Los pescadores de Cartagena exigen medidas severas por el aumento «descontrolado» de los furtivos
Denuncian que los 'ilegales' aprovechan el paro biológico para salir al mar y vender las capturas a tiendas y bares
En zódiac neumáticas o lanchas motoras, embutidos en trajes de neopreno, equipados con cestas y cañas y aprovechando casi siempre la oscuridad y la ... ausencia de los barcos pesqueros en la zona elegida. Así actúan los 'profesionales' de la pesca furtiva y así lo han hecho en masa durante los meses de marzo y abril en que las embarcaciones de arrastre de la Cofradía de Cartagena han permanecido amarradas a puerto por la obligada parada biológica de este año. El incremento «descontrolado» ha alertado a los profesionales del mar, que ya han exigido a las autoridades medidas severas y un aumento de los controles por parte de los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, y de los inspectores del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Comunidad Autónoma.
«Durante los tres últimos meses, el número de furtivos ha crecido. Está habiendo mucho movimiento. Ello nos vigilan, saben cuándo estamos parados y cuándo y dónde pueden actuar. Se han aprovechado de que en las pescaderías han faltado algunas variedades durante la parada biológica para vender sus capturas», denunció el patrón mayor de la Cofradía, Bartolomé Navarro.
Pescan pulpos, meros, dentones y en breve, a principios del mes que viene, se les verá, según Navarro, en los alrededores de las jaulas de atunes para capturar a los que se acercan a las instalaciones en busca del alimento que se echa en el interior. Los puntos donde más ilegales se ven son en El Gorguel y frente a la bahía de Portmán. «Nosotros, con nuestras licencias, no podemos coger ni un solo atún», aseveró.
Consecución del botín
Los furtivos aguardan, sobre todo, la llegada de la noche. Cuando consiguen su botín, lo cargan en coches y furgonetas e intentan venderlo en bares, restaurantes e incluso pescaderías. La presencia masiva de estos pescadores sin permiso reglamentario ha desatado en varias ocasiones las quejas y las denuncias de los profesionales asociados a la Cofradía de Cartagena, que sí lo tienen para calar sus redes. La intensificación de los controles en los últimos años hizo que los que incumplen la ley estuvieran parados unos años, sobre todo los de la pandemia, pero «en lo que va de año está siendo algo ya fuera de lo común, tanto que los servicios de vigilancia se están viendo desbordados», aseguró el patrón mayor.
La Cofradía entra en número rojos, pero augura un buen verano, la época del año, junto a la Navidad, con más ventas
Tanto los inspectores del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Comunidad Autónoma, como los del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y el Seprona llevan a cabo de manera continua inspecciones y controles, pero estos serán intensificados para evitar estos hechos delictivos, según indicaron fuentes de ambas administraciones. Según datos de la Administración regional, el primero de esos tres servicios puso el pasado año 416 sanciones por pescar en zonas prohibidas, la mayoría en el Estacio, y otras 249 por hacerlo sin licencia.
Para que haya un mayor control, al menos en la reserva marina de Cabo de Palos, los pescadores de Cartagena destinan una de sus embarcaciones a la vigilancia. Se trata del 'El Sirio', que a partir de julio y hasta el final de campaña en septiembre embarcará dos patrones y un marinero, junto a dos inspectores de la Consejería. La iniciativa pretende, además, sensibilizar a la población sobre la protección ambiental del medio marino y poner en valor el papel de estas zonas protegidas, para la mejora de la biodiversidad marina y el mantenimiento de las pesquerías artesanales.
Con anzuelos y trampas
Esta embarcación sale a vigilar por la mañana y por la tarde, unas veces con los funcionarios autonómicos y otras sin ellos. Cuando los técnicos de la Comunidad Autónoma no van a bordo, los pescadores deben avisar a la Guardia Civil de Cabo de Palos en caso de avistar un caso sospechoso. «Nosotros somos los primeros que estamos interesados en que se cumpla la ley escrupulosamente», comentó el patrón mayor cartagenero. La Cofradía, que agrupa las flotas de Cartagena, Portmán y Cabo de Palos, tiene diecinueve barcos de aparejos menores (los que usan malla, anzuelo y trampas); dos cerqueros (los que usan red que permite cercar el núcleo de la pesca); siete arrastreros (los que arrastran con una gran red); y dos palangreros de superficie (los que usan anzuelos anudados a una cuerda) con cuota de atún rojo y emperador.
Pese a este despliegue importante de embarcaciones los número este año son por ahora muy negativos. Entre los dos meses de parada biológica, la subida del precio del gasoil y otros materiales para poder hacer su trabajo y los días de lluvia y mala mar «nos hemos quedado en número rojos», aseguró Navarro.
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Por ese motivo, ahora, ponen todas sus esperanzas en el verano, el periodo del año, junto a Navidad, que más aumenta el consumo de pescado, sobre todo el de marisco. Este aumenta considerablemente, igual que los precios. Será entonces cuando esperan recuperar pérdidas y hacer algo de caja. «Ahora estamos teniendo muchas capturas, pero los precios están tirados. La gente, con las comuniones, no gasta en pescado y eso se nota bastante», concluyó.
Instalarán placas solares y arreglarán el salón de actos
La Cofradía de Pescadores de Cartagena ha presentado varios proyectos a los fondos del Grupo de Acción Local de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia (Galpemur), que cuenta este año con casi un millón de euros de fondos europeos. Entre los proyectos destaca el de la instalación de placas solares en la cubierta de la lonja, para reducir «hasta en un 70% el recibo de electricidad», explicó el patrón mayor de la Cofradía, Bartolomé Navarro. «Nuestro gasto se ha disparado en los últimos meses y tenemos que hacer algo para frenar esto», añadió. Otra iniciativa muy demandada entre el sector es el arreglo del salón de actos de la Casa del Mar, ubicada en el barrio de Santa Lucía. Esas vetustas instalaciones necesitan un cambio de imagen acorde a la actualidad. También ha solicitado la reposición de la puerta de la cámara del hielo y una adaptación del punto verde. Se trata del lugar donde los pescadores depositan baterías, aceites y aguas sucias, para que la empresa que recoge los residuos, Cartago Marpol, las lleve a un gestor autorizado. El pasado año, con esos fondos, ya fueron modernizadas las instalaciones de la fábrica de hielo, arregladas las puertas de la lonja y el almacén de efectos navales de la Cofradía.
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