Golpe a un grupo de narcos liderado por una mujer en el Espíritu Santo

La calle Carmen La Roja se tiñó ayer del color azul de los uniformes de la Policía Nacional. «¡Los muertos de los chivatos!», clamaba indignado, mientras golpeaba como un poseso el capó de un coche, un amigo de los cinco detenidos con los que se saldó el operativo contra el tráfico de drogas. «¡Cálmate, Perico!», le gritaba una mujer que también se encontraba entre las decenas de vecinos congregados alrededor del cordón policial. En el barrio del Espíritu Santo de Espinardo se podía palpar la tensión que generó el despliegue de treinta agentes del Grupo de Estupefacientes, de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), el Grupo de Apoyo Operativo y la Unidad de Guías Caninos.

El Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia autorizó los registros de tres pisos, tras verificar la presunta venta de estupefacientes gracias a los seguimientos policiales que se realizaron a dos inmuebles del bloque 10 y en otro del bloque 8. El auto autorizando la intervención policial, al que ha tenido acceso 'La Verdad', expone que en vigilancias realizadas del 6 al 12 de noviembre se constantó «una actividad relevante de presunta compraventa» de marihuana, hachís y cocaína. «Ello indica un mercado rico y atractivo para el consumidor», como se demostró con las ocho actas por aprehensión de drogas.

Además, el juzgado apunta que durante los servicios de vigilancia «incluso algunos posibles adictos llegan a manifestar que no les han vendido debido a que se había avistado la presencia policial en las inmediaciones». Y ofrece otra prueba de la presunta actividad ilícita a tenor de la información que le ha facilitado el Grupo de Estupefacientes: «El trasiego de personas en ese supuesto punto de venta es elevado y carente de explicación lógica», indica la resolución, que precisa que en los domicilios operaba «un grupo organizado de personas», a cuya cabeza estaría supuestamente una mujer (E.M.B.C.). Los registros se iniciaron de forma simultánea sobre las 10.30 horas, y en los tres pisos se empleó un ariete para reventar las puertas. En una de las viviendas habían instalado cerrojos de seguridad y eso permitió a dos de los detenidos ganar unos segundos para correr hasta el cuarto de baño y, en apariencia, desprenderse de la cocaína.

Un equipo de 'La Verdad' pudo entrar en este piso y comprobó que en la mesa del salón había un cuchillo jamonero, una tarjeta, restos de 'coca' y bolsas de plástico con las que estaban preparando dosis. Con el primer impacto del ariete, los sospechosos corrieron al baño y, tal y como comprobó este diario, arrancaron el váter con el presunto fin de tirar la droga por la tubería.

En el domicilio había muestras de los caprichos que se daban sus moradores: desde una máquina de musculación y una cinta elíptica de gimnasio a dos réplicas en miniatura de motos de cross de competición, tres bicicletas de montaña, relojes... Este inmueble, según el auto, era «el principal punto de venta a consumidores». En una estantería del salón, por si algún cliente se propasaba, tenían una faca cuyo tamaño habría asustado al mismísimo Curro Jiménez.

El inspector jefe del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional, José Guerrero, coordinó sobre el terreno el operativo. En otro domicilio se desmanteló un invernadero de marihuana supuestamente gestionado por un matrimonio (D.O.C. y A.M.G.E.). En el momento del registro tenían 30 plantas en cultivo en una pequeña habitación en la que agilizaban las cosechas con ventiladores, lámparas... Uno de los técnicos de Iberdrola explicó que empleaban «una toma directa» al contador general del edificio. Habían agujereado las paredes del salón y de una habitación para llevar la toma hasta el invernadero.

El operativo destapó que otras familias de este edificio estaban enganchadas ilegalmente a la luz. «De quince contadores, solo cuatro son legales», señalaron los técnicos. A solo unos metros, en el bloque 8, los trabajadores de Iberdrola también detectaron ocho tomas ilegales. Entre los dos edificios sumaban diecinueve, lo que acarreará acusaciones por defraudación de fluido eléctrico no solo para los detenidos, tres hombres y dos mujeres, sino también para otros vecinos.

El registro que más se alargó fue el del piso de la supuesta cabecilla. «En el domicilio de E.M.B.C. resulta entendible que pudiera haber dinero procedente de las ventas diarias, habida cuenta de que se trataría de la persona dueña del negocio», razona el auto. Y no se equivocó, ya que en los registros se incautaron 3.000 euros en metálico, un vehículo y algunas armas, como un machete.

En este bloque, la espera fue insoportable para la comisión judicial por el hedor existente, ya que en el portal se acumulaban excrementos caninos, basura y carne putrefacta. A las 12.34 horas concluyeron los registros, en los que la labor de los perros permitió incautar algunas dosis de cocaína y hachís. La conducción hasta un coche policial de la presunta líder de los narcos fue arropada por alguno de los residentes: «¡Eva, prima, tranquila!».