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Ana Belén Hortelano, de la tienda Spagnolo, donde robaron el martes cinco prendas. edu botella / agm

Una oleada de robos instala el miedo en los comercios del centro histórico de Murcia

Los dueños piden más presencia policial en zonas como Platería y Trapería, al tiempo que denuncian que «todas las tardes nos asaltan a alguno»

Viernes, 21 de junio 2019, 03:46

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«Vivimos con miedo». Esa es la frase que más repiten los dueños y trabajadores de comercios del centro de la ciudad durante las últimas semanas. La culpa de este sentimiento la tiene una oleada de robos que se está produciendo en puntos como las calles Trapería y Platería y las plazas San Bartolomé y Santo Domingo.

«Estamos desprotegidos. Pasamos un periodo tranquilos, pero la situación se ha recrudecido otra vez. Los asaltos se producen a diario y estamos desesperados», afirma un afectado. «Yo no puedo tener contratados a diez empleados para asegurarme de que no va a entrar un tipo a robarme», explica otro.

Esta semana está siendo muy clarividente a la hora de entender las vicisitudes a las que tienen que enfrentarse los dueños de comercios del centro histórico de Murcia. En la madrugada del miércoles al jueves entraron a robar en un quinto piso del número diez de la calle Platería. El inmueble, alquilado por estudiantes, no tenía en su interior ningún objeto de especial valor. Por eso, los amigos de lo ajeno se limitaron a remover la estancia y, sin llevarse ningún botín, se marcharon.

Los vecinos también exigen que se adopten medidas ante el temor de que entren en sus casas

Este hecho ha trasladado el temor también al ámbito de los ciudadanos que tienen sus viviendas en las mismas zonas o aledañas a dónde se están produciendo los asaltos a comercios. «Necesitamos soluciones porque, igual que están entrando en los locales, van a empezar a hacerlo también en las casas. Por eso, esto hay que erradicarlo antes de que empeore con el paso del tiempo», detalló ayer a 'La Verdad una vecina.

Gregorio Ruiz, de la tienda Rude Shop, explicó que «el miércoles por la mañana entraron unos turistas y, mientras los atendía, un hombre aprovechó para entrar, subirse en un taburete que tengo dentro y llevarse un par de zapatillas valoradas en 100 euros». En su opinión, lo peor todavía está por llegar porque, «en agosto, cuando la ciudad se quede sola, vamos a estar indefensos. Le tengo verdadero miedo a ese mes». También apunta que «aquí no se ve Policía. Sobre todo por las tardes, no pasa ni un agente».

Los ladrones aprovechan cuando los dependientes atienden a los usuarios para entrar y 'actuar'

Mayor presencia policial es también lo que demandan desde la Asociación de Comerciantes de Trapería y Platería, un colectivo que está canalizando las quejas de sus asociados y exige al Ayuntamiento que «tome cartas en el asunto de una vez, porque no podemos seguir así. En zonas como la avenida de la Libertad, la Gran Vía, la plaza Cardenal Belluga y la plaza de las Flores se ven policías, pero por aquí no pasa nadie ninguna tarde», expone la presidenta de la asociación, Marisa Cano.

Ana María Garrido, dependienta en la tienda Gioseppo, tuvo que entornar el miércoles la puerta principal de su comercio por miedo a que la atracaran. La semana pasada tuvo menos suerte. «Aprovecharon que estaba atendiendo a unos clientes para entrar y llevarse un par de zapatillas, que tenían un precio de 60 euros». Muchos establecimientos optan por tener por las tardes la puerta de sus locales cerrada por seguridad, aunque con ello puedan perder un poco de clientela.

La gente que pide dinero a los viandantes también está generando mucho malestar porque «insisten tanto al pedir un euro o un cigarro que llegan a intimidar a los clientes. No hay derecho», precisa Gregorio Ruiz.

Tres intentos fallidos

En Óptica Ten Visión han entrado a robar varias veces durante el último año y medio, pero su encargado, Mario Valido, no es de los que se amilana. En tres ocasiones ha recuperado gafas que le sustrajeron en su comercio saliendo a la carrera para interceptar al ladrón.

«Al último, después de que me intentara quebrar en la Gran Vía a la altura del edificio del Banco de España, lo conseguí 'cazar' cuando entraba al aparcamiento que está en la plaza Santa Isabel. Mi mujer dice que soy un inconsciente por hacer estas cosas, pero no voy a dejar que me roben y quedarme de brazos cruzados como si tal cosa».

Luis Miguel Estévez trabaja en la tienda Middelton y también exige «más presencia policial». Esta semana le robaron. Fue el miércoles, sobre las 20.30 horas. «Cuando más clientes estaban en el local y, por tanto, más lío teníamos, entró un hombre y se llevó dos prendas, una blusa y un pantalón. En total, perdimos 60 euros», recuerda.

En la firma Tobelle Calzados han robado recientemente una mochila y un bolso. Keka Corbalán trabaja allí y expone que «el sábado pasado me quitaron un bolso valorado en 30 euros». Denuncia que «los comercios que abrimos a mediodía estamos especialmente a expensas de los ladrones. Entre las 14.00 y las 18.00 horas no se ve aquí nunca un policía y después, casi nunca».

Uno de los grandes golpes de esta semana lo recibió el martes por la tarde la tienda Spagnolo. Una de sus dependientas, Ana Belén Hortelano, explica que «mientras mi compañera atendía a unos clientes que pidieron ver unos productos, entraron y se llevaron cinco perchas con cuatro vestidos y un polo. Perdimos 300 euros». Para ella, «hace falta más presencia policial en la zona. De lo contrario, esto no va a mejorar y la situación no se puede sostener».

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