Condena ejemplar a dos 'mamás' por prostituir a una menor con vudú
La Audiencia impone severas penas de diez y ocho años a dos mujeres de Nigeria por someter a una chica por el miedo a un ritual ancestral
Habían utilizado el vudú para aprisionarle el alma y, con ello, le habían arrebatado la voluntad hasta convertirla en una esclava. Desobedecer implicaba asumir el ... riesgo de que tanto ella como su familia sufrirían graves padecimientos y, en el peor de los casos, serían víctimas de una muerte terrible. En tales circunstancias, atrapada por un miedo cerval a las consecuencias de esos rituales ancestrales, siendo solo una menor de edad alejada por miles de kilómetros de sus padres y hermanos y perdida en un país del que desconocía el idioma, sus costumbres y hasta su situación en el mapa, a nadie debe de extrañar que se sometiera a los caprichos de sus guardianas sin esbozar jamás la menor queja. Y durante prácticamente un año, se prostituyó en las calles de Murcia, en la zona del polígono Infante, hasta que una madrugada unos patrulleros de la Policía Nacional aparecieron para sacarla de aquel infierno.
Por aquellos hechos, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia acaba de dictar una sentencia por la que impone durísimas condenas a las dos principales responsables de ese crimen, dos mujeres de nacionalidad nigeriana, J. U. y E. O.. Ambas tendrán que purgar sendas penas de casi once años y ocho años, respectivamente, por un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, con el agravante de víctima menor de edad, lo que convierte esta resolución en la más relevante de las dictadas hasta ahora en la Región por hechos de ese tipo, según señalaron ayer a LA VERDAD fuentes de la Administración de Justicia.
La red sacó a la chiquilla de su país a través de Libia y la embarcó en una patera hacia Italia, desde donde la trajeron a Murcia
De origen muy humilde
El tribunal ha considerado probado que la chica fue captada en su país de nacimiento, Nigeria, por una mujer, conocida como 'Mamá Alsoa', con la que estaba en contacto la ahora condenada J. U., conocida por el apelativo de 'Blesing', quien estaba establecida en Murcia desde unos años antes. El origen modesto de la menor, que procedía de una familia muy humilde, las convenció de que su perfil era ideal para conseguir traerla a España con falsas promesas de un trabajo digno.
De esta forma, hacia el mes de octubre de 2017 la red sacó a la menor de su país, a través de Libia, y la embarcó en una patera con rumbo a Italia. Desde allí se la acabaron trayendo a Murcia, donde le hicieron saber que había contraído una deuda de 37.000 euros por el viaje y los documentos falsificados y que debía prostituirse hasta saldar por completo esa cantidad. De no hacerlo así, le advirtieron el ritual del vudú comenzaría a mostrar sus maléficos efectos en su familia y en ella misma.
Durante largos meses, la víctima fue obligada a practicar sexo con hombres en las calles próximas al Eroski del Infante, una noche tras otra y siempre vigilada de cerca por una de sus dos 'captoras', que tenían incluso que hacer de intérpretes con los clientes porque la chica no conocía ni una palabra de castellano. Nunca vio un solo euro de la recaudación, pues las dos 'mamás' se la quedaban íntegramente para ir rebajando la deuda, aunque a la vez la iban engrosando con los 175 euros que cada mes le cobraban por alojamiento y manutención.
Una madrugada, unos agentes de la Policía Nacional que sospecharon de su edad real –la obligaban a decir que tenía 21 años– la rescataron y la dejaron al cuidado de las instituciones. Luego lo contó todo como testigo protegido. Hoy, quienes entonces la esclavizaron se han llevado su más que merecido castigo.
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