Una Morenica criolla
Los descendientes de los murcianos emigrados a Argentina celebran su particular Romería de la Fuensanta
No luce un trono de plata, ni cruza el Puente Viejo entre aclamaciones. No viste manto de fina seda, ni la escoltan multitudes de devotos ... entre cuatro guardias civiles y legiones de insistentes loteros. Tampoco padece a esos que acuden cual moscas, una vez al año, solo para salir en la foto. La foto de la risa que nos causa, a cuantos compartimos la cita desde niños, verlos hacer el ganso… por no escribir el gilipollas. Nada de esto atesora tan pequeña imagen. Sin embargo, para entender la inmensa devoción que inspira, tendríamos que cruzar todo un océano y viajar más de 10.000 kilómetros en línea recta.
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Me refiero a la Virgen de la Fuensanta, Patrona de los murcianos, pero de aquellos cuyos padres y abuelos emigraron a la ciudad argentina de Rosario buscando una vida mejor. La alcanzaron en gran medida y, a pesar de la distancia, nunca olvidaron sus raíces. Por eso, cada septiembre, convocados por la Asociación Rincón Murciano, celebran una curiosa y emotiva romería para honrar a su criolla Morenica.
En Rosario, la devoción se vive de una manera singular. Celebran su misa, como Dios manda, y luego se trasladan a la plaza Región de Murcia. Esta plaza la concedió el ayuntamiento de aquella urbe que cuenta con casi dos millones de personas. Allí, ataviadas con bellísimos refajos huertanos, bailan nuestro folclore más auténtico, que por eso viene de cuando en cuando a España una profesora para perfeccionarlo. Allí también disfrutan de la gastronomía murciana, que debe saber a gloria y nostalgia en aquellas tan lejanas tierras.
Mi querido amigo José Moreno, de la Asociación, me cuenta estas cosas. Llega a emocionarse. Como a mí me emociona y me entristece a partes iguales. La emoción surge al ver cómo nuestras tradiciones, cultura, gastronomía y música traspasan fronteras, manteniéndose vivas en otros continentes.
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La tristeza brota, en cambio, al comprobar el poco caso que hacemos a estas casas regionales dispersas por el mundo. Para muchos en Murcia, la Romería de septiembre es solo un día libre o un engorro por los cortes de tráfico si viven en el camino hacia el monte.
Para aquellos murcianos de Rosario, esa misma cita supone una jornada de fiesta, de identidad y de profunda conexión con lo que son. Ellos, verdaderos romeros de pura raza, nos dan cada año desde Argentina sopas con honda, con honda rosarina, de lo que significa valorar nuestras raíces.
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