Diogo Ribeiro, Marketa Pablikova, Fátima Postigo, Ana Albaladejo y Andrea Pérez, en uno de los laboratorios del Santa Lucía. Pablo Sánchez/ AGM

Una quincena de investigadores buscan en el Santa Lucía de Cartagena nuevos tratamientos oncológicos

El hospital atrae ya a talento científico de la Región y de fuera de ella con becas para impulsar estudios dirigidos a luchar contra el cáncer

Lunes, 18 de noviembre 2024, 00:55

Cuando a Fátima Postigo, de 32 años, formada en Sevilla, le propusieron ser parte del equipo de investigación de Pablo Conesa, analista clínico del Hospital ... General Universitario Santa Lucía y jefe del grupo de investigación de Patología Molecular y Farmacogenética del IMIB, ni se lo pensó. Cogió «la maleta y el perro» y se vino. Aquí lleva ya más de tres años estudiando los cambios a nivel proteínico y metabolínico de líneas de cáncer de mama resistentes a la quimioterapia y posibles vías de tratamiento en un futuro. Su análisis forma parte de los que se llevan a cabo en el centro hospitalario, cada vez más punteros, por investigadores de la Región, aunque también llegados de fuera de ella, la mayoría de países como Portugal, Chile, Holanda, Brasil y República Checa. «Es muy estresante, porque la ciencia es mucho 'prueba y error', pero algo conseguiremos», indicó.

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Los estudios científicos en el Área de Salud de Cartagena siempre han sido un reto para muchos facultativos especialistas inquietos por hacer la vida más fácil a sus pacientes. Tanto es así que en el Santa Lucía hay en marcha ya una quincena de estudios oncológicos dirigidos a evaluar aspectos tan diversos como la eficacia y seguridad de algún medicamento, de una técnica diagnóstica o de una terapia.

Estas investigaciones han comenzado a dar los primeros pasos gracias a que, cada vez más, promotores científicos e instituciones públicas y privadas eligen a los profesionales de Cartagena para impulsar proyectos.

Genética y Biotecnología

Fátima Postigo llegó gracias a una beca de la Universidad Católica San Antonio (UCAM). También Diogo Ribeiro, un joven portugués de 23 años, que tras estudiar en su país Genética y Biotecnología tuvo la oportunidad de engancharse a uno de esos estudios y sin pensárselo dos veces llegó a Cartagena. Ya lleva casi un año trabajando en mecanismos de resistencia para pacientes que no responden a quimioterapia. Ensaya distintos inhibidores de la proteína fascina, que activa y ayuda a expandir el cáncer, para que la célula tumoral no pueda invadir el órgano afectado, sea sensible al tratamiento de quimioterapia y muera.

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De la República Checa llegó Marketa Pablikova, de 25 años. Eligió Cartagena gracias a su directora de tesis, quien le aconsejó unirse al grupo de investigadores de Conesa en el Santa Lucía. Llegó para seis meses y ya lleva un año. Está estudiando una nueva manera de inmunoterapia que usa las células del sistema inmune del paciente. «Estamos intentando entrar en las células para buscar las tumorales y eliminarlas de una forma muy específica», explicó.

Ese es uno de los estudios «más prometedores», según Conesa, «porque es lo que mejores resultados nos está dando. Se trata de una forma de buscar alternativas a la quimioterapia. Los probamos a nivel 'in vitro'. Es bastante novedoso a nivel regional», añadió. Muy en la línea de esta investigación está la que lleva a cabo Andrea Pérez, una joven cartagenera de 24 años, que tras estudiar Biotecnología en la Universidad de Murcia (UMU) y hacer un máster en Biología Molecular llegó a este grupo del Santa Lucía el pasado mes de septiembre.

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Trata de utilizar las bacterias como una especie de caballo de Troya, que tras llegar al interior de la célula tumoral hace «despertar al sistema inmunitario», indicó esta investigadora. «Es muy parecida a la de Marketa Pablikova, y tiene como objetivo hacer que los tumores que no responden a la inmunoterapia, puedan ser detectados y eliminados».

En este grupo también está Ana Albaladejo, de 29 años, cartagenera, que fue estudiante de Biología en la Universidad de Murcia. Tras hacer un máster en Biomedicina llegó al Santa Lucía para realizar análisis para saber cómo los genes van cambiando y llevan a la célula tumoral a hacer metástasis. Todo ello a nivel genético.

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Proyectos internacionales

«Cuando yo empecé estaba solo y ahora me enorgullece que seamos un grupo tan amplio. Somos ya quince. Esto, junto a la apuesta económica de entidades como la UCAM, nos hace entrar en investigaciones a nivel internacional. Trabajamos en el uso de medicamentos que son usados para otra cosa y su efecto sobre el cáncer. También en varias patentes. Si queremos encontrar soluciones para los pacientes tiene que ser así», recordó Conesa.

  1. La detección precoz, clave para hacer frente a la enfermedad

El cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbi-mortalidad, como apunta la Sociedad Española de Oncología Médica, de modo que este año se alcanzarán los 286.664 casos en nuestro país, según los cálculos de la Red Española de Registros de Cáncer, lo que supone un ligero incremento con respecto al 2023. Pero pese a la previsión de que las cifras continúen creciendo, el objetivo de la comunidad científica es reducir su mortalidad, lo que se podría conseguir con estrategias de detección precoz y cambios demográficos, para lo que la investigación es la clave.

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Son varios los grupos de investigación del Hospital Santa Lucía que avanzan en ese campo en colaboración con universidades, hospitales y centros de investigación nacionales e internacionales. El doctor Pablo Conesa, analista clínico y jefe del grupo de investigación de Patología Molecular y Farmacogenética del IMIB, lleva más de diez años estudiando el adenocarcinoma serrado, un tipo de cáncer colorrectal que se caracteriza por un mal pronóstico. Ahora, participa en un estudio internacional cuyo objetivo es buscar posibles dianas terapéuticas que permitan prevenir el desarrollo de esta enfermedad.

Uno de sus proyectos trata de averiguar si una persona va a responder bien a la inmunoterapia antes de administrarle el tratamiento, utilizando células de su tumor y de su sistema inmunitario, enfrentándolas en una matriz tridimensional lo más parecida posible al microambiente tumoral de forma 'ex vivo', es decir, fuera del paciente, a modo de avatar.

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Los inhibidores del punto de control inmunitario constituyen uno de los avances recientes más significativos en el tratamiento de tumores sólidos. La buena respuesta a estos tratamientos se asocia parcialmente con tumores con alta carga mutacional.

En el cáncer colorrectal solo están indicados en monoterapia en aquellos tumores con inestabilidad de microsatélites. Sin embargo, no existe una correlación total entre los microsatélites y una buena respuesta a los inhibidores.

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