Varios adolescentes salen de clase en Murcia, en una imagen de archivo. Guillermo Carrión/ AGM

El IMIB estudia el sueño de los adolescentes ante el aumento de trastornos

Analizará los hábitos de estudiantes de la ESO después de que pediatras y psicólogos hayan detectado problemas ligados a la salud mental y al abuso de pantallas

Lunes, 22 de abril 2024, 01:20

Un adolescente debe dormir entre ocho y diez horas cada noche para su bienestar y su salud. Si no lo hace, las consecuencias son ... diversas, y ninguna positiva: disminución del rendimiento escolar, irritabilidad, alteración del metabolismo...

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Los problemas de sueño entre los niños y adolescentes murcianos, que se han disparado desde la pandemia, preocupan a pediatras y psicólogos, que coinciden en alertar de que se trata de un problema multifactorial y muy vinculado a otras cuestiones, como el abuso de las pantallas y el empeoramiento de la salud mental. Para tratar de enfocar la cuestión con rigor y argumentos, la fisióloga e investigadora del sueño en la Universidad de Murcia María Ángeles Bonmatí desarrollará una investigación con el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) en institutos murcianos para analizar el sueño de alumnos de primero y cuarto de la ESO (de 12 y 16 años) y de segundo de Bachillerato (entre 17 y 18). «Queremos analizar varias cuestiones relacionadas con su bienestar psicológico, el rendimiento académico y su percepción sobre lo que representa para ellos dormir», explicar Bonmatí.

Además de realizar entrevistas a los alumnos, los investigadores recogerán los indicadores fisiológicos de los estudiantes, a quienes facilitarán un dispositivo de muñeca para cotejar su nivel de actividad física, de exposición a la luz solar.... El estudio piloto, en el que colaborarán casi un centenar de alumnos de tres institutos con diferente contexto (urbano, rural e intermedio), que podría dar lugar a otro más amplio, busca además que el sueño cobre presencia e importancia en las aulas como elemento fundamental de la salud, como ya ocurre con la alimentación y el ejercicio físico.

El Estudio Pasos, en el que participaron 400 murcianos, alerta de que más de la mitad no duermen lo necesario

El estudio 'Pasos' sobre los hábitos de alimentación, ejercicio físico y sueño realizando por la Fundación Pau Gasol en 2022, en el que participaron más de 400 estudiantes de la Región, ya alertaba de que más de la mitad de los adolescentes de entre 14 y 17 años no cumplen con la recomendación de horas de sueño, entre ocho y diez. El informe, en el que colaboró el director del Centro de Investigación en Alto Rendimiento Deportivo y catedrático de la UCAM Pedro Emilio Alcaraz, revela que el 56,8% de los adolescentes no duermen lo suficiente entre semana; tampoco lo hacen el 32% de los niños (de entre 6 y 13 años), que en su caso deberían subir el tiempo recomendado a entre nueve y once horas de sueño.

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Menor rendimiento

Adolescentes y niños mejoran, pero solo ligeramente, sus porcentajes de cumplimiento durante los fines de semana. Los datos además han empeorado con respecto a los registrados en la primera edición del estudio, en 2019, con un porcentaje de incumplimiento un 5,8% superior. El investigador murciano incide en resaltar que los malos hábitos de sueño pueden generar «la reducción del rendimiento académico, obesidad y problemas de salud mental». Los datos para ese estudio, en el que participaron 4.000 niños y adolescentes de toda España, fueron recabados con cuestionarios, peso, medidas corporales y pulseras de actividad.

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La pandemia marcó el inicio del agravamiento de los problemas de sueño entre los niños y adolescentes que se perciben en las consultas médicas desde entonces, asegura el presidente de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de la Región, Juan Antonio Carmona. «El aislamiento, la menor exposición a la luz solar y el mayor uso de las pantallas ha ido generando un aumento de la incidencia», afirma. En el caso de los adolescentes, se añade otro elemento. El horario interno (cronotipo), coordinado por un 'reloj' central ubicado en el cerebro, se vuelve cada vez más nocturno durante la adolescencia y llega a su pico más alto al final de ese periodo, lo que provoca que se duerman más tarde. Si a ese retraso 'natural' se suman las horas dedicadas al móvil o los vídeojuegos, las horas de pérdida de sueño se disparan.

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«Las alteraciones en los hábitos de sueño y el bienestar emocional son cuestiones que se retraoalimentan», asegura la psicóloga María Fuster

El uso de las pantallas –móviles, videojuegos...– es uno de los factores clave en el empeoramiento de la calidad y la duración del sueño de los adolescentes murcianos. «Antes de acostarse, e incluso en la cama, provocan en el menor un estado de activación e hipervigilancia», alerta la presidenta del Colegio de Psicólogos, María Fuster, para quien el aumento de los casos de 'mal dormir' entre los adolescentes es un problema multifactorial en el que tiene gran incidencia el empeoramiento de la salud mental de niños y adolescentes. O viceversa, porque, apunta Fuster, «son cuestiones que se retroalimentan; si tienes alteraciones en los hábitos de sueño se ve afectado el bienestar emocional, y también al revés».

«En ocasiones, les decimos a los padres que desconecten el wifi por la noche», afirma la presidenta de los directores de instituto

El inicio de las clases en el instituto a las ocho y cuarto de la mañana supone un problema para los adolescentes con carencias de sueño. Los efectos los perciben a diario los docentes, que llevan años asistiendo al problema. «Llegan con sueño, cansados, irascibles y nerviosos, y termina afectándoles al rendimiento», apunta la presidenta de la Asociación de Directores de centros de Secundaria, Isabel Saturno, quien por lo que aprecia en su centro, además de las redes sociales en el móvil, los juegos en línea son una fuente de insomnio para decenas de estudiantes. «Les hemos llegado a recomendar a los padres que desconecten la 'wifi' de sus casas por la noche», alerta Saturno.

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Con el móvil a la cama

El abuso de las pantallas está estrechamente vinculada con la falta de horas de sueño. Otro estudio sobre el sueño y los jóvenes realizado por la Sociedad Española de Neurología en el que también colaboró la investigadora Bonmatí destaca que la Región de Murcia cuenta con más encuestados que hacen uso de pantallas por la noche.

La cama es utilizada para actividades diferentes de dormir, como leer, estudiar, comer o charlar, en el 61 % de los casos. El empleo de dispositivos electrónicos con pantallas (incluyendo móvil, 'tablet', ordenador o TV) es un hábito común en la gran mayoría de los jóvenes (más del 80%), con un tiempo medio de uso en la cama antes de dormirse de 48,6 minutos. Canarias, Andalucía, Murcia y La Rioja son las comunidades autónomas que más usan los dispositivos electrónicos con pantallas en la cama antes de dormir. El presidente de la Asociación de Pediatría coincide en resaltar que los factores –abuso de pantallas, bienestar socioemocional, alimentación– se suman en los casos de déficit de sueño de los menores.

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