Vertido de aguas de color blanco junto al solar de la antigua Balsa Jenny, en Llano del Beal. foto: J. M. Rodríguez / AGM | vídeo: Juani García Valdivia

Otro vertido de residuos mineros va hacia el Mar Menor desde Llano del Beal

Los vecinos denuncianel arrastre de aguas con metales pesados desde el solar de la antigua Balsa Jenny y el retraso de la Comunidad en evitarlo

Viernes, 1 de abril 2022, 12:36

Las lluvias de las dos últimas semanas han causado un nuevo vertido de aguas contaminadas por residuos mineros en el solar de la antigua Balsa Jenny, propiedad de la Comunidad Autónoma y situado en la localidad de Llano del Beal, en Cartagena. Así lo denunció ayer la Plataforma de Afectados por los Metales Pesados de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, que difundió un vídeo y fotografías de la zona y exigió al Gobierno regional de Fernando López Miras «la adopción urgente de medidas para sellar y restaurar la parcela y proteger de una vez la salud de los vecinos y del medio ambiente».

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La plataforma también pidió la intervención inmediata de la Fiscalía, en especial por el riesgo para los menores de edad, y estudia personarse como acusación particular en la causa por presunto delito contra el medio ambiente abierta en el Juzgado de Instrucción 4 de Cartagena. Este investiga la situación de este solar y del cercano vertedero de residuos peligrosos Los Blancos, al que fueron trasladadas un millón de toneladas de desechos desde Jenny entre los años 2003 y 2005 por el riesgo de derrumbe.

El colectivo vecinal, cuyo portavoz es Juan Ortuño, alertó del arrastre de «leche de luna», lixiviados que contienen una mezcla «tóxica » de hidróxido de aluminio, cadmio y zinc, explicó el científico José Matías Peñas, expertos en suelos de la Universidad de Limoges (Francia) que asesora a los vecinos. Estos añadieron que las escorrentías desembocan en la rambla de Ponce, que desagua en el Mar Menor.

Reguero de residuos en Llano del Beal, con el Mar Menor al fondo. Juan ortuño

El informe de 2019

Un informe solicitado por la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Antonio Luengo, constató en 2019 elevados niveles de contaminación por plomo y zinc en el subsuelo y también en la capa superficial, que en teoría debía asegurar la impermeabilización. También halló riesgo de dispersión de partículas contaminantes al entorno por la lluvia.

Ortuño recordó que la finca ha sido objeto de diversas obras de clausura y remediación ambiental, con un coste millonario, pero el problema continúa. Además, cuando los residuos se secan forman costras y la dispersión del polvo tóxico que contienen llega a las poblaciones de Llano del Beal y Estrecho de San Ginés.

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Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente se limitaron a señalar a LA VERDAD que «se está trabajando y avanzando a nivel interno» respecto a la situación de la antigua Balsa Jenny. No aclararon si asumirá al final la licitación del proyecto de redacción y ejecución de las obras de impermeabilización y revegetación, una vez que el Ministerio para la Transición Ecológica ha rechazado su pretensión de que asuma el proyecto, dentro del plan de regeneración del Mar Menor y su cuenca.

El Gobierno regional no dio información, a pesar de que ayer viernes técnicos de Medio Ambiente supervisaron la zona. La semana pasada, tomaron muestras del agua. Lo hicieron después de una acción similar de la CHS y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

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