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El 80 aniversario de Ayala Abogados: de la vocación a la herencia
ESPECIAL JUSTICIA ·
El bufete más veterano de Cartagena celebra sus ocho décadas en un acto multitudinario en Espacio Cuarentaytrés, al abrigo de autoridades políticas, familia, amigos y clientesBenito Maestre
Cartagena
Viernes, 28 de noviembre 2025, 22:37
Su historia transmite dedicación, compromiso, ilusión compartida y vocación de servicio. También refleja la evolución de Cartagena y sus gentes. E incluso el legado de una familia, los Ayala. El despacho Ayala Abogados celebra este año su 80 aniversario, alzándose con el título de bufete decano de la ciudad portuaria. Lo fundó el letrado Andrés Ayala Hernández en 1945, con el claro propósito de poner el derecho al servicio de las personas, a base de excelencia, especialización, rigor jurídico y trabajo en equipo. Unos principios que, ocho décadas después, todavía permanecen.
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«Somos un despacho que trabaja manteniendo su firme trayectoria sin perder la perspectiva de su visión, buscar la posición más justa y la solución más ventajosa para los intereses que les confían», destacó el abogado Andrés J. Ayala, hijo del fundador y socio director de la firma, en el gran acto de celebración que el pasado jueves tuvo lugar en Cartagena. Espacio Cuarentaytrés, junto al imponente Muelle de Alfonso XII., acogió a más de un centenar de personalidades de la política regional y nacional, además de familiares, buenos amigos y clientes del bufete, para conmemorar una fecha especial y significativa, el 27 de noviembre de 1945. «80 años no es un final, sino un punto de partida», incidió.
El encuentro giró en torno a una mesa redonda, bajo el título 'La evolución del derecho y la sociedad en los siglos XX y XXI. La visión de los representantes de los poderes del Estado y de los abogados', en la que participaron figuras clave en el pasado, presente y futuro de Ayala Abogados, como el presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, el expresidente del Congreso de los Diputados Federico Trillo-Figueroa, el exministro de Justicia Rafael Catalá, el exmagistrado del Tribunal Supremo Antonio Salas y la vicedecana del Colegio de Abogados de Cartagena, Ana Ruipérez.
De bien nacido
El anfitrión Andrés J. Ayala, abrió el evento con unas bonitas y sentidas palabras hacia su progenitor -huérfano de padre desde los tres años-, a quien le reconoció su esfuerzo incansable. «La 'Gran Riada' de 1919 -la más trágica que la ciudad padeció en el siglo XX- le obligó a ponerse a trabajar con 13 años, compaginándolo con sus estudios y gracias a las becas del ayuntamiento. Además, tuvo que acabar dos veces la carrera porque, como había aprobado en zona roja, no le validaron el título. También soportó un destierro en Sevilla y, devuelta a Cartagena, abrió el despacho porque no se conformaba con ser oficial de notaría», presumió, enumerando muchos más logros. «Siempre llevo en el recuerdo cuánto tenemos que agradecerle a mi padre», apostilló, antes de remarcar que la tercera generación ya está plenamente integrada en el negocio familiar y que la cuarta, «que va correteando, lo siga manteniendo». Aun así, puso de manifiesto que el actual equipo «es el más sólido bastión para la eficacia del despacho».
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Repasó la transformación que ha experimentado la abogacía en los últimos 80 años, pasando de un oficio casi artesanal a otro plenamente profesionalizado. «En esencial, seguimos siendo lo mismo: profesionales al servicio de las personas, de su dignidad y de sus derechos», sentenció, para a continuación mostrar su preocupación por la coyuntura actual marcada por «una situación política turbulenta, el desprestigio institucional, una administración compleja, una justicia congestionada, reformas procesales inacabadas…». «Los ciudadanos lo perciben. Por tanto, los abogados tenemos que estar para ayudar, exigir respeto a la separación de poderes, velar por los interesas que se nos confían y trabajar en una justicia accesible y libre de interferencias. Han cambiado las herramientas y los problemas, pero no puede cambiar lo esencial: estar al servicio de las personas y proteger sus derechos frente al abuso público o privado», manifestó.
Referencias y referentes
A renglón seguido tomó la palabra Federico Trillo-Figueroa, amigo suyo desde la infancia. El expresidente del Congreso de los Diputados y de las Cortes Generales (1996-2000) puso el acento en el papel de los abogados como garantes del estado de derecho de España, con su «aportación activa a las leyes, debates, práctica ante los tribunales y actividad ante el Ministerio de Justicia», argumentó.
