Francisco Gil, cuatro décadas como fontanero del campo

Su trayectoria profesional está basada en cuatro décadas sosteniendo los cimientos del sector agrario murciano. Su vida laboral la ha dedicado a dirigir la sala de máquinas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag-IR) en la Región. Se supone que ha sido secretario de Organización, un puesto que suele mencionar cuando los periodistas le piden que se identifique, pero tampoco le gusta hacer mucha gala de ello.

Francisco Gil (Ávila, 1956) se ha jubilado, aunque muchos no pensaban que lo conseguiría. E incluso ha abandonado tierras murcianas para construirse una casa en el parque nacional de Monfragüe (Extremadura) con su mujer Amelia, médica y una de las mejores foniatras de España.

Su esposa es precisamente la razón por la que hace 38 años recaló en Murcia desde Castilla y León. Con una familia de larga tradición agraria, Paco empezó allá su dedicación a la representación sindical del campo. En la Región, continuó esta labor con una «pasión», dicen quienes le conocen, que no ha perdido en ningún momento.

«Un visionario adelantado a su tiempo», trabajador de «lunes a lunes» y siempre con el Boletín Oficial del Estado en la mano. Y es que Paco Gil es uno de los mayores conocedores de la legislación ambiental europea, estatal y regional que afecta al sector agrario. Estando más o menos de acuerdo con ella, y siempre crítico sin miedo a nada, él inició a finales de los años 90 y principios de siglo la difícil tarea de hacer ver a los agricultores que el medio ambiente debía pesar a la hora de decidir cómo cultivar y de qué forma.

Puente entre las organizaciones agrarias y las administraciones, con muchas negociaciones a sus espaldas, ha asistido a cientos y cientos de reuniones locales con productores para hacer lo que ahora se denomina 'transferencia del conocimiento'. Hace 20 años, incluso, fue de los primeros en pelear por la regularización de trabajadores extranjeros llegados de Ecuador ante la falta de mano de obra en Murcia.

En estas tierras, impulsó la fusión junto a Pedro Lencina de Coag e Iniciativa Rural, organización a la que pertenecía en la Transición española. «Gran estratega electoral» en periodo de elecciones sindicales y «hábil negociador» con el convenio del campo, Paco Gil abandona la primera línea en silencio y tras ser la mano derecha de los presidentes de la coordinadora agraria en la Región estas últimas décadas. Sin embargo, le avisan de que no se acomode demasiado: «Habrá que seguir tirando de él para continuar hacia adelante».