Abaten a un jabalí de 200 kilos que tenía atemorizados a los vecinos de Cieza
Se trata de un híbrido entre este animal y un cerdo doméstico que arrasaba las cosechas
Resulta todavía una incógnita cómo pudo llegar hasta los campos de Cieza, pero el caso es que desde hace unos días vecinos del caserío de la Carrasquilla y los propios agricultores de esta zona oriental del municipio habían alertado de la presencia de un gran jabalí blanco que los asustaba y que se hacía con la comida de los caballos y de otros animales domésticos como perros y gatos. Finalmente, las autoridades optaron por abatirlo y constataron que se trataba de un híbrido entre jabalí y cerdo doméstico de casi 200 kilos de peso. No descartan que pueda haber más jabalís de otros cruces entre estas dos especies de las mismas dimensiones.
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La alerta la dio el lunes pasado un vecino de la zona cuando llamó al 112 y comunicó que por el entorno de su casa merodeaba un animal muy grande, posiblemente un jabalí, y que si bien no había atacado a nadie, sí infundía miedo y se comía la comida de su caballo y de sus mascotas.
Hasta allí se desplazó ese mismo día una patrulla de la Policía Local, que en coordinación con agentes medioambientales comunicaron los hechos a las administraciones. A instancias de estas, la sociedad de cazadores El conejo de monte accedió a actuar, «dado los peligros que podría acarrear la presencia de un animal tan grande», indicó el presidente de la entidad, José Manuel Sánchez. «Además, -añadió- al ser un híbrido y encontrarse suelto, podría causar mutaciones con las especies autóctonas».
Varios socios organizaron lo que en caza se denomina «una espera», camuflándose y aguardando la llegada del jabalí a la finca donde se le vio en los últimos días y en la que estaba causando «serios daños» en la agricultura. «Se decidió no abatirlo con escopeta, sino mediante el disparo de una flecha con arco para que el animal sufriera menos, y también para evitar que los disparos del arma de fuego pudieran causar alarma entre los vecinos de los alrededores», explicó Sánchez.
El cazador, que aseveró que contaba con los permisos tanto de la Administración como del dueño de la finca donde se abatió al animal, indicó que la intención inicial «había sido capturarlo con vida para proceder a su estudio, pero la actual reglamentación obliga a matarlo al momento y en el lugar del avistamiento para evitar la posible proliferación de la peste porcina, enfermedad de la que existe una alerta por su posible propagación».
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Más ejemplares
José Manuel Sánchez indicó que el radio de movimiento de este animal era de unos 12 kilómetros, ya que tiene constancia de que había sido avistado en el entorno de la sierra Larga e incluso en Ascoy. «Otras veces parece que se desplazaba hasta el límite con Jumilla en busca de comida», señaló. Según la sociedad de cazadores, el jabalí «destrozaba huertas de lechugas, árboles frutales y se alimentaba de la comida que encontraba de los perros de las fincas de la zona».
Por otra parte, y según Sánchez, «no sería descartable que pueda haber más jabalís de las mismas características, ya que si ha habido un cruce entre razas, puede haber dos, tres y todos los que la naturaleza quiera».
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