San Esteban despeja su panorama legal, pero sigue pendiente del económico y del técnico
El Consistorio da luz verde al plan urbanístico de protección de los restos, a la espera de cerrar el convenio de financiación y el estudio para cimentar
«Con San Esteban se empezó la casa por el tejado». Esto es lo que ha defendido en los últimos años la Asociación para la Defensa de la Huerta y el Patrimonio de Murcia (Huermur) en lo que respecta al yacimiento del Arrabal de la Arrixaca Nueva. La entidad conservacionista sostiene que se elaboró un proyecto para la puesta en valor de los restos, con un jardín encima incluido, antes de acometer, siquiera, los cambios en el planeamiento urbanístico necesarios para su conservación y que «estaban en un cajón desde 2017»; unos requerimientos, que según explica el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, vienen recogidos tanto en la Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Comunidad, como en la nacional de 1985.
Pues bien, el Ayuntamiento de Murcia dio ayer el paso para poner remedio a este asunto con la aprobación definitiva, por parte de la Comisión de Pleno de Infraestructuras, Hacienda, Gestión Económica y Asuntos Generales, del Plan Especial de Ordenación y Protección de la Zona Arqueológica del Arrabal de la Arrixaca Nueva. El instrumento aprobado sigue, sin embargo, sin convencer a la entidad conservacionista, que lo considera una «percha» de la que colgar un proyecto concreto ya elaborado y que continúa demandando un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para calificar ese suelo como «yacimiento» y no como zona verde.
El vicealcalde, Mario Gómez, señaló ayer, no obstante, que se trata de una actuación innecesaria a la luz de los informes técnicos, ya que los restos se encuentran ya protegidos por su calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) y por la delimitación de su entorno. El Plan, que deberá recibir el 'OK' definitivo del Pleno municipal el próximo jueves, mantiene la calificación sobre el jardín o plaza que se quiere levantar en el nivel superior de «parque de distrito», la cual ya tenía este suelo desde los tiempos anteriores al hallazgo arqueológico. La idea es que coexista este uso con aquellas actividades compatibles con el «descubrimiento, estudio, protección, acondicionamiento y exposición de los restos», que permanecerán en un nivel inferior, estableciendo por tanto dos zonas diferenciadas.
La superficie del jardín tendrá que ser diáfana, ya que el 80% deberá estar despejado o dedicado a espacio arbolado
El documento amplía hasta el 80% –como mínimo– la superficie arbolada y despejada del citado jardín superior, destinada a la contemplación del yacimiento, frente al 30% que se establece como regla general para este tipo de parques. Este porcentaje de suelo deberá, así, permanecer libre de elementos de otro tipo, más allá de las plantaciones, evitando, por ejemplo, kioskos, zonas de juegos, casetas o instalaciones de cualquier clase, apuntan fuentes municipales.
De hecho, se reduce al 5% la superficie de usos vinculados a este espacio diáfano, que albergará, en todo caso, pequeñas construcciones vinculadas siempre al destino investigador, museístico, expositivo, recreativo y de uso por los ciudadanos, como son acceso al yacimiento, cafetería, zona administrativa y de control, sala de exposiciones, dependencias necesarias para el acopio del mantenimiento y excavación de los restos u otras. Además, cualquier construcción que se prevea tendrá la altura limitada a 4,5 metros.
Para mostrar la unidad del BIC se plantea la posible conexión subterránea entre el arrabal y la iglesia de San Esteban
En cuanto al proyecto concreto, la estructura de conservación contará con huecos que permitan la observación de determinados puntos del arrabal, al tiempo que posibiliten la ventilación del nivel inferior y el paso de la luz. También, para mostrar la unidad del conjunto BIC, y aprovechando la desacralización de la iglesia de San Esteban, se plantea la posible conexión subterránea «bajo cota cero» de ambos espacios expositivos, el del templo y el yacimiento. Asimismo, se prevé una pasarela perimetral para contemplar el arrabal y accesos hasta una zona concreta de éste.
Si el panorama legal parece encauzado –siempre que las apreciaciones de Huermur no tengan más recorrido–, no lo están todavía las cuestiones técnicas y económicas. Respecto a las primeras, antes de acometer el proyecto del equipo ganador del concurso de ideas, es necesario determinar la ejecución concreta del sistema de cimentación sobre el que se asentará la plaza o jardín. La previsión es la utilización de un sistema de pilotaje, con entre 86 y 90 pilares. No obstante, para determinar una adecuada ubicación y verificar que éstos no afecten al arrabal, se firmará un convenio con la Universidad de Murcia con el fin de acometer el pertinente estudio.
«Recalcular los porcentajes»
En cuanto a la cuestión económica, aún queda pendiente de formalizar el convenio a tres bandas planteado para la financiación del proyecto. La previsión es que los 20 millones presupuestados se repartan entre el Ministerio –con un 40% que ya está consignado– y Comunidad Autónoma y Ayuntamiento, administraciones que asumirían un 30% del coste cada una. «La Consejería de Cultura se está descolgando, por lo que estamos estudiando si hay que recalcular los porcentajes, al tiempo que solicitamos fondos europeos», aseguró Gómez, mostrando «el compromiso» de su gobierno por acometer este proyecto.
«Estamos a la espera de que se nos remita la aprobación del Plan Especial, de lo que no tenemos constancia, ya que hasta entonces el proyecto básico está paralizado; entonces se podría firmar el convenio, ya que hemos sido siempre parte impulsora», replican fuentes autonómicas.
Por otra parte, el Grupo Municipal Popular defendió ayer que dicho «Plan Especial lo dejó elaborado y perfectamente enfocado el equipo del PP», algo que negó Gómez. «Que lo demuestren con documentos», concluyó.