Bienestar Social saca de la calle en Cartagena a seis de cada siete mendigos y 'sintecho' en un año
El dispositivo municipal de atención a personas sin hogar ayuda a 140 transeúntes y reduce a 25 los 'gorrillas' y otros ciudadanos asistidos
Seis de cada siete personas que ejercieron la mendicidad en Cartagena durante el último año ya no están en sus calles, gracias a la asistencia ... del Servicio Municipal de Atención a Personas Sin Hogar. Las patrullas realizadas todos los días por la mañana y por la tarde por una pareja de trabajadores sociales, acompañados de dos agentes de la Policía Local, han atendido 140 casos desde que el servicio entró en funcionamiento en 2022. A día de hoy, apenas hay 25 individuos (poco más de un 17%) que siguen precisando de esa asistencia para enfilar una vía de reinserción.
Esta unidad especial está incluida en la de Prevención y Promoción Social desde que la alcaldesa y concejal de área de Bienestar Social, Noelia Arroyo, decidió crearla a mediados del año pasado. Funcionó como una iniciativa piloto durante un par de meses y, a comienzos de otoño, se convirtió en un servicio permanente. El recuento realizado transcurrido un año ha permitido comprobar su efectividad. «Hemos conseguido resolver la situación para casi 120 personas», explicó el responsable de este servicio, José Antonio Martínez Meca.
La vía de la reinserción comienza cuando los trabajadores sociales abordan en la calle a cada persona que ejerce la mendicidad, la identifican por su nombre y su procedencia, le advierten de que esa práctica es ilegal y le informan de cómo afrontar su problema.
El Ayuntamiento respalda a familias que tienen dificultades para pagar alimentos o el alquiler por el impacto de la inflación
Ayer los trabajadores sociales consiguieron que un hombre de 58 años, extoxicómano y que llevaba un par de años en Cartagena, accediera a coger un autobús para volver a Albacete, donde reconoció que tiene parientes, para intentar rehacer su vida allí.
«Esta es una de las vías que utilizamos con personas de fuera de Cartagena. Si podemos, entramos en contacto con los servicios sociales de su localidad de origen, para saber si una vez allí pueden asistirles y darles una salida. A continuación, les facilitamos la forma de llegar hasta allí en autobús o en otro medio de transporte», relató Martínez Meca.
Esa fórmula ha sido utilizada con cientos de personas. A otras se les ha informado de la forma de pedir el ingreso mínimo vital. «A 30 les hemos ayudado a tramitar una pensión por incapacidad o por otros motivos y una decena han conseguido plazas en residencias con nuestra ayuda», añadió.
Los principales problemas con los que se encuentran los trabajadores sociales es la reincidencia de un buen número de los mendigos y el creciente deterioro de su salud. Gran parte tiene adicciones. Algunos incluso han estado en la cárcel como autores de pequeños hurtos, según el listado que maneja el Ayuntamiento. Los que siguen en la calle son cada vez más difíciles de integrar.
Entre los 25 contabilizados esta semana hay media docena que se pasean por el centro en busca de alguien que les dé limosna. «Antes de que empezáramos a trabajar llegó a haber más del doble. Hemos conseguido reducir su presencia», indicó el jefe del servicio de atención a la mendicidad.
Frenar el fenómeno de los 'gorrillas' resulta más complejo. Una docena que ejercen esta actividad y se concentran especialmente en el entorno de la Casa del Mar y del campus de la Muralla de la Universidad Politécnica, así como junto a la Plaza de la Isla.
«También junto a la estación de tren, donde están los que con más agresividad se comportan», subrayó Martínez Meca. Esa actitud es la que más complica actuar sobre ellos. También el hecho de que en un día pueden conseguir cuantiosos ingresos con lo que piden a quienes dejan el coche en su zona de influencia.
Por eso, el Ayuntamiento mantiene el mensaje a los ciudadanos de que deben negarse a darles dinero. «Lejos de ayudar a estas personas, lo que consiguen es prolongar su mala situación y que no abandonen las calles», indicó la alcaldesa durante el año pasado. Ese mensaje sigue vigente.
El dispositivo que recorre las calles dos noches a la semana, para asistir a quienes duermen en la calle tiene contabilizados doce. Las cifras de 'sintecho' han subido levemente durante lo que va de año. La mayoría son los mismos que ejercen la mendicidad.
Reorganización interna
El Área de Bienestar Social dispone de un refuerzo inesperado, al haberse reincorporado Lucía Hernández, que fue la coordinadora antes de asumir un cargo de dirección en la Administración regional. Tras dejar esa labor, ha vuelto para liderar la Unidad de Prevención y Promoción Social, en la que está el Servicio de Atención a Personas sin Hogar y Transeúntes. José Luis Ortega, que dirigía esa unidad hasta el verano, se ocupa ahora de un servicio específico de asistencia a inmigrantes. Y Beatriz Jurado seguirá con la coordinación general de todo el departamento municipal.
Todo ello para afrontar con 3,5 millones de euros de presupuesto «el nuevo reto de amortiguar el impacto de la crisis económica derivada de la inflación que amenaza a muchas familias», según explicó la alcaldesa, Noelia Arroyo, a LA VERDAD. «El objetivo es impedir que las dificultades con el precio de los alimentos o el alquiler lleven a las familias a la pobreza», añadió.
El Ayuntamiento tiene la experiencia que, en este ámbito, supuso el dispositivo especial por la pandemia, en 2020 y 2021. Esto permitió aumentar la partida de asistencia social un 35% y mantenerla este año. El objetivo es seguir con ese esfuerzo en la medida de lo posible en 2022.
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