supermercados para demostrarles la trazabilidad del producto, dónde plantamos, cómo plantamos, de dónde regamos, de dónde fumigamos… La inmensa mayoría están supertranquilos. Solo ha sido esa cadena de distribución y esa información se ha filtrado por una organización a una televisión alemana. Es un tema que está 'sub judice'. Lo que tienen que hacer es respetar los tiempos de la Justicia y cuando haya una sentencia firme, aquel que haya incumplido la norma deberá ser sancionado. Estamos acostumbrados a dar estas explicaciones. Esa polémica está fuera de lugar y hay otros intereses por medio.
Ley de la cadena alimentaria
-Otro problema que están padeciendo en la actualidad es el aumento de los costes de producción. ¿Cómo va a repercutir en el precio de los productos?
-La industria ha estado paralizada más de veinte meses a nivel global por la pandemia. Ahora falta petróleo, gas, plástico, abonos, fertilizantes, cartón para las cajas… El transporte valía el año pasado cerca de un euro, ahora 1,40. Se ha producido la tormenta perfecta. Los márgenes con los que trabajan los agricultores son muy pequeños. Con la Covid todo se olvidó, empezamos a trabajar y funcionábamos gracias a los supermercados que abrían las 24 horas. Hubo un cierto relax. Pero ahora ha vuelto la presión, llega el incremento de los costes y los agricultores no podemos asumir ese 20% de media que nos va a costar de más cultivar algunas frutas y hortalizas ahora mismo. Extraer un metro cúbico de agua nos costaba quince céntimos, ahora está por treinta y tantos. El agua de la desaladora de Torrevieja nos venía a ochenta céntimos que se van a ir a un euro.
«Tenemos auditorías muy estrictas con los supermercados y la inmensa mayoría están muy tranquilos»
Polémica con Aldi
-¿No lo pueden repercutir al 100% en el precio del producto?
-Hemos tenido contactos con nuestros clientes europeos y hemos intentado trasladarles el problema que tenemos con el aumento de los costes, pero el cliente nos dice que la cesta de la compra no se puede encarecer, y menos ahora. Y lo entendemos. Pero claro, si tu empresa trabaja con un margen del 4% y te suben los costes un 20%... Hay que ver qué eslabón de la cadena se tendrá que apretar el cinturón, porque de momento somos nosotros los que hemos adoptado ese papel. Hay muchos desequilibrios.
-El problema no es de ahora. Hace años se aprobó una ley sobre la cadena alimentaria. ¿Se está cumpliendo?
-La ley de la cadena alimentaria no está funcionando. Se creó para intentar que hubiera unos precios justos para los productores, pero no está funcionando. El problema viene fundamentalmente por el gran desequilibrio que hay entre los productores y los grandes distribuidores, nuestros clientes, que han hecho su trabajo en los últimos años. Tenemos un problema de dimensión. No podemos estar mil ofertando y cinco comprando la mercancía. Tenemos que hacer un acto de transparencia y saber cuáles son nuestros costes reales. Yo estoy convencido de que puede ser una especulación de las materias primas.
«Pensaba que aunando esfuerzos llegaríamos a un acuerdo, pero es un tema de voluntad política y no la hay»
Déficit hídrico
-Lo de la Región de Murcia, huerta de Europa. ¿Es un eslogan o responde a la realidad?
- Es una realidad como la copa de un pino. Tiene que venir a la feria de Berlín, como han hecho otros compañeros suyos, y ver el estand de la Región de Murcia, una región pequeñita, pero el peso que tiene y lo que significa. Los tres días que estamos allí recibimos una afluencia de cadenas mundiales. Y si vas a Madrid a Fruit Attraction, una feria a la que se va a trabajar y que en once años ha pasado de un pabellón a once. Nos hemos traído a casa a los técnicos, y mi madre me decía que para qué queríamos tantos técnicos, pues para que nos den valor, para hablar de nuevas variedades, de nuevos ciclos. Hay empresas de Estados Unidos y del centro de Europa que se han venido aquí para estar al lado de los productores. Se han venido las empresas de semillas, los laboratorios, los investigadores. Para mí se queda corto, somos la huerta del mundo.
-El Ministerio para la Transición Ecológica dice que no piensa cerrar el Trasvase, pero todo lo que hace parece indicar lo contrario. ¿Se fía usted de este ministerio?
-Dicen que no lo van a cerrar porque tienen que garantizar el agua para beber, y de ahí beben millones de bocas de Alicante, Murcia y Almería. Ahora mismo no se confía en el Trasvase. Es tema de guerra entre territorios; genera muchos votos en Castilla-La Mancha, donde se han unido todos los partidos para cerrarlo. En Madrid se dice una cosa, en Castilla-La Mancha otra y en Valencia dicen otra. Se ha demostrado que es una infraestructura que está amortizada, que ha generado empleo y desarrollo. Si no fuera por ella todavía estaríamos como mi padre hace cincuenta años, yendo a Francia a la vendimia para traer dinero y poder sobrevivir.
-¿Por qué es tan difícil unir a los agricultores para que puedan negociar en mejores condiciones con las grandes distribuidoras?
-El Ministerio lleva años potenciando las uniones de productores, a través de las cuales piden ayudas, para intentar que haya menos operadores. Nos hemos ido concentrando, pero para mí hay un problema de oferta, no de volumen de producto. No sobran tomates, ni lechugas, ni ajos, ni naranjas, pero sigue habiendo mucha gente ofertando. Somos un país muy emprendedor y es un sector muy dinámico. No sé lo que tiene que ocurrir para que eso cambie. Es una de las cosas que más me preocupa, alcanzar el equilibrio en la cadena alimentaria y que todas las partes puedan sobrevivir con transparencia.
-¿Es un problema de individualismo?
-Puede ser… y también de visión empresarial. Es una cuestión que sigue ahí pendiente.
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