La obra de la Casa Museo de Isaac Peral en Cartagena acumula retrasos tras un parón en los últimos cuatro meses

El inmueble lo compró la corporación anterior, durante la etapa de alcalde de José López. Su conversión en museo fue una aportación del teniente de alcalde, Manuel Padín, de Ciudadanos, al programa de coalición con Noelia Arroyo, del PP, y Ana Belén Castejón, por entonces aún en el PSOE. Esta última lo incluyó en un plan integral de recuperación patrimonial del casco histórico de Cartagena. En el listado que enumeró entonces la edil estaba la recuperación del Anfiteatro Romano, ya muy avanzada, así como la remodelación de la Plaza de la Merced, todavía pendiente de comenzar.

La rehabilitación del inmueble de cuatro plantas y 200 metros construidos en total fue contratada por 201.000 euros a Afesport Cartagena 2007 SL. Comenzó en enero de 2020, con un periodo de ejecución de nueve meses. Justo estaba a punto de cumplirse ese plazo cuando, en septiembre de 2021, Castejón anunció una modificación del complejo, con una ampliación de los gastos en 46.000 euros y la confesión de que la obra estaba lejos de completarse. Las razones eran dos. La primera tenía que ver con la puesta al descubierto de un aljibe que antaño sirvió para el abastecimiento de los vecinos de este inmueble. Se acreditó que estaba en uso durante la niñez de Isaac Peral. Este elemento se consideró que enriquecía el proyecto original y por eso se decidió incorporarlo, dejándolo a la vista e iluminado bajo un firme transparente.

Asimismo, se valoró que el hecho de contar con plantas de apenas 50 metros cuadrados complicaba la accesibilidad a los pisos superiores. Por eso, de acuerdo con José Manuel Chacón, arquitecto contratado para diseñar el proyecto, se decidió añadir un ascensor exterior a la casa, ubicado en el solar contiguo, con salida por la calle Cuatro Santos.

Tras llegar a un acuerdo con los propietarios, se proyectó este elevador y también contar con ese solar para completar en el futuro el complejo con un ala de nueva construcción. Según la información a la que ha tenido acceso LA VERDAD, los trabajos previstos siguieron en marcha hasta marzo momento en el que se vieron drásticamente ralentizados, más allá de alguna obra menor relacionado con el cableado eléctrico y la colocación de varios focos.

Transcurrida una semana del mes de julio comenzó la instalación del ascensor, pero según los vecinos «no se aprecia un trabajo continuo». «Vienen unos obreros, están unas horas y desaparecen durante días», indicaron. Todo ello cuando al edificio le faltan elementos de tabiquería, el tratamiento del enlosado, pintura en los paramentos, detalles importantes en la carpintería y la adecuación definitiva de la fachada principal. También la colocación de las persianas elegidas, de estilo alicantino, los aparatos y las conducciones de la climatización, así como el motor de apertura hidráulica de una ventana en el lucernario superior.

Una portavoz del Área de Patrimonio Histórico que dirige Ana Belén Castejón, subrayo que la obra de la casa Museo «no se ha parado», aunque admitió «un retraso de unos meses» debido a que la constructora «ha tenido un problema con el suministro del ascensor, causado por la guerra de Ucrania». «Nos consta que ahora están recibiendo y poniendo la estructura, por lo que en principio en agosto estará hecho». La obra debe acabar en septiembre, dijo la portavoz, aunque luego habrá que hacer la musealización. La apertura será «antes de que acabe la legislatura», concluyó.