«O pago las facturas o doy de comer a mis hijos»

Apuntada al paro desde hace año y medio pero sin un empleo en el horizonte, María -que prefiere ocultar su identidad tras un pseudónimo para evitar la identificación de sus hijos- se ve obligada a postergar el pago de las facturas. «No puedo pagar. Es imposible», lamenta. En el calendario marcado en rojo figura, sin embargo, el 23 de marzo, la fecha tope en la que debe saldar esa deuda. «No sé cómo voy a hacerle frente», reconoce.

Mientras tanto, esta vecina de Llano de Brujas, de 37 años, batalla, con la ayuda de Cáritas, por conseguir un salvavidas que permita a su familia seguir a flote. «El 17 de diciembre pedí el ingreso mínimo vital y estoy pendiente de respuesta», explica. «La asistenta social también me está tramitando una ayuda de emergencia, pero tarda una barbaridad».

Su desesperación la llevó hace unas semanas, incluso, hasta San Esteban. «Llamé a la secretaria del presidente y le expliqué mi situación, me dijeron que me llamarían, pero aún estoy esperando». Para María, mientras tanto, el día a día es cada vez más cuesta arriba. «No tenemos calefactores y nos tapamos con mantas que nos han dado», remarca. «Me van llegando recibos y para mí es una angustia. Me estoy medicando para la ansiedad».