Las cantinas de los institutos de la Región de Murcia se plantean hacer huelga ante la falta de ayudas
Los cantineros de los institutos públicos de la Región se reunieron ayer por la tarde en Murcia para debatir los pasos a seguir en ... su lucha por la supervivencia ante la falta de respuesta por parte de las consejerías de Educación y Sanidad a su demanda de ayudas, y una de las medidas que barajan es la huelga. Los problemas del sector comenzaron cuando por las restricciones de la pandemia les obligaron a cerrar durante año y medio. «No abrimos hasta septiembre de 2021 porque no estábamos incluidos en el sector de la hostelería sino en el de comidas para llevar», resalta Ginés García, presidente de la Asociación de Cantinas de la Región y titular de la del IES Mar Menor de San Javier. Por tanto, exigen a Educación que quede constancia escrita del acuerdo al que llegaron en 2021 para prorrogar un año y medio más los contratos de licitación. También quieren que se les permita ajustar los precios (fijados en febrero de 2020) al IPC para adaptarlos a la situación actual. «No queremos ganar más, lo que queremos es no perder como lo estamos haciendo con ciertos productos».
Por otra parte, piden que no se les obligue a estar de alta todo el año como autónomos cuando los institutos cierran los dos meses de verano; y que las máquinas expendedoras de los centros también sigan las normativas sanitarias. «No están reguladas por el decreto, hay palmeras de chocolate industriales, sándwiches prefabricados y bebidas energéticas y nosotros estamos en contra de eso».
Bollería industrial
El otro gran problema al que se enfrentan es la cada vez más reducida lista de productos que pueden vender debido a las nuevas normas de sanidad. En la actualidad, los alumnos y profesores ya no pueden adquirir ni bebidas azucaradas, ni bollería industrial, ni empanadillas, ni panpizzas, ni chucherías, entre otras cosas. «Nosotros estamos de acuerdo con ello, pero solo son duros con nosotros porque el decreto solo se está aplicando en Murcia a los institutos públicos, ni a los concertados, ni a los privados, ni a los colegios, ni a las universidades», relata García.
A pesar de estas normas para cuidar y promover la alimentación infantil dentro de los centros educativos, «los alumnos siguen comiendo esos productos porque salen en los recreos y los compran en los supermercados, bares y confiterías que hay fuera». «Nosotros reivindicamos que si eso es malo para los niños, lo sea para venderlo en todas partes y no solo en las cantinas». Por ello, reclaman que se revise el decreto ley que lo regula.
A día de hoy, en la Región hay entre 100 y 120 cantinas que dan de comer a unas 300 familias de forma indirecta y entre 500 y 600 de manera indirecta. La primera que ha cerrado sus puertas fue el pasado lunes la del instituto Ingeniero de la Cierva de Murcia.
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