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Sorprendió cuando dijo que más del 85% de los presidentes del Congreso de los Diputados y de las Cortes Generales eran licenciados en derecho o abogados desde las Cortes de Cádiz hasta 1876. De igual modo, puso en valor a varios letrados esenciales en este periodo de la historia de España, como José María Calatrava, Agustín de Argüelles y Manuel Cortina, entre otros. También reconoció la labor de los juristas en las etapas de las dos Repúblicas, la Dictadura y la Transición, así como en la época actual y el Grupo Popular.
Alta confianza
Por su parte, el exministro de Justicia Rafael Catalá inició su intervención recordando la máquina de escribir con la que Andrés Ayala enseñó a su hijo de cuatro años a escribir, a mediados de los 50. Disertó sobre el servicio público de la Justicia, cuyos órganos registran más de siete millones de asuntos al año. «Hay una altísima confianza en que la Justicia resuelva los problemas que surgen a las personas físicas y jurídicas, porque creen en su independencia», alabó, agregando que «los abogados han tenido un papel protagonista en esta realidad».
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También destacó la evolución positiva de la Justicia en los últimos 50 años: «Somos la historia de un éxito colectivo», y animó a estar satisfechos del esfuerzo de la sociedad española para disponer de una justicia profesional, independiente, cualificada, modernizada y con recursos.
Lo que preocupa
Otro amigo y compañero de facultad de Andrés J. Ayala es Antonio Salas, exmagistrado del Tribunal Supremo, quien se remontó al primer Consejo General del Poder Judicial, indicando que «se formó de la manera que la Constitución quería» y que «funcionó bien». No obstante, criticó que con la Ley Orgánica del Poder Judicial «hemos sufrido un ataque a nuestra propia independencia», al establecerse la elección de los 20 vocales que integran el CGPJ por el Congreso y Senado entre jueces, magistrados y juristas de 'reconocida competencia'.
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Aprovechó su intervención para lamentar los juicios paralelos que afectan e interfieren a la opinión pública, «un asunto que preocupa a los jueces», dijo, poniendo sobre la mesa el polémico caso del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. «Han salido ministros diciendo calumnias a los magistrados», expuso.
«Teníamos que coincidir»
La abogada Ana Ruipérez rescató para la ocasión un fragmento de un discurso que su padre, Luis Ruipérez Sánchez -decano del Colegio de Abogados de Cartagena hasta 2009- pronunció hace más de un cuarto de siglo. «Si la profesión de abogado no fuera la más bonita de este mundo, cómo es posible que yo se la hubiera recomendado a lo que más quiero, que es mi hija, y don Andrés Ayala, que en paz descanse, a su hijo», compartió. A esto se suma que su madre, Ascensión Martín -exmagistrada del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia- recibió en 1983 la medalla de la Orden de la Cruz de San Raimundo de Peñafort con Andrés Ayala Hernández. «No creo en las casualidades, hoy teníamos que coincidir», aseveró la vicedecana del Colegio de Abogados de Cartagena.
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Habló del abogado del turno de oficio, remontándose a sus orígenes en la edad media, pasando por la época medieval y deteniéndose en el siglo XIV, cuando este servicio se regularizó. Cabe mencionar que la fundación del órgano colegial cartagenero, en noviembre de 1849, tuvo como primer y principal objetivo atender a las necesidades de la Justicia Gratuita (Patronato de Pobres, tal y como se llamaba antes). En la actualidad, 250 letrados de la ciudad portuaria, de los 550 colegiados ejercientes, están inscritos en el servicio de turno de oficio, numeró Ruipérez.
Principios y valores
El broche de oro al acto de celebración del 80 aniversario de Ayala Abogados lo puso el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, quien felicitó a Andrés J. Ayala por su trayectoria y trabajo: «Me alegro de las noticias buenas que os pasen a ti y tu familia». «Has heredado e impregnas los principios y valores de tu padre, como el compromiso con la legalidad, el rigor técnico y la ética profesional. Esta es la clave para que os hayáis ganado la confianza de las personas, tiene mucho mérito», aseguró.
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En clave nacional, López Miras repitió que «estamos en el momento más delicado, el peor» debido a que la independencia judicial se ha puesto en tela de juicio sobre la base de consideraciones personales o políticamente interesadas. «Pero hay esperanza», enmendó. Además, defendió el poder judicial, del que dijo que funciona y es el más importante porque protege a los ciudadanos, transmite confianza y ratifica la independencia judicial.
Al término de la mesa redonda, todos los asistentes disfrutaron de un espectáculo flamenco y un exquisito cóctel, enriqueciendo el alma y el paladar.
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