PSOE y Podemos exigen vaciar las balsas de Zinsa ante el riesgo de vertido
Acusan a Medio Ambiente de poner en «peligro» a los vecinos de Torreciega y al entorno natural al no sacar ya los residuos, pese a la orden judicial y a las lluvias
PSOE y Podemos acusaron ayer al Gobierno regional de actuar con pasividad y poner en riesgo el entorno natural, la salud pública y la seguridad de vecinos y trabajadores del barrio de Torreciega y del polígono Cabezo Beaza al no haber iniciado aún el vaciado urgente de las antiguas balsas de residuos industriales de Española del Zinc (Zinsa) en Cartagena. Reaccionaron así a la noticia publicada este miércoles por LA VERDAD sobre el hecho de que dos de los cinco depósitos de este vertedero de desechos peligrosos están casi límite de su capacidad tras las lluvias de marzo y abril.
Estas partidos políticos exigieron que la Consejería de Medio Ambiente cumpla la orden de extracción de los residuos dictada en noviembre por el Juzgado de Instrucción 5 y atienda la petición de la Asociación de Vecinos de Torreciega de actuar ya para evitar un desbordamiento. También reclamaron que el Ayuntamiento, a través del gobierno municipal de Noelia Arroyo, presione.
La diputada regional y portavoz del PSRM, Carmina Fernández, instó al Gobierno de Fernando López Miras a «que abandone su actitud temeraria y actúe de una vez ante el gravísimo peligro para los vecinos, antes que produzca una catástrofe sin precedentes, porque las balsas están a rebosar». Además, dijo, «estos materiales contaminados por metales pesados van al Mar Mediterráneo, a través de la rambla que transcurre por la zona y va al puerto».
Contaminación hacia el puerto
«El Gobierno regional tiene la obligación de proteger la salud y el medio ambiente, y no a los empresarios que se niegan a asumir sus responsabilidades y descontaminar», afirmó sobre la mercantil Cartagena Parque. Y la portavoz de Podemos Cartagena, Leli García, lamentó que «una vez más, el Gobierno regional mira a otro lado en los problemas de contaminación que asolan Cartagena». Y ello, a pesar del «riesgo de las balsas y de la inacción de la empresa propiedad de Tomás Olivo».