El PSOE da el primer paso para revisar el plan urbano de Murcia 22 años después
El Ayuntamiento pondrá en marcha la revisión de la planificación urbanística del municipio que está vigente desde 2001 y llevará la propuesta al Pleno del mes de marzo
Puede que no sea el momento más adecuado, en un año electoral y con apenas tres meses de legislatura pendiente, pero el Ayuntamiento de Murcia ... ha decidido no esperar más para comenzar el proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio que está vigente desde 2001. La nueva planificación urbanística, que no va a dejar ni un kilómetro cuadrado fuera de su inspección, sea zona consolidada o no, esté en el casco urbano o en pedanías, deberá tener en cuenta los mapas y cartografía sobre inundabilidad y zonas de flujo preferente que elaboró la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) en 2016.
El equipo de gobierno municipal ha decidido llevar la propuesta de revisión de esta planificación urbanística al Pleno del mes de marzo, un primer paso tras el cual hará girar la rueda que se estima durará diez años y en la que, en total, el Ayuntamiento tendrá que invertir unos 3 millones de euros. «Estamos obligados a comenzar el proceso por tres razones principales, una es la legislativa, ya que deben incluirse nuevas leyes como la del Suelo de 2015 o la de Ordenación territorial y urbanística de la Región de Murcia, del mismo año», explicó el concejal de Urbanismo y Transición Ecológica, Andrés Guerrero.
La segunda es la consideración de que el actual plan representa «un modelo de municipio caduco», que es necesario adecuar a estos tiempos; y la tercera viene recogida en el actual Plan, ya que establece como causas para su revisión el nuevo horizonte temporal (2025) y que la población de Murcia esté entre 450.000 y 500.000 personas, «y en ambos casos estamos a punto de llegar».
El edil de Urbanismo puntualizó que la revisión no dejará de lado las zonas urbanísticas ya consolidadas, porque se pueden introducir, por ejemplo, modificaciones como las alturas permitidas, ya sean para ampliarlas o reducirlas. Asimismo, comentó que se tienen que introducir cambios porque el código de edificación obliga, a partir de 2026, que todos los nuevos edificios tengan placas solares.
En referencia a la cartografía de la CHS, dejó claro que «son mapas sacados de estudios hidrológicos y hoy por hoy, son vinculantes y hay que tenerlos en cuenta, salvo que otros estudios los contradijeran». De ahí que se vayan a incluir en el nuevo PGOU y que el organismo de cuenca tenga que hacer un informe más amplio que el realizado sobre el plan de 2001. «Entonces la Confederación no hizo ningún estudio de inundabilidad y solo informó sobre aspectos de la planificación general que afectaban al Dominio Público Hidráulico, que es de su competencia».
En cuanto a los convenios de la zona norte, algunos de los cuales están en los tribunales por falta de desarrollo, el concejal de Urbanismo indicó que «lo ideal sería empezar de cero, pero eso le costaría al Ayuntamiento 150 millones de euros en devolución del dinero adelantado por los promotores». Sin embargo reconoció, que es «la zona que más capacidad tendría de expandirse, porque es donde menos le afecta la cartografía de inundabilidad y flujo preferente».
Participación abierta «a todos»
Uno de los principales objetivos es abrir este proceso a la ciudadanía en general: «Debe comenzar con un acuerdo plenario y a partir de ahí abriremos la participación a cada uno de los vecinos del municipio; cuantas más sugerencias o consideraciones mejor», comentó el concejal de Urbanismo.
Guerrero subrayó que el PGOU es la herramienta que tiene un Ayuntamiento para diseñar el modelo de municipio que quiere y su expansión futura e incluye desde las zonas industriales, a las protegidas, las urbanas... «Es quizá uno de los elementos más importantes para hacer ciudad; es la columna vertebral del urbanismo en un municipio». El punto de arranque es la nueva cartografía del municipio que ya ha elaborado un equipo de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y que Urbanismo ha adaptado a los mapas propios.
De ahí, añadió Guerrero, comienza el proceso participativo y la necesidad de hacerlo lo más amplio posible, para lo cual el Ayuntamiento abrirá una Oficina del Plan General, que recogerá toda la información que cada servicio municipal tenga que pueda afectar a la revisión. Asimismo, pondrá en marcha una web, y espera contar con las aportaciones de instituciones públicas y privadas, administraciones, expertos, colegios profesionales, colectivos profesionales, y juntas vecinales, entre otros.
«Este proceso participativo se abrirá esta primavera y la intención es cerrarla en un año y serán los mimbres que se los técnicos utilizarán para terminar de redactar el primer documento del Plan», apuntó el concejal. A partir de entonces, los técnicos revisarán las sugerencias y el avance del Plan saldrá a exposición pública, donde, de nuevo, se podrán presentar alegaciones y sugerencias. El siguiente paso contempla la redacción del proyecto y se calcula que en este proceso se tarden 3 años. Otros tres, se llevará la aprobación inicial, «por eso calculamos que serán diez años de aquí a que esté aprobado definitivamente».
Algo a modificar: los polígonos industriales no pueden tener gimnasios
Una de las cuestiones que el Ayuntamiento tienen en su punto de mira para modificar en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Murcia es eliminar la prohibición de que en los polígonos industriales de municipio se puedan abrir gimnasios, y, de paso, ampliar los usos permitidos en estas zonas. «Es algo que ahora nos choca mucho, teniendo en cuenta que son lugares con mucho espacio y apartados de los núcleos urbanos; pero las solicitudes que nos llegan tenemos que denegarlas», comentó el concejal de Urbanismo, Andrés Guerrero.
También considera que el Plan actual «es muy vago» al hablar de protección de las acequias, y se debería explicar más los casos y en qué términos se debe hacer para que el Ayuntamiento pueda actuar más fácilmente. Otra de las cuestiones que hay que introducir es la ampliación de la calificación de los usos del suelo, por ejemplo, para permitir hacer viviendas en los bajos comerciales y que se especifique dónde está permitido.
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