La Fiscalía desliga la actividad de Sabic de la contaminación de un acuífero por metales

Según el informe, fechado en agosto y al que ha accedido LA VERDAD, un estudio de 2021 entregado por Sabic detecta una «presencia significativa» de níquel bajo su parcela. Pero la Unidad Técnica afirma que «no cuenta con datos suficientes para determinar cuál puede ser su posible origen». En todo caso, «teniendo en cuenta que las actividades industriales de la parcela no utilizarían metales pesados como materia prima», desvincula la contaminación del proceso industrial.

La Fiscalía se inclina por considerar «viable la hipótesis» de que «la presencia» de metales detectada en el acuífero «pudiera tener su origen en causas naturales» y estar «asociada a los materiales geológicos del subsuelo bajo la parcela». En consecuencia, no tendrían su origen en la actividad de estas empresas las tasas muy elevadas de cromo detectadas por la propia Fiscalía el año pasado en informes de control de las aguas hechos en 2014, 2015 y 2016.

La Unidad Técnica anota que la Consejería de Medio Ambiente obliga a realizar controles de cobre, zinc y cromo en los procesos de incineración y coincineración, y en el «vertido al mar de las aguas residuales», previa depuración. Pero reseña que los análisis disponibles descartan la contaminación por estas sustancias.

En 2021, la Fiscalía de Sala avisó de la superación en 23 veces del Nivel Genérico de Intervención establecido para declarar el acuífero contaminado y señaló que en 2007 esta masa no tenía este problema. También avisó de una concentración alta de plomo y, con ello, de «un riesgo inaceptable para el medio ambiente y la salud humana» y de la necesidad de descontaminar el acuífero.

En un informe complementario, la Fiscalía acoge los argumentos de las compañías investigadas. Atiende un informe pericial realizado para ambas por Ramboll en 2021. Esta mercantil, entidad colaboradora de la Administración, argumentó que, «debido a que el agua subterránea está en contacto» con ciertos materiales geológicos, «es altamente probable que estos metales (en su forma disuelta) estén presentes de forma intrínseca en la composición del acuífero». Ramboll analizó el agua de tres piezómetros del complejo, de los siete que hay, y citó un estudio de la Universidad de Murcia (UMU) sobre metales.

La Fiscalía evaluó también los análisis de laboratorio de dos organismos estatales (uno de ellos el Instituto Nacional de Toxicología), tras varias tomas de muestras de suelos y de coliflor realizadas en abril por personal de la Unidad Técnica y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Murcia.

A pesar del mandato del magistrado, Raúl Sánchez Conesa, los funcionarios no cogieron muestras de aguas subterráneas en la parcela de Sabic. La empresa les impidió el paso.

Fuentes de la mercantil indicaron que la negativa se debió a que el Seprona evitó durante meses «acordar» con ella una cita para esta inspección. Añadieron que, tras una queja del Seprona, el juzgado dictó una providencia de entrada que Sabic impugnó al considerarla injustificada.

En las diligencias hay también un informe de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad, por petición del juzgado. Según sus datos, no existe «un exceso de riesgo de muerte estadísticamente significativo» en La Aljorra, El Albujón y Pozo Estrecho respecto al municipio de Cartagena, y de Lobosillo respecto al de Murcia, en estas patologías: cardiopatía isquémica, cáncer de mama, enfermedades hepáticas y cirrosis, diabetes mellitus y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

Las empresas han pedido el archivo de la causa, iniciada por la denuncia de un vecino por dolores de cabeza y problemas respiratorios. Alegan que el forense no halló evidencias de estas patologías, que la Fiscalía descartó anomalías en la calidad del aire y en las emisiones industriales y que Salud desechó riesgo de cáncer infantil por bisfenol A.