La Comunidad pide soluciones para los acuíferos y la comarca del Altiplano
El Ejecutivo regional ha formulado 92 alegaciones a los planes del Segura y del Tajo, indicó ayer el consejero Antonio Luengo, en línea con las presentadas por los gobiernos de Andalucía y la Comunidad Valencia en lo que atañe a la defensa del Trasvase. Señala como principal amenaza un recorte de 100 hm3 al año para el regadío. «Se ha demostrado que esta propuesta responde a criterios dispersos y subjetivos que generan una importante indeterminación, por lo que exigimos la revisión a fondo por un organismo público central que determine nuevamente las cifras de cada cuenca», dijo Luengo.
Añadió que no se ha encontrado justificación para subir los caudales en favor de la mejora de la biodiversidad ni del beneficio paisajístico, «ya que el incremento de la lámina de agua a su paso por Aranjuez sería de apenas dos centímetros».
El documento señala que la planificación del Segura no puede obviar el Mar Menor. Luengo añade que faltan de medidas para abordar la sobreexplotación de los acuíferos, a la vez que propone «estudiar la incorporación de la zona del Altiplano a la actuación del Júcar-Vinalopó». El Altiplano debe incluirse asimismo en la red urbana del Taibilla, dijo. El texto fue enviado a los ayuntamientos para que puedan adherirse.
Años sin transferencias
El Sindicato de Regantes, por su parte, alega que el plan del Tajo es «arbitrario» porque no tiene en cuenta las demandas del acueducto; a la vez que censura que no se haya realizado un estudio del impacto socioeconómico que tendrá el recorte del Trasvase en el Levante. Asimismo, sostiene que las demandas propias de la cabecera del Tajo «están sobreestimadas». En la misma medida, considera que se establecen caudales ecológicos superiores a los necesarios para alcanzar el buen estado de las masas de agua.
Indica en que tales caudales están mal calculados, lo cual provocaría una merma del 31% del Trasvase en el año 2027. En ese horizonte, quedarían 228 hm3 para abastecimientos y regadíos, con la posibilidad de que algún año no se pueda trasvasar, ni siquiera para la población. El riego perdería casi la mitad de la media histórica.
