El histórico capo irlandés John Gilligan cae de nuevo por traficar con cocaína rosa desde Murcia y Alicante
La Policía Nacional de Murcia lo detiene en su vivienda y desmantela en Orihuela Costa, un laboratorio donde se incauta de los 16 kilos de 'tusi', dos y medio de cocaína, metanfetamina y 93,5 kilogramos de sustancias de corte para la elaboración de drogas de síntesis
John Gilligan, el histórico capo irlandés de 72 años, fue arrestado otra vez a mediados del pasado mes de diciembre en Alicante, concretamente en la zona de Orihuela Costa. La Policía Nacional de Murcia lo detuvo en el marco de un operativo antidrogas en el que los agentes desmantelaron un laboratorio y se incautaron, entre otro tipo de sustancias estupefacientes, 16 kilos de cocaína rosa (conocida también como 'tusi'), dos y medio de cocaína. Además, se confiscaron 540 litros de precursores, 93,5 kilogramos de sustancias de corte para la elaboración de drogas sintéticas y un bidón de 75 litros de metilamina.
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La operación 'Overlord' ('Jefe Supremo', por su traducción del inglés) fue presentada este jueves en la sede de la Policía Nacional de la pedanía murciana de Sangonera la Verde, por la delegada del Gobierno, Mariola Guevara, y el jefe superior de Policía, Ignacio del Olmo.
«Estamos ante una de las operaciones más importantes que ha desarrollado la Policía Nacional en los últimos años aquí en la Región de Murcia con el desmantelamiento de una organización criminal formada por nueve personas y liderada por un ciudadano que formaba parte de la mafia irlandesa, buscado internacionalmente. Una persona que generó una gran conmoción en su país, una persona muy buscada y perseguida», afirmó Guevara.
Gilligan estaba asentado en San Pedro del Pinatar, en San Javier y en Orihuela Costa. En este núcleo urbano perteneciente al municipio alicantino de Orihuela fue detenido el 18 de diciembre en un chalet donde tenía el laboratorio clandestino. En los días posteriores, la Policía Nacional arrestó a otras ocho personas miembros de la banda. El capo irlandés pasó a disposición judicial en un juzgado de Orihuela, que decretó su ingreso en la prisión, junto al resto del grupo de narcos.
Fruto de la investigación conjunta con la National Crimen Agency (NCA) de Reino Unido, se logró identificar a un clan familiar criminal de origen macedonio, asentado en la pedanía murciana de La Alberca. Presuntamente, actuaban bajo las directrices del criminal irlandés con el fin de fabricar y distribuir de manera sistemática distintos tipos de sustancias estupefacientes en la Región.
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En el laboratorio clandestino fabricaban, manipulaban y adulteraban distintos tipos de droga, principalmente la conocida como 'tusi', o cocaína rosa o 'tucibi', de la que se había detectado un importante incremento de su consumo en zonas de ocio y puntos negros de la ciudad de Murcia.
Posteriormente, se llevaron a cabo otros dos registros domiciliarios en la localidad de La Alberca, en los domicilios pertenecientes al clan macedonio de la organización, en los que se incautó de una considerable cantidad del mismo estupefaciente.
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Histórico señor de la mafia irlandesa
Este último arresto se suma a una larga lista de antecedentes delictivos que el histórico 'señor de la mafia irlandesa' ha ido sumando a lo largo de su vida. Gilligan está considerado como el cabecilla de una de las organizaciones criminales más activa que se dedicó al tráfico de drogas en Irlanda con conexiones internacionales en las décadas de los 80, 90 del siglo pasado, y principios del 2000.
Además, en su oscuro historial, se le vincula con el asesinato de la periodista Verónica Guerin en 1996, un crimen que ha sido llevado a la gran pantalla con dos películas. Aunque nunca se le condenó por el asesinato de la reportera, la Policía irlandesa (conocida como Garda) lo señala como el presunto inductor del crimen. Guerin, quien investigaba el narcotráfico en Irlanda y a los capos de la droga, fue asesinada a plena luz del día en junio 1996. La periodista circulaba por las afueras de Dublín en su coche, y dos hombres a bordo de una motocicleta la siguieron. Cuando se detuvo en un semáforo en rojo, uno de ellos, se bajó de la moto y le descerrajó seis tiros. Brian Meehan, el integrante de la banda de Giligan que apretó el gatillo, cumple cadena perpetua por el asesinato. John Gilligan fue acusado de ordenar su muerte, pero fue absuelto por falta de pruebas.
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La caza del 'Padrino'
La frenética carrera delictiva de John Gilligan empezó a dar bandazos a partir de la muerte de la periodista, gracias a la presión social, que logró sacar a los narcos de las calles de la capital irlandesa, y a los golpes policiales que le han ido parando los pies. Así, en 2001, fue arrestado y condenado a 28 años de prisión por tráfico de drogas, concretamente hachís, de los cuales cumplió 17 años y salió en libertad en 2013.
Un año después de salir de prisión fue víctima de un intento de asesinato en Dublín, donde recibió cuatro disparos en casa de su hermano. Logró sobrevivir y, tras recuperarse, se trasladó a Inglaterra y posteriormente se instaló en España, concretamente en Alicante, en la zona de Orihuela Costa.
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Desde entonces, Gilligan ha sido arrestado varias veces en España por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Una de las detenciones que más repercusión tuvo fue la que se produjo en el marco de la operación 'Godfather', en la que la Policía Nacional de Murcia desmanteló en 2020 una red que presuntamente él lideraba con su hijo, Darren Gilligan.
El grupo enviaba drogas desde la Vega Baja a Irlanda mediante paquetería. Gran parte de la marihuana y el hachís con el que se enriquecían, lo comparaban en Los Alcázares. Allí, investigadores del Grupo de Estupefacientes de la Udyco seguían y vigilaban a un clan asentado en este municipio marmenorense dedicado a la venta de marihuana que cultivaban en casas, garajes, almacenes e invernaderos del Campo de Cartagena y la Comarca del Río Mula. En una de las vigilancias policiales detectaron varias reuniones con ciudadanos irlandeses, que vivían en Torrevieja. Así nació la operación 'Godfather' ('Padrino' en inglés), una ramificación de la investigación principal en la que cayó John Gilligan y su hijo Darren, su mano derecha.
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Padre e hijo fueron detenidos junto a otras cinco personas y la Policía incautó 8 kilos de cannabis, 26.000 pastillas de medicamentos y un revólver Colt Python -357 Magnum, modelo idéntico al utilizado en el asesinato de Guerin. Sin embargo, los análisis forenses no han podido confirmar que fuera el arma homicida.
22 meses de prisión
En 2023, aceptó su extradición desde Irlanda a España para presentarse en el juicio por tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal. En septiembre de ese año fue condenado a una pena de 22 meses, que quedó suspendida, tras llegar a una conformidad con la Fiscalía, que inicialmente pedía una pena de seis años por tráfico de drogas y 18 meses por posesión ilegal de armas.
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Gilligan admitió que utilizó un servicio de mensajería para enviar cannabis y medicamentos a Irlanda, y se declaró culpable de la posesión ilegal de arma de fuego. Pero el histórico capo irlandés no ha tardado ni un año en volver a su actividad delictiva y ha vuelto a ser detenido por los mismos delitos que lleva arrastrando toda su vida.
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