Los vecinos del entorno de la Catedral denuncian filtraciones de agua que afectan a sus pisos

Cuando llueve, a los vecinos del entorno de la antigua Catedral de Cartagena, Santa María la Mayor, les saltan las alarmas en sus viviendas y garajes. Las filtraciones del agua que llega de la parte alta tiene visibilidad en sus patios, habitaciones y pasillos, donde paredes y techos presentan humedades y desconchones. Tras más de tres años en esta situación ayer se decidieron a denunciarlo públicamente y a exigir al Ayuntamiento medidas urgentes, para acabar con esta situación.

Los vecinos dicen que el agua de lluvia acumulada en la zona del Parque Cornisa acaba en la calle Osario, la que rodea la Catedral vieja hasta la Plaza de la Condesa de Peralta. En ella los afectados sitúan el problema, ya que con la remodelación de la zona, hace ya casi una década, los desagües no fueron conectados a las canalizaciones de la red de saneamiento y ahora, por alguna razón, la lluvia se filtra por el suelo hasta llegar a sus casas, que están en una cota más baja.

Se trata de un problema que ayer admitió un portavoz de la alcaldía a 'La Verdad'. También indicó que el Ayuntamiento estudia desde hace algunas semanas una mejora de la calle, para poner solución a este problema.

Donde más quejas hay es en el edificio Fénix, donde hay casi una treintena de viviendas. La presidenta de la comunidad de vecinos, María José Gómez, denunció que en el patio hay una pared de unos cinco metros de alto que está totalmente empapada, donde los desconchones saltan a la vista. En la misma situación hay otra vivienda. «Las lluvias del pasado domingo, a pesar de no haber sido muy abundantes, hicieron aflorar la humedad. Llevamos en esta situación varios años. Alguien debería tomar cartas en el asunto», dijo.

En peor situación ha quedado el restaurante La Catedral, del empresario Pablo Cerezuela. Las filtraciones por la pared que da a la calle Osario fueron tan importantes el domingo que ha tenido que cerrar su negocio temporalmente, para limpiarlo todo y eliminar el olor a humedad que ha impregnado parte del establecimiento.

Este problema también afecta a las paredes de la propia Catedral antigua. La acumulación de agua en el interior del edificio hace que se filtre por el suelo y las muros. Por eso, estas permanecen empapadas días posteriores a los de lluvia.

La directora del Museo del Teatro Romano, Elena Ruiz Valderas, aseguró que el edificio diseñado por Rafael Moneo no se ha visto afectado con las lluvias, aunque confesó que en una ocasión sí que detectaron humedades en la zona de la Catedral vieja.