El gobierno de la UMU vota el reajuste de plazas y grupos entre las protestas de docentes y alumnos

El Rectorado pretende subir el número tope de alumnos que componen los grupos de estudiantes y reajustar la oferta de plazas el próximo curso, dos medidas que, denuncian algunos docentes y estudiantes, «redundarán en el empeoramiento de la calidad docente y suponen un recorte». Las propuestas, que están relacionadas, cosecharon el rechazo de la Junta de Personal Docente Investigador (PDI), del Consejo de Estudiantes y de las juntas de varias facultades.

La reducción de grupos y el reajuste de plazas persiguen, en última instancia, «optimizar» los recursos de la UMU de cara a las nuevas exigencias de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y teniendo en cuenta las dificultades de financiación de la Universidad, según la institución.

La primera propuesta se plasma en un nuevo reglamento que afecta a la formación de los grupos de estudiantes a los que enseña cada profesor, teóricos y prácticos, y que a la postre implica alguna rebaja. Docentes y estudiantes temen que se traduzca en un incremento de las ratios en los grados con más alumnos. Según la propuesta, los grupos de clases teóricas se ampliarán de 70 a 100 estudiantes (como tope) y los prácticos, de 35 a 50. Aunque la ratio media en las clases teóricas resultante en todas las titulaciones sería de 70 alumnos por clase, algunos grados se irían a cien estudiantes.

Para el Consejo de Estudiantes (CEUM), ese incremento tendría un impacto «negativo sobre la docencia y la calidad de la educación». Las juntas de facultad que se han posicionado en contra, como la de Educación, también alertan de la «falta de espacios y recursos para el desarrollo de la docencia».

Los reajustes en la oferta de plazas, relacionados con la reorganización de grupos, fueron planteados por la UMU como una manera de «adecuar los cupos a la realidad de la demanda», pero la Junta de Personal Docente los califica de «recortes encubiertos». En líneas generales, ganarían plazas algunos grados sanitarios (como Medicina) y los relacionados con la biotecnología y la tecnología, y las perderían varios del área de Humanidades, como Lengua y Literatura Españolas e Historia del Arte; y Sociales, como Administración y Dirección de Empresas (ADE).

En ese contexto, el rector de la UMU, José Luján, anunció este jueves que pedirá a la Comunidad una convocatoria extraordinaria de cien plazas de profesor que debe quedar incluida en el nuevo plan plurianual de financiación que negocia con la Administración. «Demandamos una primera dotación de cien plazas de ayudante doctor para el año 2024, que tendrá que ir incrementándose en años sucesivos», explicó Luján. El rector no quiso vincular la demanda de ese contingente de nuevos docentes con el reajuste que hoy se vota, pero lo cierto es que las medidas están directamente relacionadas, como también lo están con los cambios que debe encajar la Universidad para adaptar la estructura de sus plantillas a los nuevos requerimientos de la LOSU y con la reducción de la plantilla de profesores asociados.