Jesús Abandonado levanta un nuevo edificio en Murcia con talleres para residentes de larga estancia
El inmueble está ubicado junto al centro de acogida de la carretera de Santa Catalina y se prevé inaugurar en marzo
La Fundación Jesús Abandonado sigue creciendo. Ubicado junto al centro de acogida que esta organización sin ánimo de lucro tiene en la carretera de ... Santa Catalina de Murcia, ha levantado un nuevo inmueble de dos plantas, con espacios para nuevos talleres de recuperación personal para los residentes de larga estancia y que necesitan «recobrar su autoestima». La intención es inaugurar el edificio, del que se están ultimando las obras, el próximo mes de marzo, coincidiendo con la Festividad de San Juan de Dios, que se celebra el día 8.
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«Desde hace más de 40 años, la Fundación Jesús Abandonado tiene como finalidad la atención al mundo de la pobreza y la exclusión social, mediante el acompañamiento integral a las personas sin hogar o en situación vulnerable», recordó el director de la Fundación, Daniel López. Este nuevo edificio es un paso más.
LA CLAVE
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1,8 millones de euros es el presupuesto total del edificio, y ya se ha invertido un millón.
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Financiación La Fundación espera captar fondos para acabar las instalaciones entre empresas y particulares
En la planta baja se han destinado 217 metros cuadrados a área de trabajo con talleres de cestería, cerámica y mimbre, así como espacios que acogerán el horno y zonas de pintura y de esmaltado para desarrollar las actividades previstas.
En la primera planta, una gran sala multiusos, con 162 metros cuadrados, pensada especialmente para realizar obras de teatro, comparte espacio con otras dependencias, como áreas comunes, despachos y sala de espera.
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Finalmente, la segunda planta acogerá diez habitaciones destinadas a los Hermanos de San Juan de Dios, que ahora viven en el vecino centro de acogida; así como una biblioteca, un salón comedor, una cocina, un despacho, la capilla y una terraza. El nuevo edificio está adaptado a la Ley de Accesibilidad, por lo que se han eliminado las barreras arquitectónicas.
Recuperación personal
El nuevo edificio se proyectó pensando en dar servicio al colectivo de personas de larga estancia que viven en el centro de acogida vecino. En este momento, son 63 y tienen un perfil muy particular. «Son personas de cierta edad, con un nivel de deterioro mental y personal muy importante y cuya única alternativa a nuestro centro sería vivir en la calle, sin más».
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Por eso, a través de los talleres que se han proyectado, los trabajadores del centro intentarán que recuperen su autoestima, su ánimo y adquieran una habilidad personal, relató Daniel López. Tras una valoración y prescripción psicosocial, la Fundación trabaja con ellos estimulación cognitiva. Y esa es la parte del edificio que está preparada para entrar en funcionamiento «porque debemos lograr que el día a día de estas personas sea progresivamente mejor; el resto puede esperar», dijo.
En los talleres de recuperación personal del nuevo centro se van a realizar tareas de artesanía con madera, cerámica y mimbre, incluyendo además uno específico de teatro, con los fines propios de la terapia ocupacional: recuperar salud y buenos hábitos en la persona.
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«Aprovechando los resultados de la artesanía elaborada por las personas acogidas, se desarrolla una sensibilización social promocionando los productos obtenidos, de forma solidaria y sin ánimo de lucro, en mercadillos y ferias», comentó el director de la fundación murciana.
La Fundación también ha pensado en los Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios a la hora de construir este nuevo edificio. Esta orden religiosa ocupa en la actualidad habitaciones en el centro de acogida vecino «en unas instalaciones muy antiguas; ya les tocaba mejorar», subrayó López. Por eso se trasladarán a las diez habitaciones del nuevo edificio.
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El director de la Fundación explicó que San Juan de Dios es una institución de más de quinientos años a la que Murcia «debe mucho». Y recordó, entre otras de sus acciones, que el primer hospital provincial lo montaron ellos; o que el psiquiátrico que estaba donde ahora está San Esteban, hasta el año 1937 lo dirigieron ellos. Ahora ese psiquiátrico está en El Palmar.
La intención es que las habitaciones que ellos dejarán libres en el centro de acogida de Santa Catalina sean rehabilitadas y formen parte de la oferta para los 'sin techo'.
'Súmate'
La Fundación comenzó con las obras de este proyecto (cuyos orígenes se remontan a 2014) hace dos años u medio y su objetivo es concluir el edificio totalmente a lo largo de este año. Para ello, necesita encontrar la financiación que lo permita. «Hemos invertido ya un millón de euros, procedentes en un 40% de donaciones de empresas y algún particular; pero nos faltan aún 800.000 euros», apuntó López.
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Por eso, y a través de la iniciativa 'Súmate', la ONG «invita a la sociedad murciana en general a que sean partícipes de este proyecto», comentó el director, añadiendo que lo pueden hacer mediante una aportación periódica o con donaciones puntuales. La falta de fondos ha sido el mayor obstáculo para su construcción.
Además del colectivo de larga estancia, el centro de acogida de Jesús Abandonado tiene 136 plazas para los transeúntes, si bien actualmente, y por recomendación de las autoridades sanitarias ante la pandemia, no se ocupan más de 109.
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López recordó todas las áreas en las que trabaja la Fundación con el objetivo de que las personas que pasan por sus instalaciones abandonen la exclusión social: atención y orientación; recuperación personal; empleo y formación; y vida autónoma. También les ofrece servicios de enfermería, psiquiatría, podología, odontología, etc. Y destacó que potencian las capacidades y la inclusión social a más de cien personas al año.
El centro de empleo colocó el año pasado a 121 personas
La Fundación tiene otros dos centros en los que atiende a las personas más desfavorecidas. Uno es el comedor social en la calle Eulogio Soriano, y el otro, ubicado en la calle Baraundillo, en el que imparte cursos de formación y empleo a través de los programas Incorpora (que desarrolla con La Caixa), Tejiendo futuros (en colaboración con el IMAS y el Fondo Social Europeo) y cursos conveniados con el Servicio de Empleo y Formación (SEF).
«En 2021 hemos conseguido un empleo a 121 personas que estaban en riesgo de exclusión social pero con una mayor posibilidad de inserción, y nos hemos propuesto llegar a las 150 este año», apuntó el director de la Fundación, Daniel López. Para ello, la ONG cuenta con una larga lista de empresas colaboradoras.
El centro ofrece diferentes talleres e itinerarios formativos no sólo como herramienta para adquirir habilidades, sino como parte de un proceso para recuperar a la persona tanto física como psíquicamente «a través del compromiso y trabajo diario».
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