Alumnos de Secundaria consultan sus móviles en una imagen de archivo. Nacho García/ AGM

Un escudo contra la desinformación y los bulos en los institutos de la Región de Murcia

Profesores de ESO tratan de dar herramientas y habilidades a sus alumnos para enfrentar el gran reto de la generación Z: protegerse contra 'fakes' y negacionismos

Lunes, 16 de diciembre 2024, 01:07

Son nativos digitales, pero esa condición no trae de serie las habilidades y herramientas para protegerse contra las noticias falsas, 'fake news', negacionismos y ... movimientos de ideas extremas que tratan de captar especialmente a los adolescentes. Los profesores de Secundaria de los institutos de la Región son conscientes de la urgente necesidad de educar y proteger a los adolescentes frente a la desinformación y los discursos que propagan el odio y estereotipos negativos, que les asaltan y atropellan a cada paso en su medio natural, las redes sociales, la principal fuente de acceso a la información de los estudiantes. Detectar bulos, 'fakes' y otras trampas digitales nunca inofensivas será cada vez más difícil, y aunque no existe una asignatura ni contenido curricular específico centrado en esas competencias y habilidades, los docentes, también en la Universidad, hacen frente al reto cada día en las aulas de forma transversal.

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La ley Celaá hace referencia de forma explícita a la necesidad de incluir en los temarios esas herramientas, pero la realidad es que no existe un programa específico de alfabetización digital, que la Consejería de Educación quiere incluir en las aulas. «Ellos se informan en TikTok, es un hecho; y como los adultos, tienen cierta tendencia a buscar la confirmación de sus pensamientos iniciales. Es una predisposición que en el caso de los adolescentes se agudiza», explica Inma Alonso, profesora del IES Sanje de Alcantarilla, que participa con sus alumnos en el programa organizado por la Universidad de Murcia 'Que no te cuenten historias', un concurso centrado en identificar la intencionalidad que subyace a las narraciones históricas y que «les anime a contrastar y evaluar las fuentes a su disposición para poder realizar argumentaciones fundamentadas», explica Laura Arias, profesora de Didáctica de la Historia y una de las impulsoras del certamen.

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«Les animamos a analizar la fuente de información, y a buscar otras, a contrastarlas con datos», explica Arias. La profesora de la Facultad de Educación y miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia, María del Mar Sánchez Vera, promueve el mismo proceso de cribado en las formaciones que imparte a docentes. «Lo primero es que se formulen la pregunta: siempre que les llega cualquier tipo de información, tienen que plantearse quién la emite y por qué. Una vez entendemos ese emisor y su intencionalidad, hay que contrastar los datos con informantes institucionales», explica la investigadora, quien ha elaborado para la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados el informe 'Inteligencia Artificial y educación'.

El acceso a la información de los estudiantes, adolescentes y también universitarios en sus primeros cursos, tiene su puerta de entrada mayoritaria en las redes sociales. Un estudio de Save the children concluye que las redes se sitúan como una de las principales fuentes, solo superadas por la familia y los amigos, al mismo que nivel que la televisión y por delante de medios de comunicación tradicionales como la prensa. Además, un 16% consideran que las redes y los creadores de contenido son una buena fuente de información en todo caso, mientras que casi un 70% piensan que pueden serlo en determinadas ocasiones. En esta cuestión, resulta especialmente relevante las diferencias entre chicos y chicas: un 23,4% de los chicos consideran que los creadores de contenido son fuentes fiables de información, frente a un 9,4% de las chicas. El 51% aseguran que no sabría identificar cuándo una noticia es falsa y un 56% recurriría a familiares y amigos para comprobar su veracidad, según la ONG.

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La polarización que anida y promueven las redes sociales que los adolescentes utilizan como fuente de información mayoritaria salta a las aulas cuando surgen en clase debates relacionados con la violencia de género, la migración y el cambio climático. «Los discursos negacionistas han calado entre muchos adolescentes. En las últimas semanas, a propósito de la dana, hemos escuchado de todo en clase de Geografía», admite Alonso.

Cuando la información excesiva se convierte en ruido ¿Es la generación con el acceso más inmediato y diverso a la información la más desinformada? Los expertos creen que algo ha empezado a cambiar. «Hay demasiada información, pero a la vez hemos empezado a ser más críticos. Antes consumíamos de manera más dócil. Los estudiantes son una generación que está empezando a ver la necesidad de ese espíritu crítico, porque son conscientes de que acceden a información modificada, falseada, y ya se establece ese cuestionamiento», argumenta Sánchez Vera, defensora de un mayor impulso a la alfabetización digital en las aulas.

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