Las denuncias por 'ciberestafas' se disparan un 75% con la pandemia
Casi 6.000 murcianos se vieron afectados el pasado año por delitos cometidos a través de la Red y la cifra se cuadruplica en un lustro
Estafas con tarjetas de crédito, 'phising' o 'smising', robos de datos o de dinero, 'fraudes del CEO'... El universo que trajo de la mano ... la irrupción de internet y el incuestionable reinado de las nuevas tecnologías abrió también la puerta a un nuevo tipo de delincuencia que encuentra en la Red un escondrijo inmejorable y que ha aumentado su actividad al albor de la pandemia. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado recibieron el pasado año hasta 6.828 denuncias en la Región por delitos de todo tipo cometidos a través de internet, una media de 18 cada día. De acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio del Interior, la cifra supone un repunte del 69,3% respecto a 2019, cuando la Covid aún no había trastocado todo.
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El repunte de este tipo de delincuencia informática no es algo nuevo, aunque la crisis sanitaria le haya insuflado aún más fuerza. Las denuncias por 'ciberdelitos' han ido creciendo imparables de un tiempo a esta parte y se han llegado a cuadruplicar en el último lustro –en 2016 rondaban las 1.445–. El fenómeno se ha hecho más grande y cada vez genera más daños. Los murcianos afectados por este tipo de delitos sobrepasaron el pasado año los 5.600, cuatro veces más que hace unos años.
'Mulas' para impedir el rastreo
Las estafas son, con diferencia, el delito que más golpea a través de la Red. Hasta un 86% de todas las denuncias recibidas el pasado año en la Región respondían a la actividad de los 'ciberestafadores'. Si en 2019 se dieron 3.358 de estos episodios en la Comunidad, de acuerdo a los datos de Interior, el año pasado la cifra aumentó hasta los 5.887, un 75% más.
La Fiscalía General del Estado alerta, en su último informe, de la generalización de algunos fraudes que ya venían presentándose en los últimos años y de la aparición de nuevos tipos de engaños. En ese sentido, advierte sobre la irrupción del conocido como fraude SIM Swapping, que, subraya, «está siendo utilizado con alarmante frecuencia en los últimos años». La técnica consiste en burlar las medidas de seguridad de las entidades bancarias accediendo a los códigos alfanuméricos de confirmación, de uso único, generados con ocasión de las transacciones electrónicas. Estos, normalmente, se comunican a los clientes con un mensaje. Para ello, los delincuentes obtienen previamente un duplicado o una nueva tarjeta SIM a nombre de su víctima, ya sea solicitándola del operador simulando la identidad de aquella, o incluso valiéndose de tretas más elaboradas. En alguna ocasión se ha aprovechado, incluso, el paso de los afectados por tiendas de reparación de teléfonos móviles.
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El Ministerio Público también llama la atención, en su última memoria, sobre «la proliferación de ofertas engañosas de productos financieros supuestamente de alta rentabilidad, en moneda de curso real o en criptomonedas». Estas, explican, se venden como inversiones seguras a unos ciudadanos que llegan a desembolsar importantes cantidades de dinero que difícilmente podrán ser recuperadas.
La persecución de este tipo de infracciones entraña una especial dificultad por razones evidentes. Estos delincuentes tecnológicos dan sus golpes, en muchas ocasiones, desde otro país y utilizando, incluso, a terceras personas –llamadas 'mulas económicas'– y una maraña de conexiones que los hacen complicados de rastrear. No en vano, de acuerdo con los datos que maneja Interior, el pasado año ocho de cada diez 'ciberdelitos' quedaron impunes en la Región. A nivel nacional, la tasa de resolución es aún más baja. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado lograron esclarecer 38.046 de los cerca de 288.000 'ciberdelitos' denunciados. Supone apenas un 13%.
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Pese a las trabas con las que tropiezan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en su lucha contra esta delincuencia que no conoce de fronteras, cada vez son más los detenidos o investigados por estos ataques. El pasado año fueron 354 en la Región, prácticamente el doble que un lustro antes.
