La rehabilitación de 973 viviendas renueva la cara del barrio de Los Rosales de El Palmar

El proyecto de rehabilitación del barrio Los Rosales de El Palmar ha concluido después de seis años de trabajo en los que han actuado de forma coordinada el Ministerio de Fomento, el Gobierno regional y el Ayuntamiento.

Las actuaciones desarrolladas han permitido la rehabilitación de 36 bloques que alojan a 973 viviendas en las que habitan en la actualidad seis mil personas. El plan también ha posibilitado la mejora de espacios urbanos adyacentes, como son once plazas y dos avenidas peatonales.

Algunas de las zonas que han recibido un lavado de cara han sido el paseo de Los Cactus y de Las Acacias y las plazas del Olivar, de Los Cerezos, de Los Perales, de Los Alhelíes, de Los Limoneros, de Los Madroños, Los Naranjos, Las Acacias, El Laurel, Los Almendros y Las Moreras. Las obras se articularon en cuatro fases. En su conjunto supusieron una inversión de 4,2 millones.

Los técnicos diferenciaron dos líneas de actuación. Una tuvo como protagonistas los bloques de viviendas y otra los espacios urbanos. En las casas se han anulado las bajantes que había en las plantas bajas y las arquetas. En su lugar, se han dispuesto tubos de PVC que se han soterrado con zanjas hechas en los patios de los edificios.

Las escaleras que sirven para comunicar los bloques que están contiguos y para acceder a las viviendas han recibido una reforma integral en la que se han eliminado daños y patologías existentes desde hace años. Las placas de fibrocemento que cubrían los tejados de los edificios se han sustituido por paneles prelacados de color rojo que tienen un aislante término que reduce el efecto de las bajas temperaturas típicas de estas fechas.

Las fachadas también han cambiado de imagen gracias a la limpieza general de los ladrillos que se ha acometido. También se han repuesto los paños que los técnicos detectaron que estaban deteriorados o alterados por el paso del tiempo. Tanto las cerrajerías como las carpinterías se han repintado. Además, los grafitis que ensuciaban las plantas bajas de los edificios se han eliminado y dotado a las paredes de un color similar que ha dado a la zona un sentido conjunto.

En cuanto a los espacios urbanos, el objetivo primordial ha sido el de acometer una reordenación. El pavimento se ha sustituido y las barreras arquitectónicas que impedían la accesibilidad se han eliminado. Asimismo, los imbornales y las redes de infraestructuras se han renovado para corregir desperfectos y asegurar su uso en el futuro.

Los espacios públicos han recibido una nueva distribución con el propósito de que los entornos sean más cómodos para los vecinos. El mobiliario se ha renovado y se han plantado árboles para darle un toque natural a los lugares en los que los ciudadanos pasan parte del día.

En el alumbrado público la actuación ha consistido en cambiar las luminarias que había en el barrio por otras tipo led con mayor eficiencia energética. La reubicación de los puntos de luz ha permitido, además, que los espacios tengan una iluminación más 'inteligente' y se rebaje el consumo.

Los Rosales es un barrio que nació en 1969 con la construcción de las viviendas que están más próximas al casco urbano de El Palmar. Las primeras casas aparecieron en las calles Olivo, Mayor y San Roque. Tres años después se levantaron los bloques que están entre la calle de los Plátanos y la avenida de los Rosales. En 1974 la zona siguió su extensión por el sur, el oeste y el este con la inclusión de las avenidas de los Albaricoques y Primero de Mayo. Este última se ubica frente al Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca.

El proyecto también ha tenido una vertiente social, inciden fuentes municipales. En intervenciones relativas a esta área se han invertido 483.000 euros. Las actuaciones ejecutadas han contado con la colaboración de entidades como Secretariado Gitano, Columbares, Rasinet, Copedeco y Cepaim.

Además, las acciones se han coordinado con las asociaciones más representativas de Los Rosales y con los centros educativos.

La tasa de desempleo en la zona supera el 50%. Para paliar esa situación, en el pliego de condiciones del contrato de los trabajos realizados se incluyó una cláusula en virtud de la cual la empresa que resultó adjudicataria de las obras tuvo que reservar el 30% de su plantilla para incluir a desempleados del barrio. La mitad de los contratados fueron menores de treinta años, y, la otra mitad, parados de larga duración. De igual manera, se habilitó una oficina de información en la plaza de Las Acacias y otro local en la calle Tulipán para impartir cursos formativos.