ENTREVISTA

«Con 20 años, este proyecto hubiese salido fatal»

cantante

Rosa Martínez

Viernes, 9 de octubre 2015, 00:19

Hace tiempo que le perdió el respeto a la muerte. Ya no le teme a nada, dice. Y quizá por ello va copando su agenda de nuevos retos, de proyectos que le ilusionen, porque «dejarse llevar creyendo que ya lo has hecho todo es malo», advierte el cantante. Millones de álbumes vendidos en todo el mundo -en su haber brilla un disco de Uranio, cuyo honor solo comparte con Queen y Michael Jackson-, numerosos premios y reconocimientos y una prolífica carrera cargada de éxitos son el bagaje de un Raphael (Linares, Jaén, 1943) con el alma rejuvenecida, con la ganas intactas y con el deseo latente de seguir disfrutando cada minuto y cada experiencia. Lo hace con 'Sinphonico', su nuevo proyecto musical, en el que rescata las grandes canciones de su repertorio para darles majestuosidad, grandeza, reconoce, en compañía de una orquesta sinfónica, que es distinta dependiendo del lugar en el que actúa; y lo hace también en el cine, donde acaba de estrenar su primera película en años, 40 concretamente, de la mano de Álex de la Iglesia. La cinta, 'Mi gran noche', preestrenada en el Festival de Cine de San Sebastián, estará en las salas de cine de todo el país a partir del próximo día 23. Para 'Sinphonico' solo hay una cita en Murcia y es este próximo viernes a las 21.30 horas en la plaza de toros. Raphael actuará junto a la Orquesta Sinfónica de Málaga. Vayan vestidos de gala.

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-¿Con qué está disfrutando especialmente?

-Con la experiencia, porque, además, va a ser única. No la voy a repetir esta gira porque tengo que hacer también otras cosas. 'Sinphonico' estará hasta mediados de agosto del próximo año en todo el mundo. Lo estoy disfrutando muchísimo. Todas las funciones que llevo hechas hasta ahora han sido memorables, y el público también lo está disfrutando muchísimo. ¡Hasta se me visten bien para ir al teatro! [ríe]. Una orquesta sinfónica de esos tamaños y esas envergaduras [la de Málaga está compuesta por 54 músicos] dignifica mucho los sitios donde vamos y permite que una plaza de toros se pueda ver como si fuera el Teatro de la Ópera.

-¿Cómo suenan sus canciones junto a una orquesta sinfónica?

-Suenan muchísimo más grandes. Una versión sinfónica siempre es mucho más perfecta que una versión pop en el sentido de que lo que más destaca son las melodías, y, como afortunadamente mis canciones tienen mucha melodía, pues viene muy bien.

-Ha cumplido un sueño, al menos así ha definido usted este proyecto. ¿Llevaba mucho tiempo persiguiéndolo?

-¡Uy, esto viene desde el comienzo! Lo que pasa es que todas las cosas tienen su tiempo y su momento. Para esto se necesita tener una experiencia muy grande en los escenarios. Para llevar una orquesta sinfónica en gira y tocar con una sinfónica diferente a lo largo y ancho de este mundo durante un año, necesitas tener mucho bagaje artístico. Si lo hubiera hecho con 20 años, hubiese salido fatal. No, esto no me veía yo haciéndolo con 20 años.

-¿Qué significa para usted haber alcanzado ese sueño?

-Es un lujo. Para mí y para todos. Conseguir hacer una gira como esta no es fácil. Es una cosa muy cara y difícil, y sobre todo, difícil de manejar y llevar por todos lados. Requiere de un director que vaya por delante. Es complicado. Pero afortunadamente, todo está saliendo muy bien. Que pueda pasar por Murcia es un lujo para el espectáculo, para mí, para Murcia y para todos.

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-Después de más de cincuenta años de carrera, ¿abrazar proyectos tan singulares como este es para usted un aliciente?

-Claro. Sobre todo para renovar la ilusión, porque en esta profesión, si la ilusión se va, no hay nada. La ilusión por hacer cosas diferentes es lo que mantiene al artista. Aquel o aquella que se deja llevar por la corriente porque ya lo ha hecho todo en la vida, según ellos, eso... es malo. Hay que estar siempre empezando. Yo soy una persona que en vez de estar acabando, siempre estoy empezando en mi carrera, y siempre estoy pensando en lo que voy a hacer próximamente, bueno, próximamente ya lo sé [ríe]; pienso en lo que voy a hacer más tarde de próximamente. Me gusta ver cómo me reinvento de nuevo, así el público siempre está ilusionado por las cosas que hago.

-¿Qué le queda por hacer en la música?

-¡Uf! Todavía bastante. Tengo proyectadas ya cuatro o cinco cosas, además de esto, y todas se van a disfrutar muy bien.

-¿Y en la vida?

-En la vida, continuar con el barco de esta familia, capitaneándolo junto a mi mujer [Natalia Figueroa], y llevar a nuestra piña, a nuestra familia [ríe], a buen puerto, como hemos hecho desde el principio de nuestras vidas.

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-Se subió usted el año pasado al escenario del festival Sonorama, en Aranda de Duero; ¿no le asustan los retos?

-No, porque ese también es mi público, la gente independiente es mi público. Yo soy un artista totalmente independiente, siempre lo he sido. Es normal que yo estuviera allí, lo que no hubiera sido normal es que no estuviera. Para mí fue una noche estupenda y para ellos también. Espero repetirla alguna vez. No es una cosa para hacer todos los años, pero alguna vez volveré.

-¿Qué valora en estos años?

-La fidelidad que el público me ha tenido. Es, de verdad, lo más grande y encomiable, y yo les estoy muy, muy agradecido.

A él, al público que lo ha seguido a pie de escenario, y a los que también han vigilado de cerca su paso por la industria cinematográfica. Raphael debutó en el cine con 'Las gemelas', de Antonio del Amo, en 1963, cinta a la que le sucederían siete títulos más, tales como 'Al ponerse el sol' (1967), 'Digan lo que digan' (1968) -ambas de Mario Camus- y 'El ángel' (1969), de Vicente Escrivá, entre otros. Su último trabajo para la gran pantalla antes de aceptar la propuesta de Álex de la Iglesia fue 'Rafael en Raphael', de Antonio Isasi-Isasmendi, un documental sobre la vida del cantante que vio la luz en 1975. 'Mi gran noche', de Álex de la Iglesia, es una comedia con la que, adelanta Raphael, «el público va a disfrutar mucho»; una parodia de los programas de fin de año y una lucha de egos entre dos ídolos de la canción, uno más veterano (el interpretado por Raphael) y otro, más joven, y con gran tirón, en cuya piel se mete Mario Casas.

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-¿El sentido del humor es fundamental?

-Sí, totalmente. Sin sentido del humor, ¿dónde vamos en este mundo tan disparatado? Si no te lo tomas todo con un poquito de sentido del humor, te mueres.

-Ha tardado mucho tiempo en decidirse a volver a a gran pantalla. ¿Por qué?

-Porque nadie me daba un guión. Me hablaban de hacer una película, pero, ¿cuál? Me decían: 'Lo vemos el mes que viene', y no, porque al mes que viene a lo mejor estaba en Nueva York. Yo el cine lo tengo que preparar con mucho tiempo por todos los compromisos que tengo. Pero si a mí se me da un guión y me gusta, pues le hago hueco.

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-¿Cómo se ha sentido?

-Muy bien. Me he divertido muchísimo, que es de lo que se trataba, y el público se va a divertir mucho. Agradezco las críticas tan buenas que estoy teniendo en esta película; lo creíble que soy en el papel. Hacer cine hoy en día es mucho más fácil que antes, porque, a nada que necesites, tienes a doce cámaras alrededor. Antes con una había que arreglarse [ríe]. Es mucho más fácil ahora. No descarto que pueda seguir haciendo cine cuando, anteriormente, haya un guión hecho para mí que pueda leer.

-¿Con qué se queda de esta experiencia?

-Lo que más he disfrutado ha sido el equipo. He estado rodeado de un equipo fantástico de actores, actrices [entre ellos, Carmen Machi, Blanca Suárez, Pepón Nieto, Santiago Segura, Hugo Silva, Terele Pávez, Enrique Villén, Carlos Areces, Toni Acosta...] y del director, por supuesto. Todo el equipo ha sido maravilloso. Les extraño muchísimo. Les veo a menudo, pero extraño no poder estar más con ellos. ¡Va a haber que inventarse otra película para que esto no suceda!

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-¿Tiene miedos?

-No, el miedo ya lo pasé en cierta ocasión, todos sabemos cuál [en 2003, el cantante se sometió a un transplante de hígado por una hepatitis que padecía desde años atrás y que estaba mermando su salud], y ya. El respeto a la muerte lo perdí, así que estoy preparado para cuando guste mandarme.

-¿Cómo se encuentra ahora?

-Fenomenal, increíble. Como cuando tenía 30 años. Estoy viviendo una segunda juventud. Sí, rotundamente, sí.

-¿El futuro, cómo lo ve?

-Me veo llevando mi carrera de esta manera tan personal, tan de la manera de Raphael y que las cosas sigan saliendo bien. Que el público acepte y le gusten las propuestas nuevas que les doy.

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-¿Qué le gustaría encontrar en Murcia?

-Me gustaría volver a encontrar, como siempre, la acogida tan entusiasta que allí me han brindado toda la vida desde que empecé; haya sido el lugar que haya sido, en el local que haya sido o en el teatro o el recinto que haya sido. Murcia siempre ha estado volcada y espléndida conmigo en todos los sentidos. Los quiero; y ellos, además, lo saben.

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