La crisis en Venezuela trae a la Región de Murcia otra oleada de exiliados
Aquí buscan empleo y piden apoyo para los papeles de residencia y asilo: «Allí todo es depresión y represión»
«En mi país todo es depresión, persecución y represión. La situación en Venezuela es horrible», sentenciaba ayer, como un martillazo de realidad, Diana Ysa ... Ceballos. Y resumía así su peripecia de las últimas tres semanas: «El dinero ya no me alcanzaba para vivir y como tengo familia acá en España, en Molina de Segura, pensé que aquí podría arrancar de nuevo. Cogí un avión en Caracas, dejé mi país y aquí estoy, luchando por salir adelante». Como Diana Ysa, de 31 años y quien ha logrado un trabajo como cuidadora de una mujer en Las Torres de Cotillas, muchos otros venezolanos han recalado en la Región de Murcia este verano por la crisis desatada tras las elecciones presidenciales. Ello, ante la negativa del régimen de Nicolás Maduro a publicar las actas de los resultados, que ha derivado en el exilio a España del líder de la oposición, Edmundo González.
Diana Ysa, quien trabajaba en un restaurante porque estudió Ingeniería Civil pero nunca pudo ejercer esta profesión, dejó en Caracas a su pareja, quien le relata por teléfono «que las cosas no dejan de ir a peor». Y no le extraña la salida forzosa de González, acogido por el gobierno español, porque «allí no hay libertad de expresión, lo iban a encarcelar y él temía por su vida». Afortunadamente, comentó la joven suramericana, en su marcha a España en busca de refugio y de futuro, o al menos de un presente con dignidad, le ha acompañado su cuñada, con la que residía en la capital venezolana.
Su cuñada se llama Idania Chacón, tiene 42 años y ha tenido que alejarse de su esposo y de su hija, de 18 años. Pero no pierde la sonrisa. El lunes encontró un empleo para «cuidar de una señora por las noches». En su búsqueda, recibió la ayuda de la Asociación de Venezolanos en la Región de Murcia, en cuyas redes sociales se ofreció para realizar tareas de «limpieza, cuidar niños y personas mayores, pasear animales, camarera...».
Empleo como cuidadoras
«Yo llegué a Molina por recomendación de unas primas de mi cuñada y, afortunadamente, he encontrado esta oportunidad», comentó a LA VERDAD. Y relató cómo tras la cita con las urnas del 28 de julio y las protestas masivas contra el régimen de Maduro, sus ingresos como proveedora de alimentación se fueron esfumando: «Yo trabajaba por mi cuenta. Vendía verduras y frutas procedentes de Colombia a negocios de Caracas. La gente se atrasó en los pagos, los pedidos también se demoraron, dejaron de llegar encargos... y el salario no alcanzaba». Además, Idania empezó a sentir «miedo por la persecución política» en el distrito de La Bandera: «Nos querían aplicar el 'Tun tun', cuando la Policía toca a tu puerta y te registran la casa, el móvil...», apunta sobre las detenciones de manifestantes acusados de violencia, terrorismo...
Idania y Diana, cuñadas, salieron de Caracas «por miedo» tras las protestas electorales y porque «el salario ya no alcanzaba»
«Muchos venezolanos salimos del país con temor, pero con esperanza. Pero viendo lo que ha pasado con Edmundo, ahora tememos que todo vaya a ser más de lo mismo, salvo que intervengan los militares para que se respete la democracia», lamentó Idania.
Entre los venezolanos que llevan ya años de exilio también cunde la desazón. Narvic Stjohn arribó en 2019 y pasó por Bilbao, Sabadell, Madrid y Alicante. Ahora reside en la pedanía murciana de Gea y Truyols, junto a su marido y su hija, y trabaja como auxiliar administrativa. No le sorprende la deriva de su tierra natal: «Era de esperar . Yo ya no le digo Venezuela, le digo el país privado de Maduro. Se trata de sobrevivir hasta donde te alcancen las fuerzas».
Una exdiplomática en lucha
Sobre Edmundo González, le parece «bien» su acogida en Madrid, porque «es un ser humano al que cuidar y proteger, como a todos los venezolanos que salimos huyendo para salvar nuestras vidas y las de nuestras familias». Pero reclama la misma agilidad para todos su compatriotas, porque la espera para conseguir citas en Extranjería y solicitar los permisos de residencia y/o asilo dura hasta «tres y cuatro meses». Por ello, suplicó: «Necesitamos apoyo de las autoridades españolas. Somos un pueblo trabajador».
Apoyo institucional reclamó también Sandra Guevara, quien vio truncada una carrera de veinte años como diplomática en la etapa de Chávez. Cuenta ya diecisiete años en España, donde ha vivido en varias ciudades y se ha reinventado como consultora y mentora en economía circular. Una «oportunidad laboral» de su marido la trajo a Murcia, donde tiene un despacho en el Centro de Iniciativas Municipales. «He sufrido con cada oleada represiva, en la que han fallecido tantos jóvenes. Y nos hemos ilusionado con cada oportunidad de rescatar la democracia», confesó Guevara, quien ha ejercido como portavoz en manifestaciones contra Maduro en Murcia. «La llegada del presidente electo Edmundo González a España como asilado político demuestra que hacer política en Venezuela es considerado delito, y eso solo sucede en una dictadura», señaló.
Guevara lanzó, además, un «mensaje a la comunidad internacional: «Que lo que está pasando en Venezuela no tiene que ver con una cuestión de derecha o izquierda, sino con una terrible violación de derechos humanos». Ella no desespera: «Los venezolanos estamos deseosos de reconstruir el país y reinstitucionalizarlo en paz».
Una asociación reclama agilizar los trámites de residencia y asilo
«La venida de Edmundo González a España era de esperar, por la extrema represión que sufren todos los venezolanos en Venezuela y causa inevitablemente una gran desesperanza. Sin embargo esto no termina aquí, seguiremos luchando, siempre del lado opositor», señala Verónica Barcenilla, presidenta de la Asociación Venezolana de la Región de Murcia (Avemur). «Venezuela necesita una ayuda internacional contundente para poderle poner fin a toda esta pesadilla», reclama. Y pide apoyo a España: «Hay venezolanos que lo arriesgaron todo apoyando a la oposición, que se han venido huyendo del régimen de Maduro y que se ven aquí en situación irregular por la falta de cita para la solicitud de asilo».
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