Extensión de la mancha blanca en el Mar Menor, vista desde la Sierra Minera de Cartagena y La Unión. J. M. Rodríguez / AGM

La extensión de la mancha blanca del Mar Menor crece por la subida del nivel freático

Los científicos que monitorizan la laguna reclaman medidas más contundentes para evitar la entrada de nutrientes

Jueves, 28 de noviembre 2024, 01:49

Los eventos extremos derivados del cambio climático tienen una interacción clara sobre el estado de salud del Mar Menor. Juan Manuel Ruiz, investigador del ... Instituto Español de Oceanografía, con sede en el Centro Oceanográfico de San Pedro del Pinatar, mostró durante la jornada científica sobre la laguna salada en Cartagena que el impacto de la eutrofización del agua, los efectos de la crisis climática (con olas de calor más frecuentes y duraderas desde 2014) y la mano del hombre «se alían» para llevar al «colapso» a ecosistemas como el Mar Menor.

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Ruiz dibujó una laguna salada en situación «estable» desde finales de 2023 pero con matices. «Los niveles basales de clorofila son mayores que registros anteriores», con mayor turbidez e incluso con niveles de luz que han llegado a ser críticos para la vegetación por la turbidez. Los niveles de nitratos y fosfatos han aumentado, aunque no hay grandes cifras, algo que también corroboró el catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia Ángel Pérez Ruzafa. Todo ello lleva a pensar que el ecosistema «se encuentra en un estado alterado de forma estructural y, en consecuencia, es menos resiliente». Por ejemplo, el científico del IEO mencionó el incremento del pH del que llevan alertando el último año, síntoma de que «algo se ha roto» en el Mar Menor.

A esta historia hay que sumarle la mancha blanca que se extiende por el sector suroeste de la laguna. Partículas microscópicas blanquecinas vinculadas a la precipitación de carbonato cálcico, sin mediación del fitoplacton, y cuya aparición se debe a las nuevas condiciones de pH en el agua y la concentración de carbono inorgánico disuelto. Ruiz recordó que existe una vinculación con el agua subterránea de la cuenca del Campo de Cartagena, y anunció que su expansión en el ecosistema va vinculada a la subida del nivel del acuífero en tierra. Conforme más alto esté, más presión ejerce sobre la laguna. Tras el verano, la mancha blanca alcanzó más de 19 kilómetros cuadrados de extensión, pero su superficie se redujo un punto y medio en los últimos meses.

El científico del IEO mencionó el incremento del pH del agua, síntoma de que «algo se ha roto» en el Mar Menor

El científico concluyó su exposición asegurando que todas las opciones que vayan dirigidas a reducir las entradas de nutrientes «deben ser consideradas», tanto las de aguas abajo como las medidas en origen, evaluando su viabilidad técnica, ambiental y económica. «Si el calentamiento del agua progresa y no se reducen las entradas de nutrientes, podría producirse un nuevo colapso», alertó.

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Ruzafa, por su parte, insistió en controlar las entradas de agua: «El problema no está resuelto, convergemos más en las evidencias, pero no se ha hecho nada para resolver el problema». El catedrático, que se encarga de los informes de seguimiento de la laguna para la Comunidad, ha controlado las últimas entradas de nitratos y fosfatos en dos campañas realizadas en noviembre, con datos que le han sorprendido por el volumen de llegada de estas sustancias. En concreto, ayer señaló que «hacía tiempo que no se veían estas entradas de fosfatos en el Mar Menor».

Pérez Ruzafa cree que hay acuerdo para las soluciones, «pero no se ha hecho nada para resolver el problema»Juan Manuel RuizÁngel Pérez Ruzafa

El investigador de la UMU apostó, como ha mencionado en otras ocasiones, por gestionar el acuífero Cuaternario para rebajar su nivel y evitar el afloramiento de agua cargada de nitratos en la rambla del Albujón. «El agua es el principal vector de los problemas» de la laguna, aseguró, al tiempo que pedía sistemas de tratamiento de nutrientes y salmueras e infraestructuras de recogida y canalización del agua, funciones que tuvo en su momento el salmuereducto desmantelado en el Campo de Cartagena. «Si no controlamos el acuífero, estaremos a expensas de si llueve o no llueve».

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Nuevo algoritmo

Jesús Mercado, investigador del IEO en su centro de Málaga, explicó a los asistentes los trabajos que realiza su grupo científico para determinar el ciclo del nitrógeno en la laguna, cómo fueron sus primeros procesos y cómo se transforma en el agua. El experto expuso que el instituto ya ha terminado de elaborar el algoritmo Bela que, como avanzó LA VERDAD, permitirá estimar desde el espacio la concentración de clorofila en el Mar Menor y determinar así en qué zonas hay más contaminación gracias al uso de imágenes satelitales. Este sistema de monitorización permitirá determinar el volumen de nutrientes en el mapa lagunar.

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