El primer alcalde de Cartagena: el desvelamiento de una historia perdida

La reconquista de Cartagena en 1245 por el futuro rey Alfonso X el Sabio marcó el inicio de una nueva era para la ciudad. Con la incorporación de Cartagena a la Corona de Castilla, se implantaron las instituciones castellanas, y una de ellas fue el Concejo o Ayuntamiento, que tendría un papel crucial en la vida política y administrativa de la ciudad. El fuero de Córdoba concedido a Cartagena por Fernando III estipulaba la creación de un concejo compuesto por un juez, cuatro alcaldes, un escribano y un almotacén. Sin embargo, dada la escasa población de la ciudad en aquellos tiempos, nunca se completó este número.

Aunque el cargo de juez era el de mayor autoridad, los alcaldes desempeñaban funciones similares, pero subordinadas a él. A lo largo de los siglos, el papel del concejo se fue transformando, adaptándose a las circunstancias locales, pasando de un concejo «abierto» mediatizado por la asamblea vecinal a uno «cerrado» durante el reinado de Alfonso XI, con un gobierno exclusivamente compuesto por los miembros del concejo.

Pese a los esfuerzos por reconstruir la historia de Cartagena en esta etapa, el principal obstáculo ha sido la falta de documentación. Mucha de la información clave se ha perdido o destruido con el tiempo, dificultando la identificación de los primeros responsables del gobierno local. Sin embargo, a través de una investigación detallada, se han logrado encontrar algunos vestigios de quienes ejercieron funciones de liderazgo.

En documentos de finales del siglo XIII, como los de 1295, aparecen figuras como Juan Nicolin y Baldovin de Sant Donat, quienes representaron al Concejo en diversas negociaciones. Sin embargo, sus apellidos denotan orígenes aragoneses y catalanes, reflejando la influencia de repobladores provenientes de aquellos territorios, aunque no ostentaban oficialmente el título de alcalde o juez.

Uno de los nombres más destacables de este periodo temprano es el de Romeu de Morimond, quien en 1296 aparece como alcalde y alcaide del Castillo de Cartagena. Aunque no es oficialmente considerado un alcalde, su vínculo con la Corona de Aragón y su cercanía al poder en un periodo de dependencia aragonesa confiere relevancia a su figura.

Ya reincorporada de nuevo Cartagena bajo la tutela castellana nos encontramos en 1328 como alcaldes a Bernat Calafat y Joan Pagán, pero tampoco podemos considerarlos como los primeros pues estaban sujetos a la autoridad del señor de Cartagena el infante Juan Manuel.

Será finalmente en 1391 cuando, gracias a los archivos de la ciudad de Murcia, se descubra al primer alcalde plenamente reconocido de Cartagena: Nicolás de Aniorte. Los investigadores Jose Marcos García y Carmen Idañez han localizado este nombre en documentos que atestiguan que Aniorte fue elegido como alcalde mayor, un cargo con autoridad plena sobre el Concejo, una vez que Cartagena fue restituida al realengo castellano.

El linaje de Aniorte es de origen occitano, proveniente de la región de Aniort, en la actual Francia. Su apellido tiene variantes en la zona de Cataluña, donde el apellido «Anior» también remite a la misma localidad. Aunque se sabe poco sobre la vida personal de Nicolás de Aniorte, su nombre aparece en registros que indican su pertenencia a la oligarquía local. Había desempeñado varios cargos en el concejo de la ciudad, entre ellos el de escribano, lo que le permitió estar al tanto de los asuntos administrativos y políticos del municipio. Todavía en la actualidad el apellido Aniorte sigue presente en nuestra ciudad.

En el día de San Bernabé, 11 de junio, el día de la tradicional elección de los cargos concejiles, Nicolás de Aniorte fue designado como alcalde mayor, convirtiéndose en el primer alcalde de Cartagena del que se tiene constancia histórica. Su nombramiento marcó un hito en la ciudad, pues simbolizó el regreso de Cartagena al control directo de la Corona de Castilla y la consolidación de las instituciones municipales en la ciudad.

La historia de Nicolás de Aniorte es solo una de las primeras piezas en el rompecabezas de la historia del gobierno local de Cartagena. Aunque su figura destaca como un punto de partida, la investigación sigue su curso, ya que aún faltan muchas piezas por descubrir. En más de 700 años de historia del Concejo cartagenero, se han sucedido numerosas figuras que han dado forma a la ciudad tal y como la conocemos hoy. A medida que se desvelan más nombres y detalles de los alcaldes y alcaldesas, el relato de Cartagena sigue creciendo, revelando más de sus secretos y enigmáticas historias de poder local.

En este contexto, la actual alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, se erige como heredera de esta larga tradición de liderazgo local. Para conmemorar y dar visibilidad a esta rica historia, sería pertinente que en el Palacio Consistorial albergara un listado actualizado de los más de 300 nombres de alcaldes y alcaldesas que han marcado la evolución de esta ciudad. Este gesto no solo rendiría homenaje a quienes han liderado Cartagena a lo largo de los siglos, sino que también serviría como recordatorio del compromiso y dedicación de todos aquellos que han trabajado por el bienestar y progreso de la sociedad cartagenera.