El PP regional aguarda una decisión de Feijóo sobre el liderazgo del partido

Este argumentario toma como base los hechos sucedidos en el último mes, desde que se produjo la caída de Pablo Casado y el ascenso de Alberto Núñez Feijóo. Primero, la elección de compromisarios murcianos para el cónclave nacional, en la que los afiliados afines a la dirección regional se impusieron con claridad a los más críticos allí donde hubo votaciones, como en Murcia, Lorca, Mazarrón y Nuevas Generaciones. El segundo suceso relevante fue el propio congreso de Sevilla, en el que el PP regional aumentó su peso en los órganos de dirección nacionales con cuatro dirigentes propuestos directamente por Fernando López Miras al entorno de Núñez Feijóo.

Visto así, parecería que el congreso autonómico, que carece aún de fecha porque ni siquiera ha sido convocado todavía por la Junta Directiva Nacional, será un camino de rosas para el actual presidente del Gobierno regional, aunque tenga la competencia de Patricia Fernández o de cualquier otro afiliado que decida presentarse y reúna los requisitos necesarios para hacerlo.

Pero este no es el único relato que circula por el PP murciano. Otras voces recalcan que el pescado no está ni mucho menos vendido. Que la elección de compromisarios y la designación de los murcianos en el cónclave son bolos insuficientes para medir las fuerzas reales y que aquí queda por producirse el hecho decisivo: lo que se decida en la planta noble de Génova sobre quién es el adecuado, o la adecuada, para llevar las riendas del PP en la Región en los próximos años. Porque en el PP, como en otros partidos, las primarias se suelen jugar con las cartas marcadas.

Los dos facciones que existen en el PP de la Región se autoasignan el apoyo de Alberto Núñez Feijóo, aunque el presidente nacional del partido, fiel al carácter gallego, no ha dicho ni una cosa ni la contraria. Desde la dirección regional están completamente convencidos de la sintonía de López Miras no solo con Feijóo, sino con la secretaria general, Cuca Gamarra, y con el coordinador general, Elías Bendodo. También con el gallego Miguel Tellado, el nuevo 'fontanero' de Génova, quien como vicesecretario de Organización tiene el encargo de elaborar un informe sobre los territorios con congresos pendientes (como Murcia y Madrid) para decidir la fecha de celebración de estos, que nunca sería antes de finales del mes de mayo.

Por otra parte, la sucesora de Teodoro García Egea en la secretaría general, Cuca Gamarra, anunció esta semana, en sus primeras declaraciones desde Génova, que la vida orgánica del PP no volvería a ser noticia. Y un hecho como la caída a un año de las elecciones de un presidente autonómico en ejercicio, que además lidera las encuestas, generaría revuelo nacional y estaría poco en consonancia con ese propósito de que se hable lo mínimo de las cuestiones internas.

En cambio, desde el sector crítico defienden que Patricia Fernández encarna mejor que el presidente en el perfil que busca Feijóo para su nuevo PP: municipalista, ganadora de elecciones y con trabajo fuera de la política. Aseguran que en Génova está instalado el runrún sobre la posible conveniencia de relevar el equipo en la Región de Murcia, la tierra de Teodoro García Egea, donde los mandos del partido están en manos de amigos personales del ex secretario general. El presidente regional, el primero.

Es más, existe la sospecha de que enemigos acérrimos del caído 'número dos' de Casado, y no solo de la Región, andan escudriñando los contratos de la Comunidad en busca de presuntos trapos sucios que llevarle a Feijóo.

Tampoco se deben subestimar los apoyos de la alcaldesa de Archena. Se vende que solo la respalda la vieja guardia. Pero gente como Valcárcel o Pilar Barreiro guardan aún una extensa agenda de contactos. Las votaciones de listas abiertas a compromisario en Murcia, en las que el expresidente salió por los pelos, admiten otra lectura. De 184 militantes que votaron, la mitad marcó la casilla de Valcárcel. Además, se asegura que hay miles de afiliados y dirigentes con Fernández sin hacer gala de ello en las redes sociales. Y muchos más que cambiarían de bando si detectan que la alcaldesa cuenta con la bendición de Génova.

Dentro de esa línea expresada por Cuca Gamarra de que no se produzcan líos internos, lo ideal para Génova en la Región sería un cónclave de candidatura única, con una dirección regional que integre todas sensibilidades, de forma que todos los cuadros se dediquen en exclusiva a pensar en las elecciones.

Algunas fuentes cuentan que ese fue el encargo que se ha dado al aparato regional. Lo cierto es que el secretario general en la Región, José Miguel Luengo, anunció a la vuelta de Sevilla que abrirá una ronda de diálogo con todos, para localizar posibles heridas y coserlas. Pero, a día de hoy, mucho tendrá que esforzarse para disuadir a la archenera de presentarse al congreso. Va lanzada.