Los equipos Arroba reiben 430 denuncias en dos meses
«En estas investigaciones no hay fronteras. Algunas se nos salen de la Unión Europea»
La mujer llegó al cuartel con un nudo en el estómago. Horas antes había pagado a uno de sus proveedores la factura de 33.800 euros que le había enviado al correo electrónico, pero una conversación entre ambos pronto destapó que algo no iba bien. El dinero no había llegado a la cuenta del destinatario. La revisión del número de cuenta que aparecía en el recibo hizo que esta empresaria se cayera rápidamente del burro. Con los papeles en la mano, acudió rápidamente a pedir ayuda a la Guardia Civil y fue su celeridad la que permitió a los agentes del Instituto Armado actuar con contundencia. Con una orden del juez en la mano, el equipo Arroba logró paralizar una transacción bancaria que ahora está siendo objeto de investigación.
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El mal trago de esta empresaria murciana es la historia que anida detrás de una de las 430 denuncias que los equipos Arroba han recibido en sus dos primeros meses de andadura. El Ministerio de Interior ha desplegado hasta 84 de estos grupos especializados en las comandancias de todo el país para hacer frente a un repunte de la ciberdelincuencia, que se viene percibiendo desde hace un lustro pero que se aceleró con la pandemia y las restricciones sociales. Hasta 21 agentes ofrecen una «primera respuesta» contra este fenómeno en seis equipos diferentes –y un séptimo de coordinación– creados en los puestos de Murcia, Cartagena, Lorca, Caravaca, Cieza y Torre Pacheco. Su objetivo, explica la agente Elida Sevilla, miembro de uno de ellos, es «dar asesoramiento, prevención y respuesta ante la ciberdelincuencia».
Estas unidades se encargarán, 'grosso modo', de la resolución de las denuncias por delitos más leves, mientras que aquellos casos más complejos seguirán recayendo en los agentes de la unidad de delitos tecnológicos, que se encuentra dentro de la Policía Judicial de la Guardia Civil.
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Las estafas 'online' suponen el 80% del trabajo de estos grupos. «El 'phising' y 'smising' son las más usadas»
La empresaria murciana, que respiró aliviada al poder asegurar su dinero, fue objeto de una de las 'ciberestafas' que golpean con más fuerza en los últimos meses. La agente Sevilla explica que este fraude se conoce como BEC (Business Email Compromise). «Lo que hacen es meterse en el correo electrónico de esas empresas, coger facturas que han enviado a clientes de esa empresa, las modifican solo con el número de cuenta y, entonces, cuando va a hacer el pago de esa factura, ingresa una cantidad de dinero, que suele ser grande, a un número de cuenta del estafador», relata.
Sentido común y prevención
Las estafas suponen alrededor del 80% de las denuncias que reciben estos equipos. Unos fraudes que, alerta la agente Sevilla, suelen golpear con más fuerza con motivo de algunas campañas comerciales, como la de 'Black Friday' o la navideña. «Las más usadas son el 'phising' o el 'smising'», remarca. Unos delitos cuyo esclarecimiento resulta muy complejo. «En estos casos se tarda más», reconoce la especialista. «No hay fronteras. Las investigaciones, en ocasiones, se nos salen de la Unión Europea». En estos dos meses, los equipos Arroba han dado respuesta a 80 de esas 430 denuncias.
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Prácticamente nadie escapa a los tentáculos de estos 'ciberdelincuentes' en una sociedad en la que el 94% de los ciudadanos está abonado a las nuevas tecnologías. La agente Sevilla remarca, en este sentido, que los mejores aliados para mantenerse a recaudo de esta nueva modalidad de estafadores son el sentido común y la prevención. «Es conveniente revisar periódicamente las cuentas bancarias», incide. «Y aprender a identificar esos correos que son sospechosos de ser 'phising' porque tu banco nunca te pedirá a través de un correo que le facilites datos confidenciales».
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