Pedro Pablo Hernández: «El conflicto de Yolanda Muñoz con los sindicatos generó entre la plantilla incertidumbre y miedo»
«Si me propusieran ser presidente, lo valoraría; es un proyecto atractivo»
Sentado en el sillón del despacho que hasta hace poco más de un mes regía la expresidenta del Puerto de Cartagena Yolanda Muñoz, Pedro ... Pablo Hernández (Cartagena, 1971) acumula sobre la mesa carpetas cargadas de informes con datos de la treintena de proyectos que la Autoridad Portuaria tiene en marcha. Desde que asumió el cargo de presidente en funciones, el 6 de febrero, entra en ese despacho a las nueve de la mañana y sale a las tres y media de la tarde. A este licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, directivo de varias empresas, entre ellas Gestípolis, que gestiona El Batel, padre de dos hijos y expresidente de la patronal COEC, es la segunda vez que le toca dirigir el organismo desde que entró en el Consejo de Administración, en 2014. La primera fue tras la dimisión de Joaquín Segado. Su carácter conciliador y dialogante es lo que le ha servido para sofocar, al menos de momento, el malestar entre los trabajadores de este organismo.
-Tras asumir la presidencia y coger los mandos, ¿cómo se encontró el Puerto?
-Los primeros días los dediqué a tener reuniones con el director, el comité de dirección, el personal de la casa y el comité de empresa. Buscaba conocer el sentir de la organización y tomar el pulso a los proyectos que estaban en marcha. Lo que detecté es que muchos estaban ralentizados, no solo desde la dimisión de Yolanda Muñoz, sino desde que comenzaron a aparecer las primeras noticias sobre la presidenta y sus conflictos con los sindicatos. Todo esto generó mucha incertidumbre y miedo. Muchos empleados no sabían si seguir firmando o qué hacer con los contratos. Además, otros estaban investigados y otros habían denunciado a este casa por diferentes circunstancias. Había un cierto descontrol. A partir de ahí me dediqué a impulsar todo lo que teníamos en marcha y a seguir haciendo, como se estaban haciendo, las cosas bien.
-¿Ha cambiado todo esto algo ya?
-Ya noto una cierta diferencia entre los primeros días que llegué y ahora, donde ya veo a la gente actuar.
-¿Costará mucho apaciguar el miedo y la incertidumbre de la que habla?
-Creo que primero depende de cómo cada uno de ellos haya interiorizado los hechos o cómo se haya visto afectado. Yo intento que la actividad portuaria no pare. Les he pedido un esfuerzo adicional y excepcional, y apartar lo sucedido para ponernos a trabajar. Creo que esto ya está dando sus frutos, y a una velocidad más rápida de lo que yo pensaba.
-¿Se siente apoyado internamente?
-Sí, la verdad es que sí siento ese apoyo. Creo que ha sido algo recíproco, porque lo que he pretendido es que todos los que forman parte de este equipo sientan el apoyo, en este caso, del presidente en funciones. Les he hecho saber que estoy a su disposición plena para resolver cualquier cuestión. Creo que por eso, la gente está trabajando ya a piñón.
-¿Tiene previsto realizar cambios internos u organizativos?
-Estoy actuando ya tomando todas las decisiones que tengo que tomar en cuanto a personal y organización se refiere. Lo único que hay que hacer es seguir trabajando. Hacer cambios no es lo prioritario, pero si mi situación de interinidad se alarga y llega el momento de hacerlos, los haré.
«No entendería que ninguna otra administración entorpezca la reforma de El Espalmador»
-¿Cómo ve la situación que está atravesando la expresidenta Yolanda Muñoz?
-Es una situación extraordinariamente compleja y complicada en lo personal que no se la deseo a nadie. Le deseo lo mejor a ella y a todos los que se han visto implicados en esta investigación.
-¿Qué proyectos son prioritarios para usted en estos momentos?
-Los conocidos: Barlomar, El Gorguel, la zona de actividades logísticas, El Espalmador, los terrenos de Peñarroya y Plaza Mayor. A todos ellos he hecho un repaso para ver qué necesitaban.
-¿Cree que Medio Ambiente dará su visto bueno a Barlomar?
-En este sentido, seguro que habrá afecciones y tocará ver cómo se compensan, para que el proyecto sea viable. Lo que está previsto es compensarlas de una manera multiplicada. Por eso creo que el proyecto saldrá adelante y seguirá con su tramitación. Lo que no sé es cuándo.
-Habla de El Gorguel, pero los empresarios no confían desde hace años que este proyecto salga adelante alguna vez. ¿Usted cree en esta iniciativa?
-Confío en que en algún momento pueda ser una realidad, porque creo firmemente en el proyecto. Por el largo periplo de tramitación que lleva, entiendo que los empresarios no confíen en él, pero hay que hacer un esfuerzo para no darlo por perdido, como hace esta casa, porque se ha invertido mucho dinero público en expedientes y estudios. Ahora estamos pendientes de los informes de Medio Ambiente y las compensaciones que debemos hacer.
-¿Ha recibido algún tipo de consigna desde Puertos del Estado o la Comunidad Autónoma en cuanto a organización o de otro ámbito?
-No. Consignas cero y apoyo total.
-Ese apoyo, ¿viene también por parte del Ayuntamiento?
-Sí, claro. Todos me dieron su apoyo en el Consejo de Administración de la semana pasada.
«La situación de Muñoz es extraordinariamente compleja y complicada en lo personal; no se la deseo a nadie»
-¿Cree que ha habido derroche en las obras de Plaza Mayor, a tenor de que visualmente el cambio no es percibido por todos por igual?
-Eso no es así. Estos proyectos hay que verlos con distancia. Hay que verlo terminado y luego el tiempo dirá si fue un acierto o no. Pero le pongo un ejemplo. La zona adoquinada de la carretera, al principio recibió muchas críticas, pero se ha visto que la ciudadanía está haciendo uso de ello, como ocurrirá con la plaza Héroes de Cavite. Estas críticas siempre son interesadas.
-De todos estos proyectos, el quebradero de cabeza del Puerto es el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE), que está retrasando la reforma de El Espalmador. Se llegó a decir que antes de la Semana Santa de este año estaría ya en su nueva ubicación.
-Nosotros estamos terminando el proyecto de El Espalmador, que incluye el arreglo de los accesos al futuro CATE y el acondicionamiento del terreno. El siguiente paso será que las administraciones den el visto bueno para el traslado. Pero no me pregunte por fecha, porque no me atrevería a darlas.
-¿Confía en que cuando las obras que corresponden al Puerto estén acabadas el traslado sea en poco tiempo?
-Una vez que nuestras obras estén acabadas, técnicamente eso debería ser rápido.
-¿Teme que las decisiones políticas ralenticen todo?
-No temo esta circunstancia, porque creo que es importante para la ciudad. No entendería que ninguna otra administración lo entorpezca.
«He pedido a los trabajadores un esfuerzo adicional y apartar lo sucedido para ponernos manos a la obra»
-Es la segunda vez que asume este cargo, siendo vicepresidente. ¿Se ve esta vez como presidente?
-Ni me veo ni me dejo de ver. Tengo una gran responsabilidad por la casa y compromiso por la ciudad, pero soy empresario y tengo mis proyectos empresariales, que aunque los tengo cubiertos están ahí. Lo que tenga que ocurrir, se valorará en su momento. Entiendo que el Gobierno regional tomará una decisión cuando estime oportuno y seguro que la tomará teniendo en cuenta lo mejor para el Puerto. Es un tema que no me inquieta, por mis circunstancias personales y por mi compromiso.
-¿Le gustaría?
-Si me lo propusieran, lo valoraría. Es un proyecto atractivo. Pero lo único que quiero es que el tiempo que esté, que me vaya con la sensación del trabajo bien hecho. Insisto, las otras quinielas no me ocupan ni me preocupan.
-¿Cree que debería ser una persona de Cartagena, como demandan los empresarios y la sociedad cartagenera?
-Yo creo que sí. El Puerto se merece que tenga un presidente o presidenta que sea de Cartagena.
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