«Alguien debería hacer conmigo lo mismo que le he hecho a ella»
El hermano de la mujer que apareció muerta en Churra con varias puñaladas confiesa la agresión a los agentes y dice estar arrepentido
«He matado a mi hermana. Estoy muy arrepentido y alguien debería hacer conmigo lo mismo que le he hecho a ella». De esta forma, Francisco V., de 49 años y con problemas mentales, reconoció el lunes por la noche a los agentes de la Guardia Civil haber apuñalado en varias ocasiones a Gloria, su hermana de 47 años, en el domicilio materno de la pedanía murciana de Churra. Lo hizo cuando acudió a la Comandancia de la Benemérita para entregarse.
Hasta ese momento estaba siendo buscado por agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional como sospechoso de un fratricidio. Fue la hermana pequeña de ambos la que, a las 14.20 horas, descubrió el cuerpo sin vida de Gloria, en mitad del pasillo y sobre un charco de sangre.
El presunto agresor confesó que había apuñalado a su hermana tras una discusión. La víctima había acudido a visitar a su madre, que sufría una discapacidad, para asearla y darle de comer, cuando, en un momento determinado, su hermano comenzó una disputa verbal con ella en la sala de estar y, sin mediar palabra, fue a la cocina a por un cuchillo y se lo clavó en el tórax, cuello y abdomen. Alguna de las cuchilladas afectó a órganos vitales.
Después de acuchillar a su hermana, se fue a Cieza, donde estuvo escuchando misa
Dejó dinero y el móvil
Según explicó a los agentes, tras acuchillar a su hermana abandonó el domicilio, cogió un autobús para marcharse a Cieza, donde, según indicó, vive un amigo al que quería contar lo que había sucedido, aunque no lo encontró. Cuando llegó al municipio, se dirigió a la iglesia y estuvo escuchando misa. Antes de abandonar el templo, dejó dinero y su móvil «para que se lo dieran a los niños pobres», relató a los agentes.
Cuando acabó la liturgia, regresó a Murcia, donde estuvo dando vueltas, sin rumbo fijo, hasta que se presentó en la Comandancia de la Benemérita. Preguntó al agente de la garita por un amigo guardia civil, aunque allí nadie conocía a esa persona. El acusado insistió en que lo avisaran porque había matado a su hermana, que estaba «muy arrepentido» y que deberían hacer con él «lo mismo que he hecho yo con ella», según fuentes cercanas a la investigación.
Fue en ese momento cuando los agentes contactaron con la Policía Nacional, para avisar del testimonio del sospechoso. En cuestión de minutos, los agentes encargados del caso de violencia doméstica acudieron a recogerlo. Allí se hizo el traspaso de competencias y le leyeron sus derechos.
Posteriormente, fue trasladado a la Jefatura de la Policía Nacional. Antes de tomarle declaración, el arrestado acudió, custodiado por una patrulla, a un centro sanitario para adquirir la medicación que suele tomar por los problemas psicológicos que padece. Su puesta a disposición judicial está previsto que se produzca en menos de 48 horas.