La futura ordenanza de calidad del aire de Cartagena controlará la emisión de olores industriales

Esta regulación local específica viene a suplir las carencias del 'Protocolo Marco de Actuación municipal en episodios ambientales de contaminación de NO2 (dióxido de nitrógeno) y PM10', redactado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma en 2018, dentro de las competencias municipales. No obstante, la Comunidad también tiene pendiente en esta legislatura la actualización del protocolo para trabajar en coordinación con los ayuntamientos, que deben desarrollar sus regulaciones locales específicas.

La norma municipal permitirá adoptar medidas para reducir la contaminación del aire ante las alertas constantes por intrusión de polvo sahariano y el resto de fuentes contaminantes.

La principal vía responsable del deterioro de la calidad del aire en Cartagena es el tráfico rodado, seguida de las industrias del Valle de Escombreras y La Aljorra, los cruceros que hacen escala en el Muelle de Alfonso XII, así como la resuspensión de partículas procedentes de parcelas ocupadas por suelos contaminados de tipo industrial y minero, según los técnicos municipales consultados.

Otras fuentes de contaminación atmosférica a contemplar en la nueva ordenanza son la natural, producida por el polen y las esporas, así como la contaminación asociada a la celebración de eventos multitudinarios, como el Rock Imperium.

La revisión normativa deberá ajustar sus medidas a la reducción de los umbrales de los tóxicos, la mayoría a la mitad, impuesta por la Unión Europea para 2030.

Por otra parte, esta norma planteará la posibilidad de instalar sistemas de filtración de humos de cocina para evacuarlos por fachadas en lugar de por chimenea, así como la exención de chimenea en cocinas que trabajan productos de cuarta gama, es decir alimentos crudos listos para cocinar, y los de quinta gama, que son platos tradicionales sometidos a un tratamiento térmico que solo necesitan de un golpe de calor para poder ser consumidos.

El documento incluirá la adaptación a la normativa estatal y al conocimiento técnico-científico de todas aquellas cuestiones relativas a la ventilación de locales y emisiones de actividades de hostelería y servicios.

Esta es una de las demandas de los negocios de hostelería para regenerar la actividad en la calle San Fernando con bares especializados y de ocio, al estilo de la calle Larios, en Málaga, Tubo, en Zaragoza, y Navas, en Granada, frente a la caída del comercio tradicional. Los locales de esta zona no tienen salida de humos.

Asimismo, la norma controlará el polvo generado en las obras, la quema de podas y residuos agrícolas. Según los técnicos municipales encargados de su redacción, también recogerá las condiciones para revisar los olores de los clubes de cannabis, la utilización de generadores eléctricos de clase 5 y los parámetros que han de servir para determinar la altura de las chimeneas cuando sea exigible.

El control de las emisiones de los vehículos a motor también se incluirá en la ordenanza.

La contaminación atmosférica sigue despertando una importante preocupación en determinados sectores de la población cartagenera, que no solo tienen presente la mala calidad del aire que obliga a establecer alertas, recomendaciones y, en algunos casos, restricciones, si no también la situación del Mar Menor y los suelos contaminados por la actividad industrial en Cartagena y La Unión, así como las emisiones del tráfico rodado y los cruceros.

El proyecto de ordenanza y la consulta se remitieron a medio centenar de asociaciones y expertos en esta materia. También se celebraron dos mesas de trabajo entre los técnicos municipales con la Secretaría Técnica del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales, y Hostecar.

Durante el periodo de consulta, los técnicos municipales recibieron 20 observaciones de particulares y colectivos. Entre las propuestas planteadas, figuran la mejora de la red de vigilancia de contaminación atmosférica, revisar el plan de movilidad sostenible, mejorar la efectividad de la zona de bajas emisiones y extremar los controles sobre las actividades industriales con emisiones a la atmósfera.

Desde el Ayuntamiento remarcaron que, paralelamente a la redacción de la norma, están desarrollando actuaciones para mejorar la calidad del aire y disminuir la contaminación. Destacaron «las acciones de calmado de tráfico, la mejora del transporte público con la incorporación de vehículos híbridos, la red mallada de carriles bici y senderos ciclables, como el de Espacio Algameca». No obstante, los colectivos de la movilidad sostenible critican que los modelos ejecutados restan espacio a los peatones, así como las interconexiones en la red ciclista. Por otra parte, los grupos políticos exigen la gratuidad del transporte público durante altos episodios contaminantes por partículas, que cada vez son más frecuentes por la intrusión de polvo sahariano.