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«Rebeldía cívica». El alcalde de Murcia, José Ballesta, animó a defender la Carta Magna ante los enemigos internos que la acechan. Guillermo Carrión / AGM
45 años de la Constitución

José Ballesta: «La patria somos todos los españoles; no lo que pretenda ninguna minoría iluminada»

El alcalde de Murcia destaca que la Constitución «sigue viva y activa; no es una pieza de museo». Alerta sobre «la vieja pasión trincherista del enfrentamiento entre bandos»

LA VERDAD

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 01:25

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La reivindicación de España como historia de éxito es imprescindible para contrarrestar la narrativa lúgubre que han escrito sus adversarios internos. La patria somos todos los españoles conformados a través de la Constitución y su sistema de libertades en comunidad soberana. Y será lo que todos juntos queramos, no lo que pretenda ninguna minoría iluminada. Por eso tenemos que recuperar la confianza y perder el miedo de decir España». Este fue el mensaje final del alcalde de Murcia, José Ballesta, en defensa de la Constitución española, de la que dijo que «sigue viva y activa; no es una pieza de museo y tampoco es una estación de tránsito hacia un futuro supuestamente distinto o al margen de la misma para otros».

En su discurso de inauguración del foro organizado por LA VERDAD, José Ballesta abordó, aunque sin mencionarlo explícitamente, el actual clima político y social condicionado por los pactos del PSOE y del Gobierno de España con los separatistas y nacionalistas y alentó a actuar con «coraje para construir una España mejor». Realizó una retrospectiva histórica para enfatizar que en estos 45 años la Constitución «representa un logro común de todos los españoles, sin parangón en nuestra historia reciente», y trajo a colación las palabras del presidente Adolfo Suárez acerca de que la Carta Magna reconoce al pueblo el origen exclusivo de la soberanía.

En una velada referencia a las ventajas políticas y económicas que pueden obtener Cataluña y el País Vasco a raíz de la concesiones de Pedro Sánchez, en menoscabo de otras regiones, así como del debate abierto sobre el peligro que se cierne en la separación de poderes, Ballesta subrayó que la Constitución no solo es la norma suprema, la piedra angular del sistema jurídico, «es también la expresión del sistema de valores que articula las bases de la convivencia del Estado más antiguo de Europa, de España: la libertad, el Estado de derecho, la democracia representativa, la separación de poderes, la independencia de la Justicia, la igualdad entre los españoles, la solidaridad entre las regiones, la monarquía parlamentaria y la unidad de España».

«Me niego a asumir...»

Para el alcalde de Murcia, «hay una España amplia que crece en el pacto y en la concordia y otra que necesita generar confrontación para justificar su existencia. Hay una España mayoritaria que puede sentir el orgullo de haber superado enfrentamientos cainitas, crisis económicas, sanitarias y sociales, y una España que insiste en el atraso, la queja y la miseria y dice que no hay solución porque es incapaz de pensar en una. Hay una España alegre, capaz, imaginativa que supera el rencor y el resentimiento para encontrarse en la esperanza. Que vive en la audacia de la esperanza», destacó.

NACIÓN DE IGUALES

«Esta es la hora de un rescate emocional e ideológico frente al pesimismo; de una dosis de rebeldía cívica»

José Ballesta también hizo una relación de aquello que critica y rechaza en estos momentos: «Me niego a asumir que aquella emoción colectiva capaz de refundar un Estado que vivieron nuestros padres se ha ido extinguiendo en la rutina del aburrimiento democrático para volver a la vieja pasión trincherista del enfrentamiento entre bandos de nuestra generación». Asimismo, se niega asumir «que la idea del consenso, de la búsqueda de acuerdos, del diálogo y la conversación entre adversarios ha perdido vigencia ahora hasta convertirse en un vestigio abandonado. Que el desgaste de las instituciones y las luces cortas de los liderazgos han sembrado una semilla de escepticismo en el ánimo de los españoles actuales. Que la historia de éxito fue bonita mientras duró, pero puede estarse acabando en uno de esos vértigos autodestructivos que a veces arrastran a las naciones al colapso».

PROPUESTA

«Recuperemos el sosiego y el coraje de construir una España mejor; hay vida más allá del vocerío»

Propuso en su discurso «recuperar el sosiego, la moderación y la templanza que junto al coraje y la firme determinación de construir una España mejor demostraron nuestros padres constitucionales. Una sociedad abierta como la que anhelamos exige reflexión, diálogo y serenidad. Anteponer la discreción contenida al exhibicionismo ramplón, la sensatez de la reflexión pausada y comedida frente al vértigo del momento y la ocurrencia improvisada. Porque si no, lo demás, lo que queda, es el espectáculo efímero de una contienda falsa, fantasmagórica y ritual. Sin embargo, hay vida más allá del vocerío».

«Dificultades de vertebración»

Recordó a lo largo de su intervención que de todos los países occidentales, «la historia de España es la más extensa y extrema en envergadura». Recalcó que España es históricamente «la primera nación que nace en Europa. Sin embargo, hemos sido siempre una nación con dificultades de vertebración».

CONFLICTO

«Hay una España amplia que cree en el pacto y la concordia, y otra que necesita confrontación para justificar su existencia»

A su juicio, nadie avanzará ni progresará «con saltos al vacío, con portazos a la historia y a la convivencia». «No olvidemos que al negar al otro uno se está despojando de una parte crucial de sí mismo. El patriotismo debe entenderse como ciudadanía compartida y no como etnia de pertenencia. No se debe confundir la sobriedad del patriotismo con la embriaguez del nacionalismo. Porque España es una vieja nación y una joven democracia sustentada en el afán común de diversas culturas e identidades que a su unidad histórica sumaron el pacto nacional por la libertad y la democracia en 1978».

Para Ballesta, esta es la hora en la que la idea de nación de ciudadanos libres e iguales en derechos y oportunidades «necesita un rescate emocional e ideológico que la rearme frente al pesimismo». «Un blindaje de orgullo que la proteja de la sombría leyenda de país fallido. Una dosis de rebeldía cívica contra el derrotismo de algunos para contestar a la teoría del fracaso con la realidad objetiva de un avance inédito en estos últimos decenios».

Propuso un patriotismo moderno, inteligente y activo «que simplemente se encuentre satisfecho de la solidez de sus principios. Los que sirvieron para cerrar la zanja del cainismo y le dieron sentido a una sociedad abierta que, con todos sus conflictos, es capaz de integrar bajo la razón de la ley a todo el que no desee sentirse excluido».

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José Ballesta: «La patria somos todos los españoles; no lo que pretenda ninguna minoría iluminada»