Suelo contaminado procedente de la Sierra Minera. A. Durán/ AGM

Salud descarta un mayor riesgo de toxicidad por plomo y cadmio en la Sierra Minera

Epidemiología detecta niveles en sangre algo más elevados en la población de la zona, pero no lo considera significativo

Viernes, 8 de febrero 2019, 01:23

Vivir en la Sierra Minera no implica un riesgo significativamente mayor para la salud pese a la presencia de metales pesados como el plomo. A esa conclusión, todavía preliminar, ha llegado un equipo de expertos del servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud tras un estudio que se ha desarrollado durante casi un año, y en el que se han analizado muestras de 728 personas. Los epidemiólogos han comparado los niveles de plomo en sangre en 378 vecinos de la Sierra Minera (todos ellos niños de 6 a 11 años más sus madres), con los indicadores recogidos en otros 350 niños y madres de otras diputaciones cartageneras no mineras (Pozo Estrecho, El Albujón, La Palma y La Puebla).

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Las muestras han sido analizadas en el Instituto Toxicológico de la Defensa, en Madrid, y han confirmado que, de media, hay mayor concentración de plomo en sangre entre los vecinos de Llano del Beal y el resto de poblaciones de la Sierra Minera (El Estrecho, La Unión y Portmán). Sin embargo, los autores del estudio concluyen que esa diferencia no es significativa y no supone un mayor riesgo para la salud. En concreto, se ha detectado una media de 1,65 microgramos de plomo por decilitro de sangre entre los niños de la zona minera, frente a 1,08 entre quienes viven en las diputaciones alejadas de esta área. «Son 0,57 microgramos de diferencia», recalcó ayer Humberto Gómez, médico adjunto del servicio de Epidemiología y uno de los investigadores. Entre las madres, esas diferencias son aún menores, de apenas 0,12 puntos.

Algunas claves

  • Las medidas Una vez conocidos los resultados, se hará seguimiento y control en centros de salud a 17 familias con niveles de plomo superiores a 3,5 microgramos por decilitro de sangre. Además, el comité científico asesor analizará ahora las conclusiones del estudio y procederá a realizar una evaluación.

  • Lo que dice la OMS Los expertos recuerdan que no hay niveles de plomo que puedan considerarse seguros. En todo caso, la OMS sitúa en 5 microgramos por decilitro la tasa a partir de la cual el riesgo hace necesario un seguimiento adecuado. Tres niños de la zona minera superan esta concentración de plomo en sangre, algo que ya se detectó el mes pasado en análisis realizados en La Arrixaca.

Las cifras globales se sitúan así lejos de los 5 microgramos por decilitro de sangre, que es la tasa a partir de la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda adoptar medidas de seguimiento y prevención. En todo caso, los epidemiólogos recuerdan que «no hay niveles seguros de plomo». De hecho, se ha decidido someter a seguimiento en los centros de salud y en el Santa Lucía a 17 familias en las que se ha detectado, bien en el niño o en la madre, niveles superiores a 3,5 microgramos de plomo por decilitro de sangre. Representan el 4,6% del total de participantes en el estudio.

Diecisiete familias se someterán a controles al presentar alguno de sus miembros concentraciones excesivas en sangre

Tres niños superan los límites

Las muestras han permitido, además, confirmar que tres niños de la zona minera superan los 5 microgramos, algo que ya se detectó en los análisis realizados por La Arrixaca recientemente, como adelantó 'La Verdad'. Otros cuatro niños se sitúan entre los 4 y los 5 microgramos por decilitro. En la zona no minera, solo un niño supera las tasas fijadas por la OMS.

Una de las dificultades con que se han encontrado los expertos es la falta de estudios en España. «No existen niveles de referencia de metales pesados en la población española», advirtió Natalia Cabrera, médico de familia y especialista en Medicina Preventiva. El último estudio, realizado en Madrid en 2010, mostró una mediana de 0,9 microgramos de plomo en sangre entre niños de 7 a 12 años. En la investigación realizada en la Sierra Minera, esa mediana es de 1,45 microgramos.

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Villegas subraya que «los niveles se sitúan muy por debajo de lo que marca la OMS»

El estudio también ha abordado la presencia de cadmio en la población de la Sierra, que abarca el Llano del Beal, El Estrecho de San Ginés, La Unión y Portmán. En este caso, las diferencias entre esta zona y las diputaciones no mineras son prácticamente imperceptibles. Así, los niños de la Sierra Minera presentan, de media, 0,24 microgramos de cadmio por litro de sangre, exactamente el mismo nivel detectado entre los menores de El Albujón, Pozo Estrecho, La Palma y La Puebla. Entre las madres, la diferencia es de apenas 0,04 microgramos.

A falta del arsénico

Faltan todavía por conocer las concentraciones de arsénico que arrojan las muestras recogidas. Los análisis en este caso son más laboriosos y complejos porque es necesario aplicar «técnicas de especiación», explicó Humberto García. «Queremos determinar los niveles de arsénico inorgánico, y para ello debemos diferenciarlo del orgánico, presente en el pescado y sin toxicidad o con muy baja toxicidad», detalló.

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Por tanto, el estudio epidemiológico todavía no está terminado, y lo que se presentó ayer fueron resultados preliminares. El consejero de Salud, Manuel Villegas, destacó que, de acuerdo con estas primeras conclusiones, «vivir en la zona minera no supone un mayor riesgo para la salud, y los niveles de plomo se sitúan muy por debajo de los que marca la OMS». También pidió que no se ponga en duda el trabajo de Epidemiología, que ha contado con el asesoramiento de un comité científico externo. La investigación ha sido coordinada por la jefa del servicio de Epidemiología, María Dolores Chirlaque. Han formado parte del equipo José Jesús Guillén, jefe del servicio de Salud Pública de Cartagena; Francisco Pacheco, director del Laboratorio Regional de Salud Pública; José María Huerta, del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Epidemiología y Salud Pública; Humberto Gómez, médico adjunto de Epidemiología; y Natalia Cabrera, médico de familia y especialista en Medicina Preventiva.

Los investigadores han contado con el asesoramiento de un comité científico externo del que han formado parte, entre otros, Jordi Sunyer, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Pompeu Fabra y director del proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA); y Montserrat González, especialista en Análisis Clínico y Bioquímica del Hospital San Carlos de Madrid. También colaboran en el comité científico la exjefa del servicio de Epidemiología de la Consejería, Carmen Navarro; el catedrático de Toxicología de la UMU Antonio Juan García; y la catedrática de Tecnologías del Medio Ambiente de la UPCT Stella Moreno.

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