Arroyo pide cuentas a FCC sobre su promesa de incorporar maquinaria de limpieza en otoño
La alcaldesa, Noelia Arroyo, pedirá hoy cuentas a FCC, mercantil asociada al Ayuntamiento en la empresa municipal de limpieza y recogida de basuras Lhicarsa, sobre cuándo llegará la maquinaria nueva comprometida para el comienzo del otoño y sobre cuya incorporación al servicio no se sabe nada. Durante el verano han llegado una docena de vehículos y dispositivos, que ya están en servicio pero que representan un números muy inferior a los comprometidos con una inversión de siete millones de euros. Arroyo solicitará información adicional en la reunión del consejo de administración de la empresa pública, prevista para esta mañana.
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Según la información transmitida por el Ayuntamiento, ha llegado un camión de carga trasera de contenedores de basuras y otro lateral de contenedores de basuras, pero faltan dos de estos últimos. De los 25 con caja abierta en la parte trasera hay 4 en funcionamiento. La empresa cuenta ya con dos turismos 'eco', con seis vehículos de inspección, con una de las seis barredoras previstas y con dos triciclos para el baldeo.
Baldeo de madrugada
Las operaciones de limpieza con agua, para eliminar la suciedad que se les resiste a las barredoras y a las fregadoras mecánicas, son precisamente una de las cosas que más han llamado la atención de los vecinos, pues llevaban años sin realizarse. Tienen lugar de madrugada desde que en verano arreciaron las quejas ciudadanas y forman parte de un despliegue más intenso que fuentes municipales atribuyen a la recuperación a finales del año pasado del número de trabajadores de limpieza que fija el contrato: 360 de media.
La gestión de la plantilla de Lhicarsa es otro de los aspectos que la alcaldesa quiere abordar en la reunión con FCC. El Ayuntamiento no toma las decisiones sobre el personal de Lhicarsa, pero sus responsables reprochan a la mercantil no haberles informado de que iba a despedir a cinco trabajadores de oficina al acabar agosto por un reajuste de los gastos.
Los sindicatos amenazaron con una huelga que finalmente fue abortada, después de que el equipo de gobierno municipal instara a negociar una salida para los empleados. Dos han aceptado una indemnización y otro está en vías de cerrar un cambio de puesto.
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