«Hemos descubierto que la cultura es esencial»

Los días de encierro e incertidumbre que todavía acucian han revelado, cree la pianista y profesora en el Conservatorio Superior de Música de Murcia Pilar Valero, la «importancia de la cultura», que ha dejado, opina Valero, «de ser algo prescindible para convertirse en fundamental». «Lo que antes se consideraba anecdótico, bonito o accesorio, de repente es lo que nos hace más felices y lo que de verdad permanece». Y pone como ejemplo: «Nos hemos quedado confinados en casa, sin poder salir ni hacer nuestra actividad normal, y lo que nos ha dado aire ha sido poder leer un libro, una buena novela; escuchar música, o contemplar esas maravillosas pinacotecas que se han podido recorrer 'online'. El arte te hace sentir vivo, humano, y tener capacidad de resistencia», defiende la pianista molinense.

Para ella, el día después de la pandemia, ahora en fase de desescalada, descubrirá un escenario distinto en el que «valoraremos lo realmente importante. A veces, el sufrimiento y las dificultades nos hacen ser mejores personas» y prestar, dice, mayor atención «a lo esencial».

Es consciente de que la cultura sufrirá -ya lo está haciendo, señala-, el fuerte envite del coronavirus, especialmente las artes en vivo, y en concreto, la música, porque «requiere concentración de gente. Los músicos estamos preocupados. En mi caso, todos los conciertos que tenía previstos hasta octubre se han visto cancelados. Yo, además de concertista soy docente, pero tengo amigos que solo viven de los conciertos y se encuentran muy angustiados, primero porque no sabemos cuándo se va a volver a la normalidad, y luego porque tras este parón se avecina una crisis económica, con lo que esto supone para la cultura. No obstante, confío en que, como hemos descubierto lo importante que es esta para vivir, se mantenga, contrariamente a lo sucedió en otras crisis, como en la anterior, en la que vimos que la cultura pasó a un último lugar».

Hay otros valores, subraya Valero, que también saldrán reforzados tras la crisis sanitaria, como «la familia». En ella, en la música y en los libros, es donde ha intentado refugiarse estos días: «Estoy preocupada por las personas que están enfermas y sufro al ver el problema que tenemos a nuestro alrededor, tanto económico como humano, pero personalmente no lo he llevado tan mal, porque estoy disfrutando muchísimo de mis hijos. Esto es algo que he descubierto. La música requiere mucho tiempo de estudio y con los conciertos a veces... A mis padres no los veo, y les echo de menos, al igual que a mis amigos, a mis compañeros y a mis alumnos del conservatorio, a pesar de que sigo dando clases 'online', pero tengo cerca a mis hijos y disfruto de ellos».

La pandemia, asegura, será «un antes y un después» no solo a nivel global, sino también en su propia vida, en la que piensa «ser mucho más selectiva». «No quiero perder el tiempo, y voy a dedicarlo a lo que de verdad me llena, que es la familia. Es nuestro soporte, y donde reside el verdadero afecto», resalta.