Santo Domingo, peatonal
Cuenta atrás para la hemeroteca de laverdad.es (1903-2020)
Las obras para transformar el jardín de Santo Domingo en una plaza peatonal en el corazón de Murcia, libre de coches, se iniciaron el 10 de junio de 1997. Ese día entró la pala excavadora para levantar el pavimento y fue la fotografía de portada del periódico LA VERDAD al día siguiente.
La información en las páginas locales de Murcia daba cuenta de que «las primeras perforaciones pusieron al descubierto los refugios antiaéreos, construidos en la zona en 1936 durante la Guerra Civil». Se pudo comprobar que no se trataba de un único sótano acorazado, sino que había tres distintos e independientes en el subsuelo de la plaza.
El entonces concejal de Vía Pública, Antonio Sánchez Carrillo (PP), hombre fuerte del equipo del alcalde Cámara, recordó que la actuación de «rehabilitación urbana» de Santo Domingo iba a consistir en igualar el suelo de la plaza con el de la calle Trapería –hasta entonces estaba circunvalada por una calle abierta al tráfico y los parterres estaban un metro más altos– y reordenar el jardín. La Concejalía ordenó aquel día a los servicios de Arqueología que documentaran el hallazgo y que realizaran un estudio fotográfico y planimétrico de los sótanos, tal y como exigía la Consejería de Cultura. Por entonces, los arquitectos municipales dudaban sobre el tipo de losa que iba a cubrir Santo Domingo, barajándose tres modelos: granito flameado, cuarcita y basalto. Finalmente, se eligió el granito. El arbolado se trasplantó a los nuevos parterres, que fueron rodeados por bancos. Y el ficus siguió presidiendo la plaza. Años después tendría que ser descargado del peso de sus ramas por sendos accidentes, uno de ellos mortal.