El Ayuntamiento de Cartagena trata la contaminación por partículas con un plan «desfasado» de 2018

Se trata del 'Protocolo Marco de Actuación municipal en episodios ambientales de contaminación de NO2 (dióxido de nitrógeno) y PM10', redactado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad en 2018, y sin una regulación local específica aprobada.

Este documento diferencia tres niveles de actuación: preventivo, correctivo y alerta, dependiendo de los registros de las estaciones medidoras de Alumbres, Valle de Escombreras, La Aljorra y Mompeán (Los Mateos). El primer nivel se establece cuando las medias naturales diarias registradas durante los últimos tres días son iguales o superiores a 45 microgramos por metro cúbico, o cuando la media diaria es igual o superior a 50 microgramos por metro cúbico.

Para activar el nivel correctivo los valores están en 50 y 80 microgramos por metro cúbico respectivamente, y para emitir una alerta los datos registrados deben superar el valor límite diario de 50 microgramos por metro cúbico en cinco jornadas consecutivas o alcanzar los 100 microgramos un día.

Según los datos que maneja el Ayuntamiento, el 90% de los avisos de los últimos años fueron preventivos y su causa estuvo en la inclusión de polvo sahariano.

En estas situaciones, el protocolo marco de la Comunidad Autónoma establece recomendaciones generales a la población, en especial a centros de salud, escolares y de la tercera edad, como el uso compartido de vehículos privados y del transporte público en los desplazamientos, así como evitar la práctica de actividad física al aire libre.

Otras medidas son la bajada de la temperatura de los sistemas de calefacción en viviendas y edificios públicos para minimizar el consumo energético, evitar la quema de rastrojos y la disponibilidad de aparcamientos disuasorios en las afueras del casco urbano.

Solo el nivel 3, activado en noviembre en dos ocasiones, contempla actuaciones restrictivas en la circulación de vehículos, limitación de velocidad y en el estacionamiento regulado, así como en obras y asfaltado.

No obstante, cabe destacar que en la mayoría de los casos las alertas emitidas por la web municipal se hacen tras conocer los episodios contaminantes de superación un día después. Los centros educativos reciben instrucciones directas para evitar la realización de deporte en los patios y las salidas al recreo, pero es frecuente encontrar operarios del servicio de limpieza levantando polvo con sopladoras en la vía pública los días con aviso por contaminación.

Por otra parte, los grupos políticos de la oposición en el Ayuntamiento han demandado en reiteradas ocasiones desde la renovación de los medidores de la calidad del aire hasta la gratuidad del transporte público en episodios de alerta por alta contaminación.

Hasta la fecha, la única norma municipal relacionada con la calidad del aire disponible es la ordenanza de la zona de bajas emisiones, aunque no incluye una regulación específica sobre las emisiones de la multiplicidad de fuentes de contaminación presentes en el municipio.

Para Ecologistas en Acción es «urgente» la mejora y revisión de los protocolos anticontaminación de Cartagena para adaptar estas herramientas cuando se prevean situaciones de contaminación atmosférica continuadas como las intrusiones de polvo sahariano y la contaminación por ozono troposférico.

Otros planeamientos que el Ayuntamiento prevé tengan una incidencia directa en la mejora de la calidad del aire del municipio a medio plazo son el Plan Municipal de Movilidad Urbana Sostenible, el Plan de Acción para la Energía Sostenible y la Agenda Urbana 2030.

De hecho, en las dos áreas delimitadas como zonas de bajas emisiones el Ayuntamiento ha instalado diferentes dispositivos dotados con inteligencia artificial para el control de la calidad del aire en tiempo real, ruido y condiciones meteorológicas, así como información sobre el tráfico rodado para desarrollar futuros estudios que determinen las condiciones de estas zonas.

A estas propuestas se deberá sumar en los próximos años el Plan de mejora de calidad del aire y la protección de la atmósfera que se exige para los municipios de más 100.000 habitantes en el artículo 16 de la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera. Junto a estos instrumentos de planificación, se requiere un marco normativo que dote de coherencia y eficacia a las medidas previstas en los planes que incidan en la calidad del aire del municipio. Por ello, el Consistorio inició en enero de este año una consulta ciudadana para elaborar la nueva ordenanza de calidad del aire que permita adoptar medidas para reducir la contaminación del aire dentro de las competencias municipales. De momento, no han trascendido los resultados de la consulta y los técnicos continúan trabajando en su redacción.

El municipio de Murcia se ha adelantado al de Cartagena y tiene desde junio nuevo protocolo de medidas a adoptar durante episodios de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, ozono y partículas (PM10, y PM2,5), que actualiza el de 2018. Contempla modelos predictivos para adelantar la adopción de medidas en caso de que haya previsión meteorológica de entrada de masas de polvo sahariano y de que se superen durante tres horas seguidas la media móvil de partículas contaminantes PM10 y PM2,5. Asimismo, reduce los umbrales para su activación e incluye las partículas PM2,5.

Por otra parte, la Dirección General de Medio Ambiente aseguró a LA VERDAD que va a actualizar el protocolo marco de 2018 para «mejorar los mecanismos de prevención y avisos, así como reforzar las medidas adoptadas en coordinación con los ayuntamientos, a fin de avisar e informar a la población ante los casos de intrusión de polvo sahariano». No especificaron plazos ni hoja de ruta para desarrollar este proyecto de «legislatura».

La revisión deberá ajustar sus medidas a la reducción de los umbrales de los tóxicos, la mayoría a la mitad, impuesta por la Unión Europea para 2030.

Los colectivos ecologistas echan en falta una mayor implicación de las administraciones, autonómica y local, para desarrollar medidas que mitiguen la contaminación en un municipio con alto riesgo, que ha vivido etapas de «extrema alerta» debido a su importante desarrollo industrial.

Aunque «la situación ha mejorado» consideran que el riesgo químico del Valle de Escombreras justificaría un sistema de alerta adicional al 112.

Entre las críticas destacan que las redes de vigilancia de la Región de Murcia han estado en una situación de «mantenimiento precario», lo que podría conllevar que parte de la información que registran no sea del todo exacta. Lamentan también que «no existen datos de emisión en continuo».

Los niveles de calidad del aire en el municipio han mejorado significativamente desde el último cuarto del pasado siglo, periodo en los que Cartagena llegó a ser una de las ciudades más contaminadas del país. Una leve mejoría que ha dejado numerosos terrenos contaminados, como los de Zinsa y Potasas y Derivados o los depósitos mineros abandonados en la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, cuyos planes de descontaminación se eternizan entre las administraciones y los recursos presentados por las empresas que ejercieron la actividad industrial y contaminaron los terrenos.

No obstante, en Cartagena predominó una calidad del aire «desfavorable» durante el último año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Asimismo, la Región de Murcia es la que peor calidad del aire tiene en toda la Península, superada por el Archipiélago Canario.

En concreto, de partículas ponderadas PM10 tuvo una media con la población de 30,6 microgramos por metro cúbico. Estas cifras la sitúan un 32% por encima de la media nacional.