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Un hombre observa varios bloques de mineral extraídos de Cueva Victoria, en el Museo Arqueológico de Murcia.

La mina de huesos más antigua

La exposición 'Cueva Victoria. Out of Africa' en el Museo Arqueológico de Murcia adentra al visitante en un viaje de 900.000 años a través de cerca de 80 fósiles hallados en la cavidad cartagenera

Rosa Martínez

Lunes, 8 de agosto 2016, 11:07

Cuando los mineros accedieron por primera vez a Cueva Victoria, la cavidad que desde el pasado mes de mayo protagoniza la exposición temporal que acoge el Museo Arqueológico de Murcia (MAM), lo hicieron en busca de hierro y manganeso. Con ese propósito avanzaron tierra adentro, excavando durante más de siete décadas largos pasillos y túneles que hoy dan forma a un intrincado mapa de tres kilómetros de galerías, ubicado en el subsuelo del cerro de San Ginés, en Cartagena. Extrajeron hierro y manganeso, pero en esa búsqueda, sostiene el paleontólogo murciano Gregorio Romero, debieron encontrarse también con una importante cantidad de fósiles.

  • Qué

  • Exposición 'Cueva Victoria. Out of Africa'.

  • Dónde y cuándo

  • Museo Arqueológico de Murcia (MAM). Se puede visitar hasta el próximo 11 de septiembre.

  • Horario

  • De martes a viernes, de 10 a 14 horas; sábados y domingos, de 11 a 14 horas.

La cavidad, excavada posteriormente con fines científicos, ha sacado a la luz un elevado número de restos óseos de gran antigüedad, la práctica totalidad de ellos pertenecientes a especies animales que habitaron la Península Ibérica hace entre 850.000 y 900.000 años, pero también hay evidencias humanas; en concreto, una falange localizada en 1984 por el profesor catalán ya fallecido José Gibert, a quien está dedicada, a modo de homenaje por la labor que durante años realizó al frente de las excavaciones en la cavidad cartagenera, la muestra instalada en el MAM.

La exposición, titulada 'Cueva Victoria. Out of Africa', es un viaje por las huellas que durante milenios ha cobijado esta gruta. Su recorrido invita al visitante a adentrarse en la historia de un yacimiento clave para el estudio de la evolución humana y su dispersión por Europa, según defendieron en un artículo publicado recientemente por la revista 'Journal of Human Evolution' el profesor de la Universidad de Barcelona Luis Gibert, hijo de José Gibert, y los investigadores Carlos Ferràndez y María Lería, todos ellos comisarios junto a Romero y Andrés Ros de la propuesta expositiva del MAM; una muestra que, además de hacer viajar al visitante, ayuda a reconstruir cómo era la vida en la Región durante el Pleistoceno inferior.

Madriguera de hienas

Entonces el territorio, sostiene Romero, era más húmedo y contaba con una mayor vegetación y gran variedad de especies animales, entre las que se encuentran predecesores de los osos, pumas, panteras, caballos, rinocerontes, elefantes y ciervos actuales. De todos ellos se han localizado restos óseos en el interior de Cueva Victoria debido a que la cavidad fue utilizada por hienas, que 'instalaron' en ella su madriguera. Hasta allí transportaron todo tipo de presas, en ocasiones, explica Romero, desde varios kilómetros de distancia. No en vano, los huesos hallados por los investigadores conservan un amplio número de marcas de dientes y fracturas que indican que fueron mordisqueados. La cueva alberga también una gran cantidad de piezas fósiles atribuibles a las hienas, relata Romero, así como heces fosilizadas -denominadas coprolitos y también expuestas en el MAM-, pertenecientes a esta especie animal. De ahí a que la hipótesis con la que trabajan los científicos sea la catalogación de la cavidad como un cubil de hienas.

Las marcas que estos vertebrados imprimieron en los huesos de otras especies animales se pueden observar en la exposición del Arqueológico a través de las vitrinas que la conforman. La muestra expone en torno a 80 piezas fósiles recuperadas durante las múltiples campañas de excavaciones que se han desarrollado en la cavidad a lo largo de los últimos 30 años, y que ahora se exhiben por primera vez. Hasta el momento habían permanecido depositadas en cajas y armarios, de los que han sido extraídas únicamente para su estudio.

La exposición, que en principio se mantendrá abierta hasta el 11 de septiembre -la Dirección General de Bienes Culturales estudia su ampliación para que pueda ser visitada por escolares durante el primer mes del próximo curso-, viajará después al Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, donde también podrá ser contemplada. Es precisamente de los almacenes de este museo de donde proceden, explica Romero, la gran mayoría de piezas que conforman la muestra, completada por una mandíbula de puma y un cráneo de can extraídos de Cueva Victoria en los años 70 y prestados para esta exposición por el Instituto Catalán de Paleontología. Junto a él, el Museo Minero de La Unión ha cedido una parte de su material expositivo con el fin de ilustrar el pasado minero de Cueva Victoria.

Huella minera

La muestra, señala Romero, se ha organizado con un claro fin didáctico. Entre sus objetivos no figura solo la exhibición de los fósiles, sino también su contextualización. Para ello, el recorrido arranca con una explicación gráfica de la formación de la cavidad, así como de los cambios que esta ha sufrido a lo largo de los años. Conformada a partir de la erosión y abierta al exterior, lo que permitió la entrada de las hienas, fue colmatándose de sedimentos a medida que avanzó la línea del tiempo, enterrando las huellas de sus antiguos moradores. La actividad minera logró abrir un nuevo paso en la cavidad y la llegada de los investigadores poner en valor los fósiles ahora expuestos; concentrados estos en una de las entradas a la cueva -actualmente existen dos- y a varios metros de altura, en las paredes de la misma.

La huella minera de Cueva Victoria también queda reflejada con la disposición en las vitrinas de varias piezas minerales extraídas del interior de la cavidad cartagenera, víctima del expolio por parte de coleccionistas que, explica Romero, acceden a la cueva en busca de mineral a través de grietas y pozos abiertos en la roca, ubicados en las partes altas de la montaña; una actividad, advierte el paleontólogo, «muy peligrosa».

La explicación de la formación de la cueva y su pasado minero dan paso a la exhibición de las piezas fósiles. Estas se exponen acompañadas de una reproducción, a modo de ilustración, del aspecto que debieron tener las especies animales a las que pertenecieron los restos óseos que pueblan las vitrinas del Arqueológico. Los dibujos, realizados por María Lería, apunta Romero, ayudan al visitante a relacionar las piezas fósiles con la fauna existente.

Entre los restos óseos y dentales que se pueden contemplar, figuran, por ejemplo, el fragmento de un asta de gamo -cuyo nombre técnico es 'Dama vallonnetensis'-; una mandíbula de rinoceronte etrusco ('Stephanorhinus') -una de las piezas más espectaculares por su tamaño y su buena conservación-; una falange de caballo ('Equus suessenbornensis'); un canino de hiena ('Pachycrocuta'), y un molar de mamut ('Mammuthus meridionalis'), también de grandes dimensiones.

Homínidos

La muestra expone igualmente varios dientes de 'Theropithecus oswaldi', un babuino africano de gran tamaño, perteneciente al grupo de los primates. Precisamente, el origen africano de esta especie, así como el hallazgo en Cueva Victoria de una falange humana con 900.000 años de antigüedad, explica Romero, son dos de las claves que sustentan la posible entrada de los homínidos a la Península por el estrecho de Gibraltar, defendida por Gibert, Ferràndez y Lería en la citada revista 'Journal of Human Evolution'.

El paso, explica Romero siguiendo las teorías aportadas por el equipo de Gibert, habría coincidido con una importante caída del nivel del mar de la cual existen evidencias científicas, y que hizo que la distancia que separa el continente africano y la Península Ibérica fuese mucho menor que la actual. La inexistencia en el norte de Europa de yacimientos con restos humanos de antigüedad mayor a los hallados en Cartagena refuerza la hipótesis del equipo de Cueva Victoria. No obstante, recuerda Romero, no sería la primera dispersión que podría haber tenido lugar a través de Gibraltar, ya que se han encontrado restos de homínidos africanos de en torno a 1,3 millones de años en el municipio granadino de Orce.

Las últimas excavaciones en Cueva Victoria se realizaron en 2013. El estudio de la cavidad y las piezas allí encontradas dio lugar a la publicación, en mayo del pasado año, de una monografía que recoge las investigaciones realizadas en los últimos 30 años, y cuya síntesis, apunta Romero, es la exposición que hoy se puede visitar en el Arqueológico. En proyecto figura la puesta en valor del yacimiento, que permitiría las visitas al interior de la cueva. Hasta ahora solo se han realizado durante las campañas de excavación y con motivo de la celebración de jornadas de puertas abiertas. El yacimiento, explica Romero, tiene un gran potencial y un gran atractivo, no solo para investigadores, también para el público, reconoce.

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