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Cerrarán las calles de San Nicolás y Riquelme en Murcia para liberar al barrio de un 84% de tráfico
El proyecto, que se hará efectivo a finales de verano, elimina las plazas de libre aparcamiento y aumenta la zona naranja de residentes
Las calles de San Nicolás y Riquelme (en el barrio de San Nicolás ) estarán cerradas al tráfico a finales del verano, y solo podrán ... circular los residentes, taxis, ambulancias, bomberos y Policía. Ni siquiera las motos tendrán permiso para pasar.
Una cámara con lector de matrículas vigilará el cumplimiento de esta restricción, controlando que únicamente circulen los vehículos registrados.
En cifras
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130.000 euros es el presupuesto a invertir en la reorganización de la circulación en el barrio.
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105 estacionamientos para los vehículos de dos ruedas, dieciséis más que actualmente.
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30% de las plazas de carga y descarga aumentarán y estarán más vigiladas.
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27,3% de las emisiones de CO2 a la atmósfera se reducirán al limitarse el tráfico.
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52 vehículos por hora circularán en el periodo de mayor intensidad; ahora son 321.
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76 aparcamientos se destinarán a los residentes, casi un 50% más que ahora.
Además, se eliminarán todas las plazas de aparcamiento libre (actualmente hay 48) y se ampliarán de 51 a 76 las de estacionamiento de residentes (las naranja). Por lo que respecta a las de la ORA, seguirán siendo 59 (aunque cambiará la ubicación), al igual que las de movilidad reducida ( que se mantienen en 5).
Las de carga y descarga aumentarán en 6 (26 en total) y las destinadas a vehículos de dos ruedas se incrementarán casi un 18% (pasando de 89 a 105).
Con esta medida, el Ayuntamiento va a reducir el 83,7% del tráfico en el barrio; se evitará el 27,3% de emisiones de CO2 a la atmósfera y disminuirá la circulación en horas punta de los 321 vehículos actuales a 52. Y se deja claro que se van a redistribuir las actuales plazas de aparcamiento sin crear ninguna más.
Estas son las grandes cifras del proyecto diseñado por la Concejalía de Movilidad Sostenible. Su responsable, la edil Rebeca Pérez, subrayó que «con este y otros proyectos, como el de la peatonalización de Alfonso X, estamos aprendiendo que la ciudad es para disfrutarla».
La decisión se ha tomado después de que la Cátedra de Movilidad y Transporte Sostenible de la UCAM, que dirige Roberto Liñán, haya realizado durante los últimos meses un estudio del tráfico en el barrio y sus alrededores. «Los vecinos han estado informados en todo momentos y, de hecho, el martes tuvimos la última reunión para explicarles cómo iba a quedar reordenada la circulación», añadió.
Ahora solo queda el visto bueno definitivo de la Junta de Distrito, cuyo presidente, Diego Avilés, también conoce el proyecto del Ayuntamiento. «El barrio estaba demandando un calmado del tráfico y con ello un aumento de la seguridad», apuntó. Resaltó que los vecinos y visitantes que paseen por la zona «podrán disfrutar más de su arquitectura regionalista y de los edificios que están protegidos por su valor».
Junto con la reorganización del tráfico se ha previsto una nueva regulación semafórica, y «un embellecimiento general», con una nueva iluminación, el plantado de árboles y la colocación de flores en los edificios.
En la actualidad muchas de las calles del barrio tienen bolardos para evitar coches aparcados indebidamente, y, según cómo evolucione el tráfico con la restricción no se descarta eliminarlos.
En total, la Concejalía de Movilidad Sostenible va a invertir 130.000 euros de remanentes del presupuesto del año pasado.
Para dar a conocer el proyecto, se ha previsto una campaña informativa en el barrio, con el buzoneo de folletos explicativos.
Rebeca Pérez puntualizó que la intención del ejecutivo municipal es seguir ampliando a otras zonas este tipo de iniciativas, que las haga «más amables y seguras» para vecinos y visitantes.
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