Material tecnológico para el centro de día de la pedanía murciana de Cabezo de Torres
Permitirá desarrollar terapias de estimulación cognitiva con una treintena de usuarios, en su mayoría octogenarios que viven solos
El Centro de Estancia Diurna de la pedanía murciana de Cabezo de Torres ha incorporado material tecnológico de última generación para la realización de terapias de estimulación cognitiva y actividades de ocio con el fin de mejorar la calidad de vida de los mayores del municipio que acuden a él, según informó ayer el alcalde, José Ballesta, durante una visita a las instalaciones.
En concreto, se ha adquirido un monitor interactivo, gafas de realidad virtual, así como micrófonos inalámbricos y altavoces portátiles. A su vez, se han instalado desfibriladores y electroestimuladores TENS junto con otros equipos clínicos como grúas y sillas de ducha con el fin de asegurar la comodidad y seguridad de los usuarios. Estos cambios incluyen la integración de nuevas tecnologías en las terapias, el aumento de las horas de atención profesional y la introducción de un servicio de podología gratuito para los usuarios.
El Consistorio dispone en total de tres centros municipales de este tipo; el de Barriomar, abierto en primer lugar en el año 2001, el de Beniaján y el visitado ayer en Cabezo de Torres, el más moderno de todos y que data de 2008. El Ayuntamiento invierte más de 1,6 millones de euros anualmente en ellos, con una financiación adicional de 100.000 euros por parte de la Administración regional en 2024.
Tratamiento y socialización
Suman las tres instalaciones, en total, casi un centenar de plazas conveniadas a las que suelen acceder personas de en torno a los 80 años y que, en muchos casos, viven solas. «Aquí no solo se atiende al tratamiento de sus enfermedades, sino que se desarrolla también una labor de socialización muy importante», destacó Ballesta, señalando que la intención de su gobierno, dada la evolución de la pirámide poblacional, es seguir apostando por recursos como estos, «que cuentan con lista de espera». «Necesitamos una ubicación adecuada y que el Imas nos concierte plazas», concluyó